María Fernanda es una chica de 12 años que descubre algo increíble que cambiará su vida para siempre, pero no se arrepentirá de ello. Junto a sus amigos: Emily, Mateo, Gianmarco y Alonso; descubren nuevas cosas y aventuras interesantes para cualquie...
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—¡Sorpresa! —gritamos todos. Vi como ella sonreía—. ¡Bienvenida! —grité y fui corriendo a abrazarla fuertemente. Esperé como un mes para hacerlo. Nuestro abrazo duró bastante, fue hermoso tenerla tan cerca después de tiempo.
—Vaya... —dijo mirando todo a su alrededor—. No me esperaba esto. Gracias a todos —sonrió—. De verdad que no me lo esperaba —Emily fue a abrazarla y María Paz la recibió con los brazos abiertos al igual que a mí.
—Bueno, Mapi —la llamé, se acercó a mí—. Te presento a mis amigos —la abracé por los hombros—. Este alto que está saludándote es Mateo —se acercó a ella.
—Hola —le dijo, ella respondió igual y se dieron un beso en la mejilla.
—El chino que está viniendo con su sonrisota —me reí—. Es Gianmarco.
—¿Qué tal? —se dieron la mano.
—Bien, gracias —contestó mi hermana amable y sonriente.
—La que está ansiosa por saludarte desde hace media hora es Brenda —ella era una vecina también, y mi amiga.
—¡Hola! —la abrazó—. Espero te guste estar aquí. Es muy lindo.
—Me doy cuenta —sonrió—. Gracias.
—Y el chico morenito, medio tímido que te mira es Alonso —el chico fue llegando de a poco al lado de mi hermana.
—Hola —dijo simplemente, levantando su mano a pesar de estar muy cerca.
—Hola —contestó mi hermana un poco extrañada.
—Bueno como tu hermana ya lo dijo soy Alonso y pues... no vivo en el barrio pero vengo aquí a menudo —dijo con sonrisa nerviosa.
—Genial —sonrió mi hermana.
—Bueno, muchachos —mi abuela llamó nuestra atención—. ¡A comer! —celebramos y nos sentamos en la mesa. La comida estaba deliciosa, veía como todos disfrutaban de ella. Era un momento único, lleno de alegría. No podía quitar mi sonrisa de mi cara y veía que ella tampoco.
Mi hermana había llegado al fin y ya todos podían conocerla, yo podría conocerla todavía mejor y pasar miles de momentos con ella. Como cualquier pareja normal de hermanas, claro que costaría un poco puesto que no nos conocíamos demasiado, no desde el nacimiento como los demás hermanos o hermanas; pero algo me decía que lograríamos llevarnos bien.
Y que seríamos compañeras inseparables de por vida...
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