Sal.

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Capítulo 23.

Viernes 10 de abril del 2020.

Víctor no había dejado de pensar en las palabras de Paul pese a que su padre estuviera bien y no le hubiera mencionado nada del tema, pero ¿Quién era él para volver a sacar el tema que tan mal le había sentado? 

Sin duda había ingeniado un plan, uno con el que Aaron y James estaban completamente en contra pero era el que haría que Andrea y él acabarán y que la chica quisiera alejarse de él para siempre.

Andrea llegó del entrenamiento de natación y se encontró a Víctor sentado en las escaleras de la casa, víctor hizo lo más doloroso que había hecho en mucho tiempo y eso fue cortar con la chica de sus sueños.

Le dijo cosas hirientes que no sentía o pensaba, le hizo pensar que se había cansado de ella e incluso dijo que se iría de la casa porque estaba harto de ella y de toda la situación que estaban viviendo.

James lo oyó todo desde su habitación, todo había sido demasiado fuerte. Víctor subió a la suya rápidamente no aguantaba más hablarle de aquella manera a Andrea, sintió muchas ganas de llorar, como ya sabemos no piensa nada de lo que había dicho y le había dolido ver lo mucho que eso estaba afectando a la chica que amaba, pero era la única manera que tenía para asegurarse de que no intentará estar con él, de que no quisiera arreglar todo.

Comenzó a recoger sus cosas sin poder evitar sentirse como una basura, nuestro protagonista no pudo evitar ir al encuentro de su hermano, como dije lo había escuchado todo y vio como Víctor estaba haciendo la maleta.

—¿Te vas a ir en serio?—se cruzo de brazos.

—Sí—contesto—La amiga de papá, Tati, va a estar una temporada por aquí y ya sabes que es como una madre, no le extrañará que quiera quedarme con ella por un tiempo.

—Vale—asintió no muy seguro—Y...¿Estás bien? Lo que escuche fue bastante d...

—Era necesario—lo interrumpió mientras lo miraba serio—Sabes como es Andrea y no sé decirle que no, lo mejor que he podido hacer es alejarla.

—¿Y eso es lo que quieres? ¿No hablar con ella nunca más? Simplemente podrías haberle sido sincero de lo que Paul te contó, ella hubiera sido la primera en pedir distancia.

—Pero ¿Cuánto tiempo hubiéramos tardado en volver a esto? Si para que papá esté bien tengo que renunciar a...Andrea..—pronunció su nombre con dificultad mientras sus ojos se llenaban de lágrimas—Que así sea, no quiero verla, no quiero oír su voz...no sabré nada de ella si es necesario—comenzó a llorar—Aunque sea una mierda súper injusta.

James entro a la habitación y entre sus brazos intento consolar a su hermano, nuevamente, algo que no sirvió de mucho pero al menos le aportó algo de cariño que necesitaba en esos momentos.

Por la noche James fue a casa de Aurora y como los señores Mitchell adoraban al mayor de los hijos de los Simpson y estaban muy contentos con la posible nueva relación que pudiera tener su hija con él lo dejaron subir a la habitación de su hija, sin ningún tipo de control, e incluso les dejaron cerrar la puerta.

Eso fue algo que mosqueo a Danielle, no porque James le cayera mal porque no era así, si no porque sus padres nunca habían sido tan liberales y sin normas, según ella, nuestros protagonistas podían hacer muchos desastres.

James acostado junto a Aurora y le contó en detalle lo del infarto de su padre, como Víctor iba a volver a la casa de al lado con Tati y había roto de aquella manera tan dolorosa con la que él creía que era el alma gemela y la mujer de la vida de su hermano.

Por otro lado Aurora le contó como el día anterior entraron a robar Los Águilas a la casa de su tíos y como el novio de su prima era de esa banda, bueno ahora ex.

—Menudo día más raro el de ayer—sentenció finalmente James mientras le acariciaba la cabeza a la castaña—Mi padre infartado, Víctor rompe con Andrea y se va de casa, atracan la casa de tus tíos, Julia sospecha de su novio y corta con él, parece el argumento de una novela malísima.

—Sí. La verdad es que no se dónde irá a parar todo esto.

James la miró y se dio cuenta de que la vida era demasiado efímera como para esperar, el reciente fallecimiento de Rebecca lo había demostrado y también como casi su padre podría haber muerto por un infarto, tenía claro que no quería arrepentirse de nada así que se iba a disponer a pedirle a salir oficialmente a la chica de sus sueños, creía que conocía lo suficiente de ella y estaba harto de perder el tiempo.

—Sal fina, setenta centavos—dijo este haciendo que Aurora lo mirase confusa.

—¿Qué dices?

—Sal gruesa, noventa centavos.

—James, no entiendo el chiste.

—Sal conmigo, por fa—la miro e hizo puchero, provocando la risa de la morena y finalmente la sonrisa de esta—En serio, sal conmigo—le acarició la mejilla—La vida es demasiado corta como para perder el tiempo de esta manera y yo ya tengo claro que eres la única con la que quiero estar.

Aurora sonrió y pegó su frente a la de James.

—Esta bien—sonrió—Oficialmente somos novios.

—Bien.

No se podían dejar de mirar de aquella manera tan dulce y lentamente tomaron contacto sus labios de aquella manera que solo podían hacerlo las personas realmente enamoradas, pero el beso fue subiendo de intensidad ya que ambos necesitaban sentirse, estar piel con piel. 

James mientras el beso transcurría se fue colocando encima de ella mientras esta acariciaba su espalda, aún cubierta por su camisa. James rompió el beso y la miró junto a una sonrisa, gesto que ella imitó.

Se quitó la camisa y ella hizo igual  para volver a entregarse sus labios, más tarde los labios de James pasaron a su cuello haciendo que esta tuviera que ahogar sus pequeños gemidos mordiéndose el labio porque sí, sus padres le daban total libertad con James pero nunca era agradable que tus padres te pillaran en esa situación.

La ropa fue desapareciendo.

La pasión se intensificaba al igual que las caricias y los besos en diversas partes del cuerpo, dando lugar al primer encuentro sexual de los protagonistas de esta historia.

Una vez acabaron se acurrucaron el uno con el otro y quisieron que el momento se convirtiera en eterno, ellos dos en esa cama...¿Era demasiado pedir que para siempre?

James miró a Aurora junto a una sonrisa.

Aurora miró a James junto a una sonrisa.

James cogió la mano de Aurora y le dio un leve beso.

Aurora le dedicó una sonrisa aún más grande y beso también la suya.

Se pertenecían, era un hecho y tenían claro que eran el destino de cada uno y que iban a luchar por ello, para quedarse juntos de esa manera tan especial en la que estaban dejando a sus sentimientos corretear libremente.

Ya no eran prisioneros de ellos y mucho menos fugitivos, ya no huían de nada y habían decidido afrontar todo lo que conllevaba abandonar la zona de confort que era su amistad para sumergirse a un terreno tan peligroso como el que era una relación seria y estable.

Huyendo de los sentimientos.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt