Te quiero.

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Penúltimo capítulo, el 36.

Viernes 12 de junio del 2020.

Te quiero. 

Te quiero, una oración simple que según el tipo de predicado es predicativa, activa, transitiva y según la actitud del hablante se clasifica en enunciativa, afirmativa y el sujeto omitido es "Yo". 

 Una frase que en un análisis sintáctico es simple pero que se hace bola mucha veces decirlo, que lo único omitido de la oración no es el sujeto y pasa a serlo la oración completa por miedo a que la otra persona no se sienta de la misma manera, por miedo a perder.

Y eso era lo que le pasaba a nuestros protagonistas.

James sabía que Aurora le quería.

Aurora que James la quería también.

Pero siempre se lo habían dicho en calidad de amigos y nunca de pareja.

Llevaban saliendo dos meses desde el miércoles que estuvieron en la universidad de Ohio y se conocen desde hace doce años, creo que son los que más seguros y con más motivos deberían de quererse pero bueno no me daré la licencia de hacer juicios de valor sobre otras parejas.

Ese viernes habían decidido celebrar su aniversario ya que el miércoles estuvieron demasiados ocupados entre solicitudes y partidos así que ambos se pusieron guapos para ir a un buen restaurante.

James se puso una camisa de botones negra, unos vaqueros azul oscuro y unas deportivas a juego con su parte de arriba, se peino y se puso un buen reloj, de esos que su padre le regalo unas Navidades y nunca uso porque le parecían demasiado elegante.

El chico salió de la habitación y recibió los piropos de sus hermanos, de su hermanastra/cuñada, de su padre y de su padrastro, se despidió de ellos y cogió las llaves de la camioneta para ir a por Aurora.

Aurora en su habitación, mientras James conducía, se colocó dos trabas de perlas blancas en el lateral izquierdo de su cabeza, se maquillo un poco pero no dudo en pintarse los labios de rojo a juego con su vestido de mangas cortas y anchas que le llegaba por el muslo y unos tacones cerrados negros.

Cogió su bolso y bajo las escaleras dónde sus padres la halagaron, al igual que su hermana y poco después sonó el tan ansiado timbre.

Aurora abrió la puerta y se encontró con James sosteniendo un girasol, que había robado del jardín de los Williams, detalle que obvio y del que ella no se percato.

—¿Para mí?—sonrió mientras la cogía y luego beso a su novio—Toma Dani—se la dio a su hermana—Ponla en agua.

—Parece robado—la analizo esta mientras se iba.

El comentario de su cuñada puso a James notablemente nervioso.

—Bueno, ¿Nos vamos?—le ofreció la mano a Aurora.

—Sí, claro, vamos—la cogió—¡Me voy!

—¡Pásenlo bien!—grito su madre desde el salón.

Cerraron la puerta y se montaron en la ya conocida camioneta azul de James rumbo a Somni, un restaurante bastante conocido en la zona.

El camino fue bastante animado, lleno de música, halagos y pensamientos, como siempre que estos dos estaban juntos.

Llegaron al restaurante y se sentaran en la mesa que James había reservado para ellos, en seguida un camarero muy amable les trajo la carta y ante una infinidad de platos se decantaron finalmente por alguna opción.

James ordeno carne de ternera con verduras y setas, de postre un trozo de tarta de chocolate y de beber una coca cola.

Aurora en cambio se decanto por pastel de carne con patatas guisadas, alioli de la casa y setas, de poste un helado de vainilla y en lo referente a su sed decidió que un poco de refresco de cereza sería la solución.

—Esto lugar es precioso—comento la de los ojos verdes.

—Sí, tengo muy buena opiniones de Mia de este lugar, espero que la comida este tan buena como parece.

—Yo también—sonrió—No hay algo que odie más que el que jueguen con mi comida.

—Y yo que creía que eran las mentiras.

A la media hora llegó su comida y la pareja comenzó a comer junto a una conversación agradable pero con la frase te quiero atragantada en sus gargantas, como si fuera algo molesto.

A la hora de pagar James casi que obligo a Aurora a que no pagase nada bajo la promesa de que en el próximo aniversario invitaba ella. 

Al salir del restaurante ninguno quería volver a casa creían que la noche era joven y que a penas eran las once y media.

—¿Y a dónde quieres ir?—indago el chico—¿A alguna discoteca o algo?

—No—rio mientras le cogía la mano—No es eso, no sé, es que simplemente no me apetece irme a casa todavía.

—Podríamos ir a la colina.

—¿Con estos tacones?—arqueo las cejas—Porque si quieres deshacerte de mí esas la mejor idea que has podido tener nunca.

—Te cargaré hasta la cima—rio provocando también la misma acción en ella—Pero lo digo porque no sé, es nuestro lugar y las vistas son increíbles.

Aurora aceptó la propuesta de su novio y se subieron a la camioneta, de camino a su sitio especial.

Sábado 13 de junio del 2020.

Sobre las doce y cuarto llegaron a la cima dónde la leve brisa que anunciaba que la llegada del verano se aproximaba acariciaba sus pieles hasta el punto erizarlas levemente. 

Se visualizaban las luces de la mansión Myers y a lo lejos pequeñas bolas de claridad que vendrían a ser edificios, locales y coches.

Sin duda esa colina algún día debería ser bautizada como la colina de James y Aurora ya que siempre ese lugar había sido especial para ellos y era dónde más seguros se sentían en toda la ciudad.

Más si estaban juntos.

—Recuerdo cuándo me trajiste aquí por primera vez—hablo el chico—Y como estabas muy contenta de que por fin tu primo Mike fuera bueno contigo.

—Sí—rio—Esto fue lo único bueno que hizo Mike por mi en esa época, enseñarme este lugar, luego entendí que pretendía abandonarme aquí atada a un árbol pero en su momento fue bonito.

—Y me alegra que lo compartieras conmigo.

—Y a mi que estés siempre—le cogió la mano, sintiendo como poco a poco su garganta se aclaraba y podía pronunciar—James, te quiero—este la miro sorprendido—Se que siempre te lo he dicho, pero esta vez es diferente—se coloco delante de él sin soltar su mano—Porque ya no somos solos amigos—suspiró—Y podría darte cuarenta razones por las que te quiero.

—¿Ah sí?—sonrió—Estás loca.

—Te quiero porque me siento bien a tu lado—comenzó a decir—Te quiero porque contigo puedo ser yo misma, te quiero porque sé que puedo contar contigo,  te quiero porque te admiro  y por que me haces reír, te quiero porque confías en mí—sonrió mientras los ojos del de los rizos se aguaban—Te quiero porque contigo soy libre, no siento ataduras y me das libertad para disfrutar de mi independencia, te quiero por cómo eres y porque puedo contarte cualquier cosa, también te quiero porque me respetas—sonrió—Y no se cuantas razones para quererte llevo pero si quieres puedo estar aquí toda noche diciéndote todas las razones por las que te quiero.

—Has dicho diez razones, pero son más que suficientes—colocó una mano en su mejilla de manera tierna—Porque por todo eso y por muchas cosas más yo también te quiero, siempre lo hecho y siempre lo haré, siempre has sido la chica para mi Aurora Mitchell y quiero ser el chico para ti.

—Siempre lo serás, James Simpson.

Y se besaron con toda la ciudad a sus pies y con todo un futuro por delante dejando claro que esa relación iba muy en serio y que había merecido la pena alejarse del punto de confort para encontrarse de esa manera en la que lo habían hecho.

Huyendo de los sentimientos.Where stories live. Discover now