Capítulo 7: La noche que toqué de más mi teléfono

1.7K 118 32
                                    


- ¿Y Lali? – me miró – Esta semana como estuviste? – sonreí –

- Mejor, más relajada – levanté los hombros – Estuve pensando mucho también en porque me cuesta tanto soltar – asintió – y llegué a la conclusión de que mi miedo mas grande fue que me lastimaran, por eso nunca me abría con los hombres. Cuando lo hice me rompieron al medio.

- Vos podés entender que lo que te paso no tiene nada que ver con como sos vos no? – me preguntó mirándome a los ojos – Él que tuvo miedo y cobardía fue Santiago – clavó sus ojos en los míos – lo que sí tenemos que trabajar es que te paralizá que te lastimen y por eso no aflojas – me regaló una sonrisa de costado - ¿Por qué crees que es? –

- No lo tengo en claro – levanté los ojos – quizá tiene que ver que cuando me enamoró suelo dejarlo todo y entregarme por completo. Muestro mi lado mas sensible e inocente y no se si todos están listos para verlo

- Vos necesitas que te cuiden? – asentí con algo de vergüenza – Todos necesitamos eso Lali, no sos anormal por eso – rio – no tiene nada de malo ni demuestra debilidad. Cuando estamos con otra persona le estamos entregando nuestra intimidad y nuestros sentimientos, todos pretendemos que nos cuiden: a veces pasa y otras no – suspiré –

Cuando terminó la sesión y nos despedimos fue diferente a las demás oportunidades. Había en el aire una energía diferente, estar con él y charlar de lo que me estaba pasando se sentía bien, era sacarme una mochila de encima casi sin dolor.

Llegué a la oficina y mientras charlaba con mis compañeros los proyectos en los que trabajábamos avanzaban sin problema. Romina convocó una reunión con todos los empleados donde nos comentó algunas modificaciones que se venían dentro de la empresa. Se confirmó la fecha de la fiesta de principio de año donde las marcas con las que colaborábamos asistían y se presentaban nuevas propuestas. Mi rol era muy claro, tenía que comunicar toda la información de la misma y así mismo confirmar la asistencia.

La noche anterior a la fiesta estaba con Eugenia en mi departamento charlando y tomando vino, como de costumbre, y no tuvo mejor idea que agarrar mi teléfono y descargar una aplicación para conocer chicos. Al principio era mas divertido que serio, porque era ella quien seleccionaba por mi, también mantenía conversaciones con diferentes sujetos.

- Euge – la llamé desde la puerta de mi habitación- te parece este? – me asomé con un vestido negro bastante ajustado a la cintura –

- Me encanta Lalo! – me miró y siguió con la aplicación-

- Podes dejar eso y darme bola?! – le tiré un almohadón – viniste a ayudarme con la ropa, no a buscarme chongos – se rio y dejó el teléfono en la mesa para acercarse –

- A ver – se metió en mi placard y empezó a sacar prendas – este te queda bomba – sacó uno rojo – te pintas los labios como ya sabes y rompes la noche

- Es una fiesta del trabajo – revoleé mis ojos – no estoy yendo de levanté, todo lo contrario, estoy yendo a convencer a las marcas a que sigan trabajando conmigo

- Y por eso! – se tiró en la cama – con ese vestido convences a cualquiera, incluso a tu psicólogo – levantó sus cejas y se rio cuando me mordí el labio –

- Cortala con eso, no te voy a contar más nada – me senté a su lado –

- Me estas jodiendo? – me miró – Me hablas de sus ojos, de su risa, de su sonrisa, de cómo te mira fijo a los ojos mientras te lamentas por el otro estúpido – me tapé la cara – y pretendes que no te diga nada, que me quede callada

- Solo te hice un comentario, nada más – me levanté y la miré – es mi psicólogo Eugenia!

- Ay dejame de joder La -explotó de la risa – no fue solo un comentario y que sea tu psicólogo no quiere decir que no puedas mirarlo, además ya te dije que estaba muy lindo

Cuando despaché a mi amiga y dejó mi teléfono en paz me di una ducha dejando atrás toda la semana caótica que había tenido. Me senté a terminar de organizar los últimos detalles del evento de la agencia mientras comía chocolate y nadaba en planillas de Excel. Mi teléfono sonaba de a ratos con notificaciones de conversaciones y matchs que mi amiga había logrado para mi. Me reí en voz alta cuando leí sus charlas y vi quienes eran sus candidatos para mi. Seguí jugando con la aplicación un rato, mirando chicos y cada tanto siguiendo una charla con algun desconocido nuevo.

El sábado cuando llegué al lugar del evento con Rocío lo primero que hice fue agarrar una copa de vino. Elegí un vestido negro, y unos tacos altos para elevarme un poco más. Estaba repleto de personas que iban y venían por todos lados, personas de nuestra agencia como varios invitados. Me acerqué a charlar con los representantes de las empresas que trabajaba y aproveché para presentarlo a Franco.

Ramiro llegó con Lucas, su marido, y charlamos largo y tendido mientras el efecto del alcohol empezaba a llegar. Les conté lo que había hecho Eugenia la noche anterior y les mostré mis matchs rieron conmigo y recordaron como se habían conocido por una aplicación similar y lo bien que estaban. La noche transcurrió sin demasiado. Algunas gotas de vino por demás hicieron que terminara bailando desaforadamente con mi asistente. Cuando la fiesta llego a su fin, me subí al auto de Rochi que manejó hasta mi casa. En el camino seguí jugando con la app y encontré lo último que esperaba ver ahí, me tapé la boca y solo me digné a mostrarle a mi amiga el teléfono.

- ME ESTAS JODIENDO LALI?! – frenó en el semáforo y empezó a reír – A ver pasame ya – miró las fotos y abría los ojos – miralo eh – seguía pasando las imágenes

- Dame ya el teléfono – se lo quise sacar de la mano, pero me esquivo – Dale Ro – me reí y cuando le logré sacar el celular tocamos lo que no tendríamos que haber tocado. Le di like: apreté el corazón –

ReconstruirmeWhere stories live. Discover now