LA CARNADA- Thiam

Especial día de las madres parte 4

***
Theo se inclinó hasta que su oído quedó tan cerca de la boca de Liam que sintió los suaves labios acariciarlo.

-Tu perdón va a estar decidido según qué tan bien me hagas el amor.

Su mente se quedó en blanco. Podía tocarlo. Podía hacer lo que siempre soñó desde que descubrió que sus sentimientos por Liam eran algo más que una amistad.

Suspiró confundido.

No quería lastimarlo, lo amaba, él realmente lo amaba desde hace mucho, pero aunque ese amor también era deseo no estaba tan seguro sobre cómo actuaría. Con el otro Omega había Sido tan brusco que no tuvo cara para ver a Liam por semanas, se sentía tan culpable por una traición que aunque no estuvieran juntos, contaba como una.

Liam lo miraba esperando su reacción. Obviamente estaba emocionado pero también asustado. Le había pedido que le hiciera el amor. No solo era sexo. Había una gran diferencia entre hacer el amor y tener sexo.

Quería amar a Liam de una manera indescriptible, quería hacerlo sentir la persona más divina del mundo, todo de él le encantaba, cada mirada, Caba palabra que salía de su boca, hubo momentos en los que se sintió tan mal consigo mismo por pensar en él de esa manera que se limitaba a observarlo, grabar cada detalle de él para guardar todo como un precioso recuerdo, y ese momento en el que fueran uno sería el más preciado.

No sabía cómo, pero sí, le haría el amor a Liam. De una manera en la que ninguno de los dos lo olvidaría.

Sus ojos estaban fijos en los del chico debajo de él, pero la mirada que proyectaba era una calma tan agazajadora que el ambiente se volvió tranquilo, bajó lentamente su rostro hasta quedar a milímetros de rozar sus labios, solo un poco más y lo estaría besando.

Pidió silenciosamente su permiso y el otro chico fue quien unió ambas partes. Mientras el beso fluía tranquilamente el mayor pasó la una mano detrás de la cabeza del chico para sostenerle la nuca y la otra la cintura y lentamente lo fue levantando hasta quedar ambos a la misma altura. Era tan lindo tenerlo cerca, mezclando sus respiraciones y emitiendo calor que los calentaba hasta los huesos. Theo se sentó en el suelo y sin dejar de besar a Liam le indicó que hiciera lo mismo, el chico algo vacilante pasó una de sus piernas sobre las de Theo y se acomodó en su regazo. Se tuvieron que separar para recuperar el aliento, aunque fuera un beso tranquilo ninguno de los dos se había separado del otro.

Liam estaba tan rojo como un tomate tal vez por la vergüenza de la situación o por no tener suficiente oxígeno. Miró a Theo y exhaló sobre sus labios. Era guapo y lo había notado desde que se hicieron amigos, tal vez muy en el fondo siempre lo supo pero nunca lo aceptó.

Le gustaba aquel chico de ojos marrones que siempre lo veía con intensidad. Pero en ese momento no era así, ahora su mirada estaba llena de admiración, como si tuviera algo precioso ante sus ojos. Eso lo hizo sonrojar aún más. Cerró los ojos para calmarse y no perder la calma. Después de todo había sido idea suya el proponerle tal cosa tan desvergonzada.

Entonces sintió un cálido beso en su mejilla, luego un poco más abajo, luego en el cuello. El calor y la humedad de los besos de Theo le hicieron derretir su interior, estaba tan caliente que su cuerpo no tardó en reaccionar.

Respingó y abrió los ojos cuando sintió la lengua húmeda de Theo lamer su cuello, luego sus dientes mordieron sin lastimar el lobulo de su oreja. Justo después unas palabras fueron susurradas provocando un jadeo de su parte.

-me tomaré mi tiempo para esto porque hoy quiero hacerte gritar pero no de dolor, sino de placer.

Cuando se movió fue cuando notó el bulto que presionaba contra su trasero, pensamientos lujuriosos invadieron su mente mientras Theo estaba entretenido besando y mordiendo su cuello. No iba a mentir, le gustaba la sensación de tener al otro chico disfrutando de él, pero su cuerpo ya le pedía acción así que trató de ser discreto y moverse sobre Theo para estimular aquel punto palpitante de su trasero.