Infarto.

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Capítulo 22.

Jueves 9 de abril del 2020.

Habían pasado casi dos semanas desde el cumpleaños de Ashley y como sabíamos esa noche mágica formo dos parejas muy esperadas, oficializo las cosas entre Tyler y Mia e hizo que James y Aurora se dejaran de tonterías y por fin aceptarán fielmente sus sentimientos, todavía no eran cien por cien novios, de hecho se querían dar un tiempo para conocerse, uno no muy prolongado, ya que querían hacer las cosas bien.

Ese jueves el primo de Andrea, Paul, llegaría al hogar de los Pindter, a crear drama como vimos en la historia de Vandrea pero el motivo oficial era que venía de visita era ver a la familia.

Andrea estaba muy emocionada ya que idolatraba a Paul al igual que lo hacía Víctor y todos los habitantes de la casa, era un cabrón que se hace querer.

En el hogar Pindter/Simpson Paul se había terminado de instalar en la habitación de invitados, bajo las escaleras en busca de tomar algo para desayunar a media mañana, pero se encontró a Hunter Simpson, ese era u día libre y fue quién lo recogió en el aeropuerto pero no tenía buen aspecto.

Y ¿Cómo iba a tenerlo?

Llevaba más de cinco minutos sintiendo una molestia opresiva en su pecho, como si tuviera una indigestión y ni hablar de la presión incomoda que también se hacía dueña de sus hombros, brazos, cuello, mandíbula y espalda iba a pedirle ayuda a Paul, sin duda son síntomas de un infarto pero no le dio tiempo, se desmayo cayendo de la silla.

—¡Hunter!—exclamo Paul y corrió hacía él.

Paul fue rápido llamo una ambulancia y vieron que estaba sufriendo un infarto, todo fue demasiado rápido en seguida avisaron a Leonard, James, Ares, Víctor y Andrea... Paul no dejaba de pensar en esos dos últimos, era de las pocas personas cercanas a ellos que no apoyaba esa relación, porque sí, conocía los detalles porque él y su prima hablaban de todo. Quería mucho a su tío y sabía cuan decepcionado se sentiría si supiera lo que ocurría con Andrea y Víctor.

No tardaron todos en llegar, estaban bastante asustados por el estado de salud de Hunter.

—Hola—saludó Zacarias Mitchell nada más salió a dar a la zona de espera.

—Zac, sin rodeos—le pidió Leonard—¿Cómo está Hunter?

—Está bien, estable—pronunció haciendo que todos volvieran a respirar con tranquilad—Hunter ha sufrido un infarto agudo de miocardio se recupera con rapidez y lo suficiente como para poder desempeñar una vida prácticamente normal.

—¿Y un infarto por qué?—arqueo las cejas James—Sí papá no tiene antecedentes de ello en su familia.

—Aparte de una cierta predisposición familiar y de la edad también puede ser por el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, las alteraciones de las grasas en sangre, algún disgusto demasiado grave—comenzó a hablar el doctor Mitchell.

Sin duda Paul desconectó de aquella conversación, creía que esa situación mala había llegado para que salvará a su familia, de que salvará a Andrea de cometer un error que lamentaría toda su vida que bajo su criterio era el haber estado coqueteando y teniendo algo con él quién era su hermanastro, para él daba igual la historia que hubiesen vivido anteriormente lo decidieron dejar, ¿Qué les costaba ser firmes?

Los primeros en entrar a ver a Hunter fueron James, Víctor y Ares.

Estaban muy asustados pero ver a su padre en buen estado de salud les había tranquilizado, después de ellos entraron Andrea y Leonard.

—Oye, Ares—habló nuestro protagonista haciendo que su hermano lo mirase—¿Te hace que bajemos a comprarte un bollo de canela?

—¡Por favor!—exclamó el afectado y luego miró a Víctor—¿Bajas con nosotros?

—Prefiero quedarme aquí, por si papá necesita algo—contesto este junto a una sonrisa—Pero si me traen un bollo de nata, puff sería la bomba.

—Oído cocina—vaciló y tras pasarle el brazo a Ares desaparecieron del lugar.

James y Ares llegaron a la cafetería del hospital.

James pidió un bollo de canela para Ares, otro de nata para Víctor y uno de chocolate para él, de paso se pidió un zumo de naranja y para el de los ojos verdes una coca cola. Ares miraba bastante triste su coca cola y fue algo que su hermano notó mientras mordía su bollo de chocolate.

—Oye—dijo haciendo que lo mirase—Papá se va a poner bien, ya lo verás, así que deja de poner esa carita tan larga.

—El otro día dijeron en clase que al abuelo de Stacey le dio un infarto y se murió—pronunció bastante preocupado—¿Qué pasa papá también se muere? Yo no quiero que se muera.

—Papá ya ha pasado lo peor, el doctor Mitchell ha dicho que se pondrá bien—le dedicó una sonrisa al pequeño—Así que debemos de fiarnos de su palabra.

—Esta bien—asintió.

Los dos hermanos terminaron de comer y subieron a llevarle el bollo a Víctor, quién se encontraba bastante inquieto por la mentira que Paul le había colado como ya vimos anteriormente.

Por la tarde todos volvieron a casa e intentaron hacer las cosas que normalmente harían a esas horas sin tratar de pensar mucho en lo que le había pasado a Hunter. 

James estaba en su habitación haciendo algunos deberes para el día siguiente cuándo su puerta fue aporreada, al abrirse vio que se trataba de su hermano mediano.

—Vic—sonrió—¿Qué pasa?

Víctor cerro la puerta y miro bastante serio a su hermano.

—Voy a cortar con Andrea—pronunció a lo que lo miro bastante confuso—Paul me dijo que el infarto de papá fue a causa de que sospechaba de mi relación con ella y no voy a poner la vida de papá en juego por una relación que no estoy seguro que vaya a llegar a ninguna parte.

—¿Estás seguro de lo que dices?—se puso en pie mientras lo miraba bastante preocupado.

—Paul me dijo eso textualmente, pero es para que sepas que seré bastante cruel con ella para que no vuelva a mí, porque sabes de sobra que si me mira de esa manera y me dice cualquier cosa me derrumbo completamente.

—No creo que sea lo mejor mentirle, eso no lleva a nada y te harás aún más daño.

—Es injusto, lo sé—asintió—Pero solo quería que lo supieras. Es mi decisión y es inamovible.

James sabía lo cabezón que era su hermano y como si algo se le metía entre ceja y ceja era difícil de hacerle cambiar de parecer aunque estuviera completamente equivocado, como en esa ocasión, era un cabeza cuadrada de manual.

—No estoy de acuerdo con lo que vas a hacer—bufo negando con la cabeza—Pero es tu vida y no puedo meterme así que...

Víctor asintió pero no pudo evitar que algunas lágrimas se le escaparan por la rabia,  preocupación que sentía, la culpa y por tener que alejar a su chica de esa manera de su vida cuándo ni de lejos era lo que quería.

James se acercó a su hermano y lo abrazo para intentar darle confort en sus brazos, algo que no consiguió, desde luego, pero a Víctor le gustaba saber que pasará lo que pasará su hermano mayor iba a estar con él.


Huyendo de los sentimientos.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora