- Capítulo 29 -

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=== Tu ===

El a la vez que esquivó su mirada me soltó un poco haciendo que yo me riera un poco por su reacción. Me senté a su lado y él se sentó.

- Nadie se había preocupado tanto por mi en mi vida - bromeó él sacándome una sonrisa - (__) - dijo llamando mi atención.

- Si? - me gire para mirarle.

- Lo siento - me dijo él. Creo que me pareció la cosa más tierna del mundo, me lo dijo como si fuera un niño pequeño que acababa de partir un plato y siendo sincera me pareció que me lo decía de verdad.

- No tienes porque disculparte - le dije yo mirándolo con una pequeña sonrisa.

- Entonces, no te molesto? - me dijo él.

- Pues claro que, no - dije riéndome un poco por su reacción.

- Entoces no pasará nada si hago esto, no? - dijo colocándome en un rápido movimiento encima suya de nuevo, poniendo sus manos en mis caderas - Sabes, me encantan tus caderas - dijo mientras subía y bajaba sus manos lentamente haciendo que mi cuerpo se ruborizara. Yo desvíe mi mirada ya que mis mejillas se habían vuelto a teñir por su acción y sus palabras. Él con una mano suavemente tomó mi barbilla y la giró para que le mirase - Y no sabes como me encanta ver ese color en tus mejillas - dijo para después morderse levemente el labio.

Yo escondí mi cabeza y mi mirada en su pecho porque sentía que si lo seguía mirando me deretiría ahí mismo. Él soltó una carcajada por mi acción y de reojo pude ver como sonreía tiernamente. Nos quedamos un buen rato así, escuchando el sonido del mar de fondo. Hasta que yo miré mi móvil y al ver que eran casí las sietes, lamentablemente me tuve que despedir.

- Ivanov - llamé su atención.

- Si? - dijo con los ojos cerrados.

- Me tengo que ir ya - le dije mirándolo.

- No te puedes quedar un rato más? - me pregunto poniéndome ojos de perro mojado.

- Lo siento, pero si no, mi carroza se convertirá en una calabaza - dije bromeando y sacándole una sonrisa por su parte.

- Y qué pasa si te secuestro? - dijo pegandome más a él.

- Pues tendré que llamar a la policía - le dije yo.

- Alexander Ivanov, comisaría del CNP, encantado señorita - dijo cambiando su voz a algo más profesional.

Yo reí y luego le miré - Y si hacemos un trato? - le dije llamando su atención.

- Te escucho - me dijo él.

- Si me llevas a casa te daré una recompensa - le dije yo.

- Qué clase de recompensa? - me dijo mirándome curioso mientras me soltaba y se levantaba.

- Es una sorpresa - dije mientras me levantome.

- Eso no vale - me dijo él.

Yo reí por su actitud y caminamos en dirección al coche. Al entrar nos pusimos el cinturón y yo puse la radio mientras que el conducía. Empezó a sonar Suavemente de Elvis Crespo y como no, empezamos a cantar a todo pulmón. Parecíamos dos locos pero una de las cosas que sentía cuando estaba con él era que podía ser todo lo infantil o inmadura que quisiera, era como volver a mi infancia. Al llegar nos bajamos y me acompaño hasta la entrada.

- Bueno, tristemente aquí se separan nuestro caminos - dijo él algo desanimado.

- Oye, que no me muero - le dije yo bromeando.

- Ya, pero tu serás Bianca ya que (__) se va de la ciudad - dijo él guiñandome un ojo.

- Gracias de todas formas - le dije sonriendo.

- Y por curiosidad, cual es la sorpresa? - dijo emocionado.

Yo volví a reír y rode los ojos para luego agarrarlo de la camiseta y acercarlo a mi para hundirnos en un dulce beso. El movía sus labios y su lengua con mucha rapidez y facilidad al igual que yo. Nos separamos un poco para coger aire y pude ver en su cara una sonrisa boba, como si de un adolescente se tratase.

- Adiós, Ivanov - dije mientras me metía dentro de casa y cerraba la puerta detrás de mí. Me apoye en ella y suspire. Después camine hacia el sofá y me senté en él pensando en lo que acababa de pasar, pero esos pensamiento se fueron cuando vi que Black me había mandado un mensaje, hoy tocaba de nuevo vigilar la ciudad, ya que había oído rumores de gente vendiendo drogas. Me levanté del sillón y me dirigí a la ducha, ya que aún tenía algo de arena. Cuando terminé me vestí como White y me puse a esperar a Black en la puerta principal. Cuando a lo lejos escuche una moto salí y cuando comprobé que era él, me puse el casco y me monte detrás suya. Durante el camino a la fábrica comentamos lo que haríamos hoy aunque yo estaba algo metida en mis pensamiento.

- Lo has entendido o no ? - me dijo él.

- Qué? - le dije yo.

- Hola?, llevo hablando contigo dos minutos y tu estas en tu mundo, se puede saber que te pasa? - me dijo algo molesto.

- Nada, nada, simplemente me distraje un momento nada más - dije yo.

- Como te hiba diciendo aparte de vigilar, tenemos que averiguar quién es el proveedor de la droga y quien la pasa. He escucha por las calles que él que la pasa es un tal Trujillo, te suena? - me preguntó.

- Ni pvta idea - le dije yo.

- Bueno, pues te tocará a tí vigilar y a mi buscar a ese tío, si ves cualquier cosas extraña o necesitas ayuda avisa, entendido? - me pregunto él.

- Lo he entiendo - le respondí mientras me baja de la moto al igual que él.

- Bien, de momento estaremos los dos, pero luego irás tu sola - me dijo mientras subíamos al techo de la fábrica.

Nos quedamos observando y lo cierto es que la ciudad estaba bastante calmada hoy. Solo se escuchaba de vez en cuando el sonido de los coches pasar.

- Me vas a contar que te ocurre - me dijo sin quitar la vista a la ciudad.

- Pues simplemente estoy confundida - le dije sin quitar la vista al igual que él.

- Qué te confunde? - me pregunto con un tono relajado.

- Mis sentimientos, tu nunca has sentido algo por más de una persona? - le pregunté observando la ciudad.

- Nunca desobedería a la regla número tres - le dijo él.

- Regla número tres? - le pregunté.

- A si es, tengo un par de reglas que me mantienen en lo que estoy ahora mismo - me dijo él.

- Y cuál es la número tres? - le volví a preguntar.

- Bueno esa para mí es la más sencilla, ya que soy asexual, la regla número tres no enamorarse.

- Entiendo, me enseñadas algún día las reglas? - pregunté yo.

- Si, pero no me esquives el problema, es normal sentir una cosa por más de una persona pero, cuidado porque sin querer puedes hacer daño a alguien - me dijo él.

- Gracias por escuchar - le dije yo sonriendo un poco.

- Gracias a ti por confiar y recuerda no sólo somos compañeros de trabajo, también podemos ser amigos - me dijo sonriendo al igual que yo.

Continuamos

Spain RP y tuOù les histoires vivent. Découvrez maintenant