Alem es como una chispa en medio de la penumbra que te hacía despertar del sueño oscuro en el que estabas sumido.
Nadie puede imaginarlo sin su sonrisa tirando de sus labios mientras caminaba por las calles de la ciudad, como si en un punto de su hi...
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— Los tornados son uno de los fenómenos naturales más violentos debido a sus vientos veloces, que pueden alcanzar más de 400 kilómetros por hora y ocasionar muertes y daños devastadores a la infraestructura. — explicó el profesor de geografía mientras comenzaba a agregar un par de cosas en la pizarra.
¿Este hombre de verdad sabía en donde vivía?
Habíamos presenciado uno hace apenas un par de semanas, era lógico que todos sabíamos qué era esa cosa y los daños que podría ocasionar.
Mire la pantalla de mi celular, esperando que el tiempo para acabar con la tortura que era esta clase fuera cada vez menos.
— Señorita Adele, sabe que no pude sacar el celular en clase. — dijo el hombre frente a mí, provocando que las miradas curiosas se posaran sobre mí — Guárdelo.
Solté un suspiro cansado antes de tirar el celular en el fondo de mi mochila, esperando que el acto tan insignificante fuera lo suficiente para que todos a mi alrededor dejaran de mirarme como un mono en el zoológico.
— Gracias. — respondió con una sonrisa para nada sincera antes de mirar el reloj en su muñeca — Bueno, la clase se a acabado así que recuerden estudiar para el examen la próxima semana.
Semana de exámenes.
La segunda peor época de la historia estudiantil, la primera era la semana de entregas donde la mayoría de los alumnos perdían los estribos y las ganas de vivir, al menos todos aquellos que soñaban con estudiar la universidad o bien, mantener a sus padres contentos.
Para mí todo se resumía a la segunda, calificaciones buenas significaba que mis padres no se meterían conmigo por un largo tiempo y eso era lo que necesitaba; era mi oasis en medio del desierto.
Este año había tenido suerte con un par de clases, como en historia donde mi ensayo acerca de la primera guerra mundial y las medias me había dado como resultado estar en la lista de alumnos exentos.
No podía esperar menos, no después de que ese ensayo hizo que prácticamente todo esto sucediera; me dejó en terapia e involucrada con un trío de amigos para nada convencionales.
Y yo que pensaba que era la cosa más aburrida del universo.
Al menos lo que había sido mi gran hazaña escolar durante este ciclo, me había dado un poco de tiempo extra para poder escaparme a la biblioteca y adelantar algunos trabajos que tendría que entregar pronto antes de saltarme el descanso para asistir a asesorías de física que me aseguraban un par de décimas extras en mi calificación final.
Apenas había tenido tiempo de pensar en todo lo que había hablado con el vagabundo, me cansaba la innecesaria manía de mi cabeza de darle vueltas al asunto. La noche anterior había sufrido un ataque de ansiedad mientras me preguntaba si había hecho lo correcto a darle aquellas pistas y si en realidad todo esto acabaría en algo bueno.
