Capítulo 8.1.

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5 de noviembre.

Es curioso la manera en que las personas demostramos nuestras inseguridades.

A veces pretendemos que nada nos importa. Algunas otras, intentamos intimidar a los demás para que no descubran esas debilidades.

Y este último es la forma en que la verdadera Pamela Almada se oculta.

Hoy por la mañana cuando llegué a la escuela, me la encontré en el pasillo... O mejor dicho, ella me estaba esperando.

En cuanto noté su mirada furiosa, adiviné lo que estaba pasando por su mente. Pamela Almada, la guapa Barbie morena, estaba celosa de mí, Marcela Rivas, la chica que nadie conocía.

Me dijo que debía de alejarme de Daniel o me arrepentiría, ya que estaba pisando su territorio. Quise darle un sermón sobre la importancia de no depender de nadie, pero supuse que mandaría a la mierda por la manera en que me miraba. Así que sólo atiné a decirle que no debía de preocuparse por mí, pues Daniel sólo era una clase de amigo.

Ella no pudo decir nada más, pero se encargó de dejarme en claro que Daniel es de su propiedad. Cuando llegamos al salón corrió a lanzarse a los brazos de él, quien pareció sorprendido de vernos juntas.

Daniel, Daniel. ¿Qué se supone que debo de hacer contigo? ¿Por qué intentas entrar a mi vida en el momento equivocado? Estos últimos dos meses de vida no pretendía hacerme de un nuevo amigo que, quizá cuando muera, sufra con las otras pocas personas que me aprecian. Pero tú no lo sabes, y espero que nunca sepas que lo mío será un suicidio. Ahora sólo me queda disfrutar de esta efímera amistad que me empieza a hacer sonreír como hace mucho no lo hacía. 

Aunque creo que las cosas se me están escapando de las manos.Me recosté con él en su cama, sin ninguna mala o morbosa intención, simplemente fue un desliz por parte de ambos. Sólo... fue un momento de compañerismo, algo que no se repetirá. Pero aún hay algo que no termino de entender. Daniel creyó que estaba dormida y plantó un beso en mi frente, lo que ocasionó que todo mi cuerpo temblara... ¿Acaso también ese beso fue sólo por parte de un compañero?

Luego de dormir un rato juntos, desperté para prepararle una cena a modo de agradecimiento. Todo estaba marchando bien hasta que apareció Pamela y casi se desata la tercera guerra mundial. Se puso histérica, incluso pareció que quería asesinarme, pero no me dejé intimidar por ella. 

No volveré a ser la víctima de nadie. 


Cuando la oscuridad venga [1]Where stories live. Discover now