El mago.

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Capítulo 18.

Jueves 19 de marzo del 2020.

Era un día triste.

Se había declarado tres días de luto en la ciudad de Los Ángeles, siendo ese el primer día a la vuelta a la realidad para los alumnos de los institutos de la ciudad por el fallecimiento de Rebecca, una joven de dieciséis años.

Y lo que paso esa madrugada del quince de marzo fue que Rebe iba de camino con Aaron a la discoteca de San Francisco en la que habían quedado con sus amigos, Aaron había alquilado un coche para primero dar un paseo juntos por la playa y tener un momento romántico dónde se dijeron por primera vez muchas cosas, se subieron en el coche, dispuestos a ir pero un conductor borracho se interpuso en su camino creando un accidente que acabó con la vida de Rebecca y que dejo a Aaron con diversas lecciones que hacía que todavía estuviera hospitalizado.

El instituto notaban la ausencia de Rebecca, pesé a que no fuera de las más populares, su taquilla estaba llena de fotos suyas y de recuerdos de la chica, mientras gente hipócrita que nunca se habían preocupado por ella lloraban su pérdida.

Durante el recreo, James, Logan, Antonella y Aurora estaban sentados mientras tomaban la comida de media mañana hablando de temas banales y tratando de obviar que una chica hacía no mucho había muerto.

Tyler llegó junto a una sonrisa y tiro el cartel de El mago y alzó una ceja.

—¿Y este cartel aquí por qué?—arqueo las cejas Aurora.

—Estoy dispuesto a averiguar quién es El mago—se sentó—Porque muy poca gente llega a comprarle a este tipo directamente, parece tener una red muy elaborada. Solo he conseguido un par de nombres, el Johny y Kevin Presscott, el del equipo de fútbol, son como sus camellos de poca monta o quiénes le hacen el trabajo sucio en el Anchor Beach.

—¿Y por qué te ha dado ahora por averiguar lo de El mago?—carcajeo su mejor amigo.

—Todavía no puedo jugar a fútbol y teniendo en cuenta que todos están de bajón por la muerte de Rebe no me quiero hundir en esa espiral, debo de mantenerme muy espabilado.

—Rebecca tan siquiera era tu amiga—replicó Logan, que estaba a la defensiva ya que veía peligrar su identidad—No entiendo porque coño te tienes que escudar en no querer caer en depresión por su falta para descubrir la identidad de un tío que ni te va, ni te viene.

—Primero, yo conozco a Rebe y Lisa desde siempre así que ni por un momento dudes sobre como me siento, porque no me importaría partirte la puta cara—bufo—Además, el tipo ese tiene que ser un puto infeliz que seguro que aprovecha está situación para hacer más caja con las desgracias de los demás.

—¿En serio?—se levantó bajo la atenta mirada de los que estaban allí sentados, que no entendían nada—¿Y por qué no me la partes puto manco de mierda?

—Con mucho gusto, hasta con un solo brazo te voy a ganar—el rubio se fue a acercar.

Pero su mejor lo agarró del brazo que no tenía ninguna rotura.

—Esto está siendo estúpido, no se están peleando por nada—replicó.

—Sí, bájenle a la testosterona—intervino, esa vez, Antonella.

Logan no dijo mucho más y tras coger su mochila se fue a clase ya que quedaban un par de minutos para que esta comenzaran.

Cuándo estas acabaron Logan fue a su casa dónde almorzó, hizo algunos deberes y fue hasta el lugar dónde quedaba todos los jueves con Johny, para hablar de las novedades y darle su parte.

Huyendo de los sentimientos.Where stories live. Discover now