¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©

36. Lo quiero todo contigo ( Final)

¿Otra vez tú?

Capítulo 36.

—Abby Jones—

¿Podemos ser completamente felices? Es la pregunta que muchos nos hacemos en uno de esos momentos donde sentimos que nada tiene sentido, y quizás yo también llegué a hacerme esa pregunta porque sentía que no valía nada, que mi vida no tenía un rumbo. Pero precisamente hoy entiendo que nunca seremos completamente felices, y eso no quiere decir que no seamos felices, simplemente que por muchas personas que haya a nuestro alrededor nuestro corazón va a sentir ese pequeño vacío que nos dice que hay alguien que no está aquí, en mi caso, sería madre.

Tuve que pasar tantas cosas malas sin que ella estuviera, muchas noches lloraba su ausencia, porque sentía que para nadie valía la pena, que para nadie era importante, pero también sabía que por más lágrimas nadie me la iba a devolver, porque en segundos la perdí para no verla nunca más, sabía que ella me cuidaba desde el cielo, pero la quería a mi lado para olvidar cada una de las humillaciones que me hacían por ser tan tímida.

Por muchos años no entendía por qué todo me tenía que pasar a mí, y estuve tan metida en mi mundo que jamás me detuve a pensar el infierno que viven aquellas personas que me hacían sentir poquita cosa, por ejemplo, Ades, desde que lo vi por primera vez en aquella casa donde vivíamos me hizo sentir mal con su actitud, y entonces entendí que iba a hacer de mi vida la más miserable, me encargué de estar lo más lejos de él para evitar que me hiciera daño, pero, sin embargo, él estaba allí diciéndome qué hacer y a dónde, nunca le ponía peros por miedo a que me lastimara, y pensaba que era un auténtico chico problema. Pero cada vez que iba pasando el tiempo me sentía atraída por su manera de ser y de tratarme, y no sirvió de nada estar alejada porque me enamoré, me enamoré de ese chico que andaba en peleas, del que fumaba un cigarro de vez en cuando para calmarse y me enamoré del chico que llegó hacerme parte de una apuesta.

Reconozco que me sentí tan miserable cuando me enteré de que había sido parte de una apuesta, para mí todo era claro; me habían utilizado como si lo que yo sentía no valiera. Lloré tantas veces y quise vengarme de todo lo que me hicieron, pero el amor le ganó a la rabia que sentía en ese momento por Ades y por todos los que participaron.

El tiempo fue pasando y cambié tanto que pensé que de la Abby del pasado ya no quedaba nada, pero solo fue volver a ver a Ades para que el baúl de los recuerdos sacara a flote el amor que sentía, quise destruirlo y cuando estuve a punto de perderlo recordé todos los momentos que pasamos, y entre los buenos y malos momentos decidí quedarme con los buenos para ser feliz.

Muchas personas me hicieron daño y sin yo hacerle lo mismo recibieron su castigo. Fabián se fue por el mal camino pensando que el dinero le iba a dar el poder que quería para hacer lo que le viniera en gana, y un error lo llevó a la muerte y lo peor fue que por más oportunidades que le dio la vida las dejo pasar todas y se las cobraron una por una. Megan era chica hermosa que pudo tener todo a sus pies de buena manera, pero no, se dejó ganar de la ambición y perdió todo, se juntó con personas que solo querían dañar a todos y terminó igual que Fabián, y si digo esto es porque nos hemos enterado de que encontraron el cuerpo de Megan en un lote baldío con signos de tortura, y una carta que decía: quien nos la hace no las pagas. Fue allí donde supimos que Megan también andaba con personas que no eran de fiar porque se dejó ganar de la ambición y eso la llevó a la muerte.

Y por último está Yuris, una chica que conocí siendo de lo peor que se pueden imaginar, me hacía sentir menos cada vez que podía, y más de una vez le terminé tirando mis jugos encima porque no soportaba sus malos comentarios, pero ella a diferencia del resto se dio la oportunidad de cambiar al verse entre la vida y la muerte en un accidente, comprendió muchas cosas, y fue entonces donde cambió, sé que verla en el hospital el día que a Ades le dieron la puñalada me sacó de onda, pero cada cosa que me dijo me hizo ver que ella era diferente, incluso conoció el amor.