NO OTRA VEZ

82 27 94
                                    

—¡Dejadme salir! —le gritaba con todas mis fuerzas a aquella castaña que, parecía ser mi amiga, pero en ese momento no lo era

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡Dejadme salir! —le gritaba con todas mis fuerzas a aquella castaña que, parecía ser mi amiga, pero en ese momento no lo era.

Vi como le hacía daño a mi hermana y... no lo pude aguantar. Comencé a golpear la estúpida burbuja que me atrapaba y a gritar todavía más fuerte que me dejara escapar.

Fernanda estaba siendo lastimada y yo no podía hacer nada por protegerla o al menos ayudarla.

Agradecí enormemente que Alonso y Mateo vinieran justo antes de que Emily se atreviera a quitarle el anillo a mi hermana.

Alonso le quitó la espada de Gianmarco a Emily y con ella reventó las burbujas y nos liberó. Ni bien estuve libre fui corriendo a ver a Fer, quien estaba arrodillada en el suelo y sollozando fuertemente. 

—Flowergirl... —la llamé por su nombre de heroína y toqué su brazos, para examinarlos. Estos tenían unos grandes moretones que marcaban su mestiza piel. Al tocar sus manos mi hermana solo pudo chillar de dolor, lo cual me asustó.

No sabía qué hacer. Estaba confundida y desesperada por ayudarla.

—¡Ayúdame, por favor! —gritaba Fer mientras lloraba y yo no tenía idea de cómo ayudarla.

—T-Tranquila, yo... —trataba de reconfortarla.

—¡Ayúdame ahora! —gritó más fuerte. Cerró los ojos con fuerza, agachando su cabeza y ocultando su rostro.

—¿Hermanita? —pregunté en un susurro, para ver si estaba bien.

Ella solo levantó su cabeza... Y pude ver el mismo antifaz negro en su cara.

Abrí bien los ojos al verla así, pero ella aprovechó eso y se me tiró encima. Se sentó a horcajadas de mí y trató de quitarme el anillo, lo cual no pudo hacer.

El que ella haya hecho eso solo pudo traerme a la memoria la primera vez que me enfrenté a Olenka. Y eso me hizo sentir peor.

—¡Ya déjame en paz! —ella seguía tratando de quitarme la sortija—. ¡No puedes quitarme el anillo, ya ríndete! —la logré quitar de encima y traté de quitarle el antifaz, pero solo conseguí que me arañe la mano con sus largas uñas.

Me quejé al sentir ese pequeño dolor en mi muñeca, pero seguí persiguiéndola para ya quitarle de una buena vez el cochino y negro antifaz.

—¡Reacciona, esta no eres tú! ¡Tú me conoces! ¡Ya deja de golpearme! —le gritaba desesperada. Pero ella nada...

Mi hermana no era la que estaba peleando conmigo. Es decir, era su cuerpo, pero no su mente. Sabía que Fer jamás me atacaría si no estuviese siendo controlada por otra chica sin corazón, pero era muy difícil no llorar o sentir angustia al ver a Fernanda así.

¡Era mi hermana y estaba golpeándome!

Había llegado a darme unos golpes en los brazos que no dolían demasiado; lo que más dolía era el hecho de que ella sea la causante de ellos.

AVENTURAS #1Where stories live. Discover now