28. Eres tan patética.

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¿OTRA VEZ TÚ?

Capítulo 28.

—Abby Jones—

Dejar todo atrás y empezar de cero, es lo que tantas veces he hecho, pero esta vez parece que no seré feliz porque la vida se encarga de jugar conmigo cada vez que le da la gana. Mirar cómo Ades se besaba con una chica en su universidad hizo que todos los recuerdos del pasado regresaran, recordé las veces que se iba con Yuris y yo me sentía tan culpable porque pensaba que no era suficiente para él.

Mi vida cambió desde la apuesta y por más que quiero olvidar lo que decidió siento que no puedo, y es que no es fácil dejar que los fantasmas del pasado regresen a atormentar tu vida cuando ya estás por olvidar todo.

Pensé que Ades me explicaría todo, pero él únicamente me dejó en claro que dejáramos las cosas así porque no podía estar conmigo por mi desconfianza, pero ¿cómo creerle con su pasado? ¿Cómo puedo dejar que mi dolor quede en el olvido? Nada de eso es fácil y no sé qué vaya a ser de mi si sigo con esta careta de que nada me afecta cuando por dentro estoy destruida por todo lo que me atormenta y me afecta desde hace años.

Me cruzo de brazos cuando veo a Vans celebrar porque ha ganado una partida de ajedrez, bueno, en realidad, me ha ganado todas las partidas desde que estamos jugando. Me tira una palomita para que la alcance con la boca y cuando lo logro me le tiro encima con una sonrisa.

—¿Viste que soy buena en eso de atajar?

Me aparto un poco.

—¿Viste que te gané todas las partidas de ajedrez? —bromea con una sonrisa y le doy un golpe en el abdomen—. Me vas a matar con todos los golpes que me haz dado hoy.

—Exageras como siempre —trato de darle otro golpe, pero me toma de las muñecas y no creo que haya sido buena idea porque estamos demasiado cerca y puedo sentir la respiración acelerada de Vans quien tiene su mirada fija en mis ojos y de vez en cuando mira mis labios—. Deberíamos bajar a comer algo.

—Me vas querer matar por lo que haré, pero llevo mucho tiempo deseando hacer esto.

No entiendo a lo que se refiere hasta que me suelta y sus manos se van hasta mis mejillas, sus labios se pegan a los míos, y no sé qué me pasa, pero no correspondo por segundos, me ha tomado por sorpresa este beso, no pensé que lo haría. Separo mis labios un poco y sí le correspondo, pero no lo rodeo con mis brazos. Vans besa muy bien, pero ¿dónde están las mariposas que me hace sentir Ades? ¿Por qué mi corazón no se acelera como cuando Ades me besa? Vans me sigue besando con suma lentitud hasta que se separa mí, tiene su semblante es serio y sus labios están rojos.

—Debería matarte por lo que acabas de hacer, pero me gustó cómo besas —rompo con el hielo porque no quiero hacerlo sentir mal, Vans siempre ha sido sincero conmigo, incluso más que el mismo Ades—. Para la próxima, avísame, no quiero estar desprevenida.

—¿Habrá próxima vez? —sonríe dándome un suave beso—. Me gustas Abby, y quisieras que me dejaras estar a tu lado, yo sé que quieres a Ades, y que es muy pronto para hablar de una relación, pero te quiero y sabes que esto que siento es real.

—Y te creo, yo sé que me quieres, pero no quiero jugar contigo, Ades es y seguirá siendo una persona importante para mí y no quiero que sientas que solo estoy contigo para olvidarlo a él, no es justo para ti que ha sido sincero en todo momento.

—No te digo que tengamos una relación, solo conozcámonos más y miramos que pasa, ¿si?

—Vans, yo...

—Por favor, Abby —la súplica en su voz me hace sentir tan mal, él ha sido de las pocas personas que han estado para mí cada vez que estoy mal, y esto me pone entre la espada y la pared porque mi corazón le pertenece a Ades, pero tengo frente a mí a un chico que me ha querido desde que me vio en aquel sitio de mala muerte y que hoy me pide que seamos algo más porque quiere demostrarme cuánto me quiere y, sinceramente, no sé qué deba hacer, es difícil para mí todo esto.

—Está bien —digo por fin y Vans me abraza—. Solo no prometo que pueda ser la persona correcta.

—Para mí eres perfecta.

Lo escucho hablar y el brillo en sus ojos me hace saber que me quiere en serio, y que cada palabra que sale de su boca es sincera porque Vans de verdad siente amor por mí, y quizás yo pueda mirarlo como algo mas que un simple amigo.

(....)

Hoy me he levantado temprano porque mi padre Roberto me pidió que desayunara con él y su esposa Yuliza. Me arreglo un poco el cabello en una coleta y me voy directo al jardín donde están ellos. Víctor prefirió quedarse en casa de mi tía y la verdad no me molesta porque él tiene mas confianza con mi tía y todos los de la casa.

—Buenos días —hablo mientras dejo un beso en la frente de papá y luego en la mejilla de Yuliza—. Ustedes madrugan, son como las seis.

—Buenos días, princesa —Roberto sonríe con gran ternura y estos meses nos han servido para conocernos, apesar de la distancia estaba pendiente de mí y eso es lindo—. Y no son las seis como dices, son las siente.

—Una hora perfecta para desayunar — dice Yuliza con una gran sonrisa—. ¿Irás donde Karla?

—No creo, mañana tal vez —hablo con la boca llena de frutas—. Tengo pereza para ir.

—Nosotros tenemos que irnos al hospital, te debes quedar sola, regresamos para la cena.

—Bueno.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang