¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©

21. Ya tengo que irme.

¿OTRA VEZ TÚ?

Capítulo 21.

—Días después—

Sabía que este momento tenía que llegar, pero tampoco pensé que sería tan rápido, voy a extrañar a todos, y me duele irme de nuevo porque no sé cuándo regrese. Ades no quería venir al aeropuerto porque iba a ponerse más triste, lo he visto llorar desde ayer y eso me tiene deprimida. Estos días los he compartido con mis amigos y mi familia, mi relación con Roberto y Yuliza se volvió muy cercana, pasamos tiempo juntos, fuimos al parque y también salíamos a comer, fue muy bonito pasar el comienzo de año nuevo con todos.

Celeste y Dayana están apartadas despidiéndose de los chicos, ellos están bien tristes, no quieren que se vayan, pero tampoco pueden quedarse porque perderían su cupo en la universidad.

—¿Entonces, te vas? —Vidal me pega a su pecho—. Te cuidas, ¿si? Nosotros iremos en San Valentín.

—Que quede claro que me voy porque me toca y no porque quiera —le hago un puchero—. Cuidado no van a ir porque vengo y los llevo de la oreja.

—Sabes que no dejaríamos pasar una fecha como esa lejos de ti —mi tía me abraza—. Te vamos a extrañar.

—Y yo a ustedes —miro a Belén que tiene sus mejillas empapadas de lágrimas—. Princesa, no llores, yo te prometo que vengo pronto, te voy a traer muchos regalos —seco sus lágrimas—. No sigas llorando, mira que me vas a hacer llorar.

—No quero que te vayas —se me tira encima agarrándose de mi cuello—. Llévame contigo, manita.

—Amor, yo no puedo llevarte, no tengo quien te cuide —hago que me mire—.  Hagamos un trato, yo me voy y busco quién me ayude a cuidarte cuando esté en clases y te mando a buscar, ¿qué dices?

—¿Me lo pometes? —saca su labio en forma de puchero y sé que me ha dicho que si se lo prometo.

—Te lo prometo, mi amor —me da un beso en la mejilla y ya no puedo retener más las lágrimas, esta niña me ha robado el corazón. Mi tía la toma en sus brazos y yo me voy hacia Ades, está un poco retirado, sus brazos cruzados a la altura de su pecho y sus ojos medios hinchados porque ha estado llorando, mi chico malo también tiene sentimientos.

—Si me sigues mirando de esa manera te juro que no te dejo ir —me pega contra su pecho y yo paso los brazos por su cintura—. No tienes idea cómo te voy a extrañar.

—Y yo te voy a extrañar más, te voy a llamar diario —miro sus ojos—. Por favor, no me falles, te estoy dando mi confianza de nuevo.

—Jamás te fallaría, bruja —sus labios buscan los míos, le correspondo haciendo que sienta todo mi amor en el beso y se escucha el llamado del vuelo donde debo irme con las chicas—. No te vayas, por favor.

—Ya tengo que irme —nos miramos—. Te voy a extrañar.

—Solo cuídate, si te pasa algo me muero.

Me vuelve a abrazar.

—¡Hey! Nos debemos ir —Víctor se nos acerca y le extiende la mano a Ades—. Fue un placer conocer al chico que tiene como tonta aquí a la princesita.

—Quería matarte, pero me caes bien, y eso de princesita no me gusta, se llama Abby —se dan un rápido abrazo—. La cuidas, ya creció, pero es una niña para mí.

—Yo la cuido, porque vieras la cantidad de chicos que quieren con ella en la universidad.

—Deja de inventar —lo empujo—. Amor, nos vemos en San Valentín.

—Iré a verte, lo prometo —nos damos un beso.

Me despido de los demás y nos vamos, Dayana, Celeste y Víctor no se ven nada felices por nuestra partida, escucho los gritos de mi hermana Belén cuando nos perdemos de vista, me duele tanto escucharla llorar de esa manera.