Capítulo 11.1.

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7 de noviembre.

Ha sido complicado seguir escribiendo mientras Daniel está cerca. Y no entiendo qué es lo que me preocupa, si todo lo que escribo aquí se trata de él y de lo que hemos vivido estos últimos días. 

Hoy, por ejemplo, fuimos a la escuela únicamente para ver un letrero enorme que decía que no habría clases. ¡Vaya! Somos unos completos idiotas. Aunque fue mejor volver a casa, ya que pude verlo por primera vez sin playera y confirmé mi teoría: tiene abdominales de atleta. Además aceptó mi propuesta de hacer ejercicio juntos, eso me preparará para enfrentar de mejor manera cualquier pelea en la que me pueda involucrar, digo, no es como si estuviese buscando riñas para participar, pero es mejor estar precavida. Y dormir a su lado, de nuevo fue una experiencia maravillosa, me di cuenta de que ronca ligeramente cuando está acostado boca abajo. Me dieron tentaciones de grabarlo, pero seguramente se molestaría.

Cuando desperté, me metí a bañar, para intentar lavarme la culpa por dormir con un chico que tiene novia, pero cuando mis pensamientos estaban aclarándose, Daniel entró al baño y me vio desnuda. ¡DESNUDA! Casi me da un infarto cuando lo vi ahí. Claro que me puse como loca y empecé a gritar con histeria. Lo golpeé en el pecho varias veces, y no obtuve reacción, pero cuando le di un puñetazo en el estómago, se volvió una bestia. Me empujó a la cama para tranquilizarme, pero lo único que logró fue desnudarme y asustarme. Me aprisionó con su cuerpo, tapándome la boca, sujetando mis muñecas y diciéndome que si quisiera hacerme algo, ya lo hubiera hecho. 

Me atemoricé, jamás me había mirado de esa manera. Sin embargo, recordé que él es Daniel Blair, el chico descuidado y caótico. La agresividad debe de ser innata en él. Aunque me gustaría que me mirara de una manera especial, no lo sé, quizás con amor. Como sea, no puedo pensar en éso, a veces olvido que él está enamorado de Pamela. Y sólo fue una ilusión efímera el creer que él sentía algo por mí.

Estuve a punto de marcharme, pero insistió en que me quedara, y las palabras que dijo quedarán grabadas por siempre en mi cabeza:

"Porque eres la única chica que quiero en mi cama, pero no para tener sexo, sino para cuidarte."

En verdad quiero confiar en él, pero algo me lo impide. Tal vez sea por todo el daño que me han hecho las personas. Pero deseo que Daniel sea diferente, es lo único que pido: que no me falle.
Después, más noche, me cuidó cuando mi temor por la oscuridad salió a flote. Sujetó mi mano con fuerza y éso me hizo ser valiente una vez más. Estar a su lado me ha hecho cambiar, reflexionar y dudar. No sé qué está ocurriendo. Apenas ha pasado una semana desde que nuestra amistad comenzó, y algo ha cambiado en mí.

En realidad, llevo varios días sin pensar en el suicidio.


Cuando la oscuridad venga [1]Where stories live. Discover now