¿Qué pasaría si Taehyung logra que aquella mujer caiga en sus encantos y la lleve para un abismo de oscuridad y placer?
-Anda, ábrete de piernas y gime para mí, preciosa...-
•Heterosexual
•Lenguaje explícito y vulgar
•Contenido +18
•Fluff
•Menciones...
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Me despierto por los leves rayos de luz que entran por el gran ventanal, palmeo a mi lado y me doy cuenta que TaeHyung no está, doy la vuelta y termino boca abajo, el olor de la fragancia de él es riquísimo y adictivo, podría pasar todo el día en esta cama pero lamentablemente me tengo que levantar porque claramente no es mi casa.
Me peino para disimular que mi cabello está un poco enredado y camino en busca de TaeHyung, voy hasta la sala de estar y no lo veo, camino hasta la cocina y él está haciendo el desayuno con solo un pantalón puesto y su ropa interior negra Calvin Klein, por favor, necesito controlar mis hormonas.
—Buenos días—mi voz sale más ronca de lo normal porque recién me levanto, él se da la vuelta y me mira de arriba hacia abajo con lentitud, cuando sube la mirada a mis ojos, humedece sus labios con la lengua y me hace una señal para que me acerque.
Me acerco cautelosamente, cuando estamos a menos de un metro deposita un beso en mi mejilla y me sonríe.
—Buenos días, muñeca—su voz ronca y grave penetra mis oídos y mis piernas tiemblan ligeramente, literalmente cada vez que habla causa eso en mi, su voz es poderosa.
Camino hacia la mesada y me siento quedando a su lado mientras veo como cocina.
—¿Cómo dormiste, nena?—mientras él prepara los panqueques yo me dispongo a observarlo.
—Dormí bastante cómoda, gracias por dejarme dormir en tu casa, oppa—él movió su cabeza en mi dirección cuando escuchó como le dije, cuando vi que se acercó a mi poniéndose entre medio de mis piernas, mi respiración se entre cortó.
—¿Cómo me has llamado, Su?—su cálido aliento choca contra mi mejilla y veo como coloca cada mano al lado de mi cadera.
—¿Q-qué haces, oppa?
—Mmmh, así que ahora soy oppa para ti, ¿Desde cuándo tenemos ese nivel de confianza, linda?—dio un casto beso en mi mejilla y fue descendiendo por mi mandíbula hasta llegar a la curvatura de mi cuello.
—D-desde que me dejaste dormir aquí, pero si quieres no t-te lo digo más—tartamudeé por lo nerviosa que me encontraba, su cercanía nubla mis sentidos y no entiendo porque me encuentro así con él.
—Oh no cariño, no me malinterpretes, quiero que me lo sigas diciendo, la palabra oppa saliendo de tus carnosos labios hace que piense cuantas cosas puedo hacerte arriba de esta mesada en este momento...—chupó mi zona sensible del cuello y gemí bajito, no quiero que se de cuenta que me tiene a su merced.
