10. El club de los rechazados.

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¿OTRA VEZ TÚ?

Capítulo 10.

—Ades Cooper—

Si antes llegué a pensar que Abby no sentía nada por mí, descarto la idea, pude sentir su amor en cada beso, cada caricia y en cada te amo que salía de su boca. Nadie me había hecho sentir tantas cosas que no fueran simple placer, Abby me hizo conocer otra dimensión y cada vez que se estremecía en mis brazos me hizo entender que me ama de la misma manera que yo la amo a ella. Y sé que no será fácil que olvide la apuesta, pero haré que solo tenga ojos para mí como yo los tengo para ella, porque el amor que siento por ella no tiene comparación ni con el infinito, esto que sentimos traspasa todo límite que haya en el mundo.

Han pasado ya dos días desde nuestro encuentro y cuando le contamos a los chicos que andábamos nuevamente se pusieron felices, bueno, Megan puso su cara de amargada y a todos nos dio igual. Noté en la cara de Karla que la idea no le agradó mucho y por eso le he pedido que hablemos, sé cuánto la quiere Abby y no quiero cometer los mismos errores del pasado, y si Karla es importante para Abby debo estar bien con ella.

—Si me hiciste dejar a Belén con las locas de Dayana y Celeste debe ser bien importante lo que me vas a decir.

Une el entrecejo.

—Quiero hablar de Abby. Yo sé que cuando dijimos que lo íbamos a intentar no te gustó, me di cuenta por tu cara, necesito que sepas que yo amo a Abby, y quizás me equivoqué con lastimarla, pero esta vez es diferente —me mira atenta—. Sé que cuando la conocí le hice daño, pero yo me enamoré y me dolió perderla por mi actitud y mis actos, ahora quiero que todo cambie y justo porque para Abby eres como su mamá es que te digo todo esto, no quiero que ella se sienta mal al saber que no estás de acuerdo con nuestra relación.

—Que no me hables tan cortante es un buen avance —se endereza y relaja su rostro—. Ahora te seré clara yo, Abby para mí es mi hija y me dolió tanto verla sufrir porque un chico como tú la lastimó, quería matarte, pero debía dejar que ella aprendiera de la vida y cuando me vine a vivir aquí a Londres con Vidal y te vi llorando por Abby muchas noches comprendí que sí la querías. Cuando tuve a Belén y la cuidabas había veces que me asomaba y te escuchaba hablándole de Abby, de lo hermosa que ella era, entonces entendí que la querías a pesar de ser tan imbécil —muerdo mi labio para no reírme por cómo me ha llamado—. Yo no soy nadie para obligarte a que la dejes, si ella quiere estar contigo es porque te ama, y tú te ganaste todo por salvarla. No te lo había dicho, pero gracias, arriesgaste tu vida por la de mi Abby y eso me hace entender que la cuidarás.

—¿Entonces no te molesta que esté con Abby? —niega y entre mi felicidad la abrazo, pienso que no corresponderá, pero lo hace, ella me abraza y por primera vez siento como si mi mamá estuviera a mi lado, y no es para menos, Karla ha estado allí siempre sin importarle mi mal genio.

—¡Mami! —el gritico de enfado de Belén nos hace separar, está cruzada de brazos y su cabello castaño desordenado—. Tú me queres cambiar por mi manito.

—Claro que no te quiero cambiar —Karla le sonríe y da risa cómo marca la palabra «quiero» para que Belén sepa que se ha equivocado—. Solo estaba hablando con tu hermano.

—Tu mami jamás te cambiaría, creo que nadie podría hacerlo cuando eres una niña tan hermosa —me pongo a su altura—. Eres más hermosa que tu hermana Abby, no le digas que te lo dije, ¡shhh!

—Es un secreto —sonríe con sus mejillas rojas—. ¡Te quero mucho!

—Y yo también te quiero, hermosa.

La abrazo cuando se me tira encima. Su manera tan tierna de hablar me gusta.

—Creo que la que se va a poner celosa ahora soy yo —Karla se hace la enojada y Belén se va hacia ella.

—Mami, yo querer mucho a ti —esconde su cabeza en su hombro.

—Asumiré que te dijo que te quiere mucho —me rio—. Yo las dejo, iré a mi habitación —me excuso—. Karla, gracias por escucharme.

—Una lágrima que la vea votar por ti y olvídate que tienes eso —baja la mirada y comprendo a qué se refiere. Me voy riendo porque es raro verla hablando de esa manera.

Voy hacia mi habitación y escucho la voz de los chicos, se la pasan más tiempo aquí que donde viven ahora, vienen junto con Víctor que al entrar se tira en un mueble, me giro para ir donde ellos.

—¡Hey! —Liam me da un apretón de mano.

—Tenemos planes para esta noche, solo hombres —Vans se sienta—. ¿Vienes? Claro, si te quieres quedar es mejor.

—¿Adónde iremos? —le quito la bolsa de chicharrones que trae Jasón—. ¿Por qué únicamente hombres?

—Al club nocturno de la 57, y todos aquí estamos de pelea con nuestras chicas, menos tú, pero igual eres de nuestro sexo y debes apoyarnos. Solidaridad masculina —Víctor se acomoda y no sé por qué dice «nuestras chicas» si él no anda con nadie.

—Que yo sepa tú no tienes chica —lo señalo y todos se ríen.

Me hacen una breve explicación que Víctor le puso el ojo a Yuris, me aclaran que es la misma que tanto odio, pero me quedo callado cuando me dicen que fue ella la que me donó sangre cuando yo estaba en el hospital, me esperaba todo de ella, pero jamás que haría algo para salvarme la vida cuando fue la que más daño nos causó a todos.

—En fin, aquí nuestro nuevo integrante quedó fechado cuando vio a Yuris, obvio él le coquetea, pero la chica sabe cómo hacerse la dura —Jasón me dice cuando nota mi negativa—. El punto está en que él hace parte de los rechazados que somos nosotros, las chicas están enojadas.

—No quiero verla metida en mi casa, Yuris no me agrada —aclaro—. Yo estoy bien con Abby, pero saldré con ustedes para acompañarlos en sus penas.

—Solo digo que Abby está del lado de sus amigas, digo, el sexo femenino es bien traicionero —Owen se hace el dramático haciéndonos reír.

—Déjate de dramas que no eres Megan —todos soltamos la risa y es que es muy chistoso que ni Vans la defienda por ser su chica.

—Bueno, entonces todos nos vamos a poner bien guapos, nos vemos en el club nocturno de la 57 en dos horas. Por favor, se me ponen bien papacitos porque esta noche vamos a ligar.

Como si fuéramos unos robots todos miramos a Víctor al mismo tiempo que ha puesto su voz como una chica, nadie evita reír porque se ha pasado con actuar como una chica. No sé por qué discutieron con las chicas, pero yo saldré con ellos para ser parte de los rechazados.

—Abby Jones—

¿El club de los rechazados? ¡Qué carajos! Mis amigas están bien locas, según ellas debo estar de su parte por el hecho de ser mujer, no he dejado de reír con sus rabietas, al parecer, todas se pusieron de acuerdo para discutir con los chicos, incluso Yuris que ha venido hace unas horas, ella habló con las chicas para disculparse y la van a poner a prueba para saber qué tanto ha cambiado. Por lo que me han dicho ella tiene alejado a Víctor quien la busca todo el tiempo. Esto es tan chistoso.

—No pienso quedarme encerrada cuando seguro el club de los rechazados anda por allí disfrutando —Dayana se levanta—. Saldremos.

—¡Club nocturno de la 57! —grita Tania llena de emoción—. Es el mejor y justo en ese lugar debemos estar nosotras.

—Si piensan que estaremos llorando por ellos pues están mal —habla Yuris—.  Víctor es un gran imbécil, lo odio.

—Esta noche nos olvidaremos que ellos existen —Celeste sonríe con malicia.

—Todas nos vamos a vestir bien hermosas, y ya verán ellos que nosotras también podemos estar sin ellos —Megan se pasea por todos lados, mis amigas han hecho tregua con ella por esta noche porque nos debemos apoyar.

—No entiendo qué tengo que ver yo con todo esto, Ades y yo estamos en nuestro mejor momento —digo con desinterés.

—El hecho de ser nuestra amiga te hace enemiga de ellos, tu novio seguro está del lado de sus amigos, con eso que son el ser más miserable y más follable del mundo —Celeste pone sus manos en mis hombros—. Tú ahora haces parte de nosotras y no del club de los rechazados, o sea ellos.

—Vale, ya me quedó clarísimo —las miro—. Saldré con ustedes.

—¡Arriba todo lo que sea follable! —grita Tania muerta de la risa, pero como si eso fuera poco todas las demás gritan:

—¡Arriba!

Como si fuera una comedia todas sacan de sus maletas la ropa que se pondrán y a mí me obligan a mirar qué me pondré, mientras las escucho decir mil insultos hacia los chicos, no quiero traicionar a Ades, pero ni modo, están mis amigas de por medio.

(….)

Con las manos a los lados de mi cintura me doy la vuelta para que las chicas me vean, todas me tiran piropos como hice yo con ellas hace un rato, siendo sincera, se ven hermosas. Yuris puede estar en silla de ruedas, y aun así sigue siendo tan bonita como antes.

Hoy no me siento menos que nadie, me he arreglado bastante bien. Voy vestida con una minifalda tiro alto de color mostaza que en la parte de arriba trae un botón negro y se ajusta con un lazo, no deja tanto a la imaginación, la llevo combinada con una blusa color hueso, es de mangas caídas lo cual deja ver mis hombros, como soy tan feliz en botines me pongo unos mostazas y suelto mi cabello, está en capas y así mi rostro se ve más fino por el maquillaje que me he aplicado que es el perfecto para una noche de fiesta.

Salimos de la casa y mis amigas siguen hablando sobre todo lo que harán y que van a tomar hasta olvidar su nombre, me han dicho que hacen karaoke en grupos, algo así como hombres contra mujeres y ellas quieren que participe con ellas porque por meses fui parte de una banda en Reino Unido hasta que me alejé porque no quería descuidar mis estudios.

Nos encontramos entrando al club nocturno de la 57, nos han dejado entrar sin problema y yo llevo a Yuris porque no me da pena, el ambiente está muy bueno, luces multicolores, dos barras bastante grandes, una pista de baile amplia que parece pequeña con el montón de gente que hay, en el segundo piso hay mucha gente, pero no prestamos tanta atención y nos ubicamos. Algunos chicos que están enfrente nos miran mientras sonríen y nosotras los ignoramos, quedamos en el camino que sería noche de chicas.

Me rio sin control alguno cuando veo a Yuris bailando en su silla, ella mueve sus brazos y hace caras bien divertidas, creo que ella es la que más disfruta. Todas empezamos a bailar al ritmo de la música y de las mezclas que hacen, empezamos a tomar y todo es risa, todas cantamos sin pena alguna mientras nos movemos, y aunque Megan quiere sobresalir entre nosotras ignoramos eso, el sonido de las canciones es tan pegajoso que pone a bailar a cualquiera.

Ya ha llegado la hora del karaoke y han pasado varios grupos hasta que el barman que se hace cargo del concurso grita a todo pulmón el nombre de nuestro grupo.

—¡Con ustedes… las sexis! —todos empiezan hacer algarabía cuando vamos donde está él y se escuchan los piropos, y es que no sé cómo a Dayana se le ocurrió este nombre, estamos riendo bien cómodas hasta que él vuelve a gritar—. ¡Y, por otro lado… el club de los rechazados!

Para nuestra sorpresa, aparecen todos los chicos y al vernos quedan igual de sorprendidos que nosotras, pero nos ignoramos por completo, quiero sonreírle a Ades y las chicas no me dejan ver hacia ellos. El turno de cantar es para nosotras y nos toca una canción llamada los consejos, es de la cantante Greeicy. Gracias a Dios no las sabemos a la perfección, así que haremos nuestro mejor show. Nos ubicamos una al lado de la otra para empezar y antes le damos una mirada a los chicos y les damos una sonrisa de suficiencia para que miren y aprendan que nosotras también podemos con ellos o sin ellos.

{En el baúl de los recuerdos
Donde guardo las cosas que no se olvidan, ahí estás tú, mi vida
Ahí estás tú, mi vida

Mamá me dijo: ten cuida’o
Porque se pierde lo que un día se descuida, cuánta razón tenía
Cuánta razón tenía } Abby y Dayana.

Duele quererte y tú tan lejos
Tenía la fe que íbamos a llegar a viejos. Me hago la fuerte, pero es complejo, si la tristeza se me nota en el espejo

Hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos. Hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos } Celeste y Yuris.

Prendí una velita a mi santo, estoy que no aguanto, me duele tanto, de la risa al llanto, pasé. Pensando que está lejos el día que vuelvas. (El día que vuelvas)

Mis amigos dicen que no es pa’ tanto, que amores hay tantos, que mientras tanto siga evitando caer, pero sigo chocando con la misma piedra (Con la misma piedra) } Tania y Megan.

Te juro que este golpe nunca lo vi venir, no he podido ni dormir pensando en que te perdí. Hay cosas que nunca te di, ya es tarde pa’ decir te di donde dolía y me dolió más a mí} Abby.

Duele quererte y tú tan lejos
Tenía la fe que íbamos a llegar a viejos. Me hago la fuerte, pero es complejo, si la tristeza se me nota en el espejo

Hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos, hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos. (Ay, ay, ay, ay, ay, ah)

Hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos, hoy, más que nunca, es cuando duelen los consejos} Todas.

Terminamos de cantar y todos gritan emocionados, les hacemos reverencia y los chicos nada más nos miran hasta que se nos acercan y nos quitan los micrófonos, nos quedan mirando y nos dicen en unísono.

—Miren y aprendan.

Nosotras solo nos cruzamos de brazos para ver qué canción les sale y quién de los dos grupos tendrá derecho a tomar toda la noche sin pagar un peso porque ese es el premio y ya después cada quien regresa donde estaba. Esta noche es para disfrutar.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Where stories live. Discover now