AVENTURAS #1

¿UN DÍA NORMAL?

Acababa de llegar de entrenar.

Mis abuelos me habían llevado a casa para luego ir al supermercado. 

Ni bien llegué me bañé, me cambié de ropa, me peiné y ya estaba más fresca. Me puse a ver un poco de televisión, pero no había nada muy interesante. Miré mi celular, a ver si había algo nuevo en Facebook (la única red social que tenía en ese momento), pero tampoco había nada interesante.

Eran las como las cinco de la tarde, mis abuelos no iban a llegar  hasta las siete de la noche aproximadamente.

Estaba muy aburrida. Mi mejor amiga Emily no estaba en casa y tampoco podía salir a pasear porque acababa de bañarme.

Volví a prender el televisor para buscar algo que ver, pero nada... nada me llamaba la atención, lo cual, ahora que lo pienso, es raro puesto que siempre encontraba algo que ver. Quizá fue el destino.

Decidí que era buena idea leer un libro, aunque yo no era (ni soy) de esas personas que leen muchos libros al año o al mes. Emily es y seguirá siendo ese tipo de personas.

Me subí a una banca para poder llegar a la parte de arriba de mi librero. Cabe aclarar que para ese momento mi estatura era tan baja que, a pesar de estar parada en esa banca, todavía no llegaba a la parte superior del librero. Tuve que pararme de puntas para alcanzar el libro que quería. 

Al final, después de tanto esfuerzo, me terminé cayendo sentada al piso, lo peor de todo fue que... ¡ni siquiera agarré el libro que quería, si no que jalé un polvoriento álbum de fotos!

En fin, no tuve más remedio que sobarme y seguir con mi vida. Por suerte no me había golpeado tan fuerte, además, al practicar patinaje sobre hielo pues... te caes todo el tiempo así que se vuelve parte de tu rutina diaria.

Limpié el álbum, que en serio estaba lleno de polvo. Al hacerlo, un par de fotos se cayeron así que las recogí. Una de ellas era de cuando yo cumplí un año, estaba con mi papá; él me cargaba en sus brazos.

La otra... era una foto rara. Estábamos mi padre y yo al igual que en la foto anterior, de hecho, ambas fotos eran del mismo día; pero en esta aparecía otra niña, con un vestido igual al mío, parecía tener la misma edad que yo y mi papá también la cargaba. A ambas nos cargaba, una en cada brazo. 

¿Quién podía ser esa niña y por qué mi papá la tenía en sus brazos al igual que a mí? ¿Podría ser alguna prima lejana que no conozco? ¿De la misma edad? ¿Y que también llevara el mismo vestido que yo? Por lo que veía en esa foto no parecía ser tan lejana. Era como si ambas cumpliésemos un año ese día: 28 de octubre del 2004. Además, había visto muchas fotos de mi primer cumpleaños y en ninguna otra aparecía esa niña, de hecho... ni siquiera tenía idea de quién podía ser su padre o su madre.

Tenía tantas preguntas, pero aún tenía que esperar a que mis abuelos llegaran para que sean respondidas. Eran como las 6:30 de la tarde y todavía tenía que esperar una media hora para que lleguen a casa.

Por suerte, mis abuelos casi casi a las 7 de la noche. Primero, los saludé y los ayudé a llevar las cosas del auto a la casa. Luego, cenamos y conversamos un rato; lavé los platos rapidísimo para ya de una vez quitarme todas las dudas de una vez.

—¡Abuela! —exclamé con emoción mientras me sentaba en el sofá—. Quiero decirte algo. En realidad... a los dos. 

—¿Qué pasa, tesoro? —preguntó mi abuela cariñosa como siempre.

—¿Qué te tiene tan curiosa, cariño? —preguntó sonriendo mi abuelo.

—Bueno, es que... encontré esta foto —se las mostré y sus caras cambiaron totalmente—. Me preguntaba quién es esa niña que está a mi lado. ¿Es alguna prima o algo así?

—Cariño, ella no es tu prima —me dijo mi abuela un poco preocupada.

—¿Entonces? —pregunté.

—Hija... es una historia un poco larga, pero creo que ya es momento de que la sepas —dijo mi abuelo mirando a su esposa, y luego a mí.

"¿Por qué tanto suspenso?", pensaba.