Octo

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Subo el volumen del auto de JungKook y prosigo a mirar el paisaje por la ventana

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Subo el volumen del auto de JungKook y prosigo a mirar el paisaje por la ventana. Siento su mano apretar ligeramente mi muslo descubierto y luego la deja nuevamente en el volante.

Se preguntarán que pasó y porqué estoy en su auto, bueno, ayer me llamó llorando super arrepentido de lo que me dijo en la pelea y me pidió para vernos, aunque tenga mi orgullo, no le voy a negar la posibilidad de explicar porque actuó así conmigo, ya después veré si lo perdono o no.

—JungKook-ah, ¿a dónde vamos?—me miró de reojo y chasqueó la lengua.

—Que impaciente Su, ahora verás, no estamos tan lejos, solo aguarda—me devolvió la mirada y me sonrió mostrando sus dientes de conejito.

Asentí y miré nuevamente a la ventana, todavía sigo pensando en el suceso del domingo con TaeHyung, la forma en la que me dominó, sus besos, sus manos recorriendo mi cuerpo y sus dedos y labios mágicos, ese hombre me hace suspirar y mojar mis bragas con solo hablar o una mirada, cosa que me extraña, cuando él está cerca de mi, no puedo controlar mi propio cuerpo y todo me juega en contra.

Pero siendo sincera, ¿quién se resistiría a semejante hombre?

Pero lo que sé es que esto no puede volver a ocurrir, si admito que me dio el mejor orgasmo de mi vida pero todo tiene un límite. Y este es el mío.

Entre tantos pensamientos, noto que JungKook me abre la puerta del copiloto y me tiende su mano, la acepto dudando un poco al principio pero ya que.

El viento de la ciudad golpea mi piel sensible produciéndome escalofríos que JungKook logra notar.

—¿Tienes frío?—su simple pregunta me toma por sorpresa.

—Sí, un poco—le sonrió a medias y me doy calor rozando mis manos en mis piernas adornadas por un jean negro con rotura.

—Ten—me da su chaqueta de cuero negra pero yo automáticamente niego, él solo tiene una remera manga larga abajo de su abrigo, no puedo simplemente quitársela.

—Nop, puedo aguantar—miro sobre el horizonte del paisaje y frunzo el ceño—¿qué hacemos aquí?—señalo el lugar y JungKook se ríe.

—¿No te acuerdas, cierto?—meneo la cabeza y él sonríe tiernamente, me abraza por los hombros y me tenso al instante, su olor me impregna las fosas nasales y me marea un poco, este chico todo el maldito tiempo huele bien—aquí fue donde vinimos en nuestra "primera cita"—hace comillas en las dos palabras porque en realidad no fue una cita de verdad, siempre fuimos amigos y agradezco eso.

—¿Huh?, ¿en serio?, no recordaba este lugar así, está más... ¿vivo? No sé, se ve mucho mejor.

Estábamos en una especie de colina, desde aquí podemos ver gran parte de Seúl, en el cielo los colores anaranjado, rosado y azul predominan dando un anochecer espectacular, el viento, aunque sea bastante, se adapta al ambiente dándole un toque de paz.

Prohibitorum-K.TH +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora