Alem es como una chispa en medio de la penumbra que te hacía despertar del sueño oscuro en el que estabas sumido.
Nadie puede imaginarlo sin su sonrisa tirando de sus labios mientras caminaba por las calles de la ciudad, como si en un punto de su hi...
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— ¿Por qué tarda tanto? — gruñó Rita mientras volvía a sentarse sobre la banca de la parada de autobuses que se encontraba a unas cuadras de la casa.
La camioneta de nuestra madre había quedado averiada desde el día del tornado, y debido a que su mecánico de confianza había sufrido serios daños en su local no había podido recibirla, hasta ayer.
— ¿Con quién te mensajeas? — preguntó mi hermana menor cuando mi celular volvió a sonar.
"Tyler." mentí.
En realidad era la rara quién se había tomado el tiempo de escribirme un par de resúmenes acerca de las torturas que podría llegar a hacerme si comenzaba a comportarme de manera diferente ahora que la vida real seguía, deslizándose fuera de nuestras burbujas que comenzaban a crecer.
Era extraño todo esto, sentir que la vida se me escurría de entre los dedos de nuevo hace un par de semanas y ahora vivir con esta sensación de paz arremolinándose en mi pecho. Ahora hasta respirar se había convertido en todo un nuevo descubrimiento cuando el nudo que lograba almacenarse en mi garganta desapareció.
No quería pensar en la verdadera razón por la cual mi corazón volvía a palpitar de nuevo con tranquilidad, mis labios volvían a estirarse en una sonrisa y la vida parecía perder un poco su maldad con cada paso que daba, porque si comenzaba a indagar sabría que comenzaría a perder el piso bajo mis pies. De nuevo.
— Así que las cosas con él van en serio, ¿no? — preguntó frunciendo el ceño. — ¿Mis padres saben que tu nuevo novio es amigo de la zorra esa?
Y aquí vamos.
Sabía que mi hermana no era tonta, al menos no tanto, y que su mente ya podría ir uniendo recuerdos para comenzar a crear alguna historia que amenazara con mi paz.
"Solo le tiene lastima, porque después de terminar con su novio ella se a quedado sola." gesticule con mis mano intentando quitármela de encima con todo su interrogatorio y extraña necesidad de saber más.
— Bueno, pues tienes que tener cuidado con ella Adele. — respondió antes de poner los ojos en blanco — Tiene una larga lista de amantes que la persiguen.
Asentí con indiferencia mientras me concentraba en el tráfico de la ciudad y el alba que comenzaba a cubrir el cielo de la ciudad, era raro que no me pareciera tan irritante como los demás días.
Tal vez estaba muriendo y este era mi nueva alucinación.
Rita estaba a punto de decir algo que seguramente iría relacionado con la tardanza del autobús escolar, cuando un coche clásico se detuvo frente a nosotras; frenando con tanta fuerza que las llantas se quedaron marcadas sobre el pavimento.
— Hola preciosa. — saludó el casanova fracasado desde el interior, con las ventanillas abajo y una sonrisa de oreja a oreja. — ¿Nos vamos?
