Te utilicé

47.3K 5.1K 8.5K
                                    

TE UTILICÉ
*.*.*

(LOS AMO, DRAMA QUEEN)

—...Así que empieza por decirme, si no quieres que sea peor, Nastya.

Los sentidos flaquearon ante la tortura con la que sus carnosos labios soltaron esa advertencia, con una sensual lentitud que por poco embobaban mi boca para que imitara sus movimientos

O peor aún. Tentando mi boca para hacerla abrir y devorar la suya tanto como deseé hacerlo abajo, besarlo con una locura desmedida.

Arrancar el sabor de esa textura cálida y suave con cada movimiento de mi lengua, degustarla hasta perderme en la adicción que me provocaba y volverme dependiente de ello.

No. No voy a hacer eso. Mi entrecejo se hundió tratando de no perderme en ese deseo carnal, sintiendo como al cerrar los parpados las ultimas lágrimas se derramaban en mis mejillas, goteando una que otra contra sus pectorales: recorriendo esa endurecida y blanca piel hasta encima de sus areolas.

—De esta manera no quiero tenerte, deja de acorralarme— casi se lo gruñí.

Traté de torcer el rostro hacia un costado, con la necesitada urgencia de romper con el contacto tan estacándolo entre nuestras bocas. Pero mi siquiera pude moverme ni un par de milímetros debido a los dedos apretando más mi quijada.

— Tendrás que acostumbrarte porque así es como te voy a tener, mujer— la vibrante ronquera con la que, arrastraba peligrosamente cada palabra sobre mi boca, no solo secó toda mi cueva bucal, sino que perforó mi cuerpo con un escalofrió estremecedor.

Una maldición se escupió en mis entrañas, las cuales estaban encantadas con ese calor concentrándose en mi entrepierna, y abrumadas por la hechizante ronquera de su voz que intentaba apagar esa maldita culpa y bloquear el ardor acalambrando mis nudillos después de romper la mitad del espejo en el lavamanos.

Odié todavía más la fuerza de sus feromonas.

No. Mejor dicho, estaba odiándome más por no poder combatirlas tan si quiera un poco, no poder apartarlo de mí y de una vez por todas, terminar con todo esto en vez.

Terminar con mi lamento que por mucho que Anna y todos los demás involucrados me hayan mentido, al final era culpable por soltar los gusanos. Era igual de culpable. No podía hacer nada al respecto y llorar era una pérdida de tiempo de lo que ya estaba harta y fastidiada.

Y terminar con el engaño a Siete. Le omití la verdad para sobrevivir, aunque el hecho de confesarle lo del frasco que no era mío, me hizo creer que me mataría. En serio que sí. Aun así, permanecí ocultándole la verdad e involucrándome con él más de lo que no debí.

Por eso también tenía que terminar con la atracción sexual entre los dos, al menos con la de él. Porque él era un experimento capaz de matar, y yo la mujer que cometió un error. Si dejaba que esta lujuria adictiva creciera con el engaño de por medio, no terminaríamos en nada bueno.

—No puedo acostumbrarme con esta tensión — me queje, sintiéndome perturbada cuando por un instante, parte de mi boca quiso cerrarse y lamer su labio inferior.

Una vez más empujé con desespero mi mano contra su torso rotundamente caliente y sin esperar más, tiré de mi rostro con la intención de alejarme de la tentación.

Pero esos dedos terminaron ladeándome tras apretarse más a mi quijada, profundizando escandalosamente el toque de nuestras bocas y esa humedad de su aliento remojando no solo la piel de mis labios, si no esa parte tan sensible de mi cuerpo dónde un acalambrado calor invadió el interior de los músculos más bajos de mi vientre.

Experimento Corazón negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora