Aurora Mitchell ha sido desde siempre una de las mejores amigas de James Simpson y cuándo Aurora vuelve de Italia algo cambia entre ellos aunque ninguno quería que pasará.
Nunca es buena idea enamorarse de tu mejor amigo...
¿O sí?
#2 trilogía de los...
Si, nos hemos ido catorce años atrás de la historia.
¿Por qué? Fácil.
Vamos a conocer a fondo la historia de Aurora y James que se conocieron el nueve de agosto de ese año.
No era un día cualquiera, era el cumpleaños número cinco de Aurora y el primer día de James y de Víctor en la casa Hunter Simpson, ya que Ares nació un par de días después fruto de unos adolescentes que tuvieron un accidente y lo dieron en adopción.
James cumplió a principios de junio los seis años y Víctor los cuatro a principios de mayo.
Los dos niños estaban bastantes impresionados con su nueva casa y se conocían de vista por el orfanato, así que no se separaban y no dejaban de darse la mano ni cuándo Hunter les llevó a la casa de al lado dónde parecían celebrar una fiesta.
—Hola—sonrió la madre de Aurora, nada más abrir la puerta quién todavía estaba embarazada de su segunda hija—Ay, ¿Estos dos chicos tan guapos son James y Víctor?
—Sí—sonrió Hunter—El mayor es James y el pequeño es Víctor.
—Hola—sonrió un risueño James mientras que Víctor sin soltarle la mano se acurrucaba en él.
—Pueden pasar—mostró su gran sonrisa—El resto de niños están en el jardín.
Los Simpson entraron a la casa de los Mitchell.
Rápidamente Víctor se soltó de James porque vio a un payaso y esa fue su mayor pasión desde los tres años hasta los once.
James se separó de quién a partir de ese día sería su padre, miraba todo maravillado, tan distraído estaba que se chocó con una niña mucho más baja que él vestida de hada.
Que sí señora y señores, era Aurora.
Estos eran Aurora y James en el 2007 por cierto.
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Adorables, ¿Verdad?
Aurora analizó al extraño que estaba en su fiesta, no lo había visto nunca pero se le hacía agradable.
—Hola—dijo esta—Soy Aurora y hoy es mi cumple.
—¡Ay! ¡Eres la del cumpleaños!—formó una sonrisa amplia y como siempre fue un gran adorable oso de peluche la abrazó—¡Feliz, feliz cumpleee!
—Gracias—lo miro—¿Cómo te llamas?
—James—sonrió—Ahora vivo en la casa de al lado.
—¿Eres el niño que compró el señor Simpson por Internet?
—No, creo que no me han pagado por venir aquí—se encogió de hombros y le ofreció la mano—¿Vamos al castillo hinchable?
Aurora asintió y junto a una sonrisa cogió la mano de James para ir hasta el castillo hinchable.
