35. San Valentín ( parte II).

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___ ¿ OTRA VEZ TÚ ? ___
SAN VALENTÍN ( PARTE II).
CAPÍTULO 35.

Dicen que lo bueno tarda en llegar y que en muchas ocasiones sentimos que nunca valió la pena todo lo que debimos pasar porque seguimos sintiéndonos solos. Pero también se que hasta quienes nos quieren nos pueden mentir de la peor manera, pero lo más importante es que si son sinceros podemos perdonar. Ades se equivocó desde que aceptó hacerme parte de una mugre apuesta, pero pago con dolor cada humillación que me hizo ,y sobre todo aprendió que una mentira puede romper todo. Los dos hemos sufrido por estar lejos el uno del otro, y es por eso que decidí estar con él, y está vez le daré toda mi confianza, porque la experiencia que viví hoy me hizo darme cuenta que mi amor por Ades es tan grande como el cielo y tan fuerte como la luna.

Sentía que moría al verlo en esa camilla, que mi mundo se me iba entre las manos como las gotas de agua , y que mi alma se hacía polvo de pensar que todo había acabado. Este San Valentín , jamás lo podré olvidar porque fue la peor broma que me han hecho para demostrarme que aman. 《Lo sé se pasaron 》.

No se a donde me lleva Ades, pero voy tranquila en su auto escuchando el ruido de la noche, no puedo ver nada porque llevo una venda en mis ojos, y esto me hace recordar aquella vez dónde Ades me gano en una carrera y por ganarme me tocó dejar que me vistiera a su manera, y me paseó por todos lados con los ojos vendados. Siento que se detiene el auto y le pregunto a Ades en dónde estamos pero solo siento sus labios en los míos.

_ Ya casi llegamos _ Me dice bajándome del auto y empezamos a caminar. Se que no me dirá nada más así que hago silencio y puedo escuchar un piano, es una melodía súper bonita, y la reconozco porque la he escuchado, el sonido es muy parecido a una canción llamada ," loco" de " Felipe Peláez". Es hermosa esa canción, nos detenemos y Ades toma mis manos _ Disfruta de la noche.

Esas son sus últimas palabras y me quita la venda, me llevo la mano a la boca porque no espere nada de esto, estoy acostumbrada a que las sorpresas de Ades sean en color negro, y está es muy distinta, todo aquí es tan sorprendente. A los lejos puedo ver un río , pero lo que llama mi atención son unos árboles que parecen doblados, sus ramas caen y en cada parte tiene ese tipo de luces que dan un toque romántico, en sus ramas tiene unos vasos transparentes que adentro llevan unas velas que dan una luz un poco opaca , pero en medio de esos árboles hay una pequeña mesa para dos personas que está sobre unas bandas de madera, en la mesa hay unos platos blancos acompañado con copas y tenedores, en cada esquina hay una silla de color crema, y justo a su lado una mesa mucho más pequeña de color marrón, la cubre un mantel rojo y justo encima de ella hay un plato blanco que está cubierto, también hay unos pétalos, velas amarillas de tamaño medianas y por último me fijo en uno de esos papeles que usaban antes para mandar cartas, está envuelto con un lazo rojo que lo hace ver perfecto. Todo aquí es tan lindo que me quedaría toda una vida, dejo salir una sonrisa de esas que la otra persona sabe que somos felices, y que la sorpresa nos ha gustado.

_ No es tu color favorito el blanco, y el resto de colores _ Le digo en señal de broma y después sonrió con más amplitud _ Pero son mis colores, y eso es lo que hace todo perfecto, de todas las sorpresas que me has dado, está es mi favorita.

Me coloco a su altura, acerco mi rostro hasta el suyo, y cuando nos miramos a los ojos nos damos una cálida sonrisa, rompo con la poca distancia, y el hecho de sentir mis labios sobre los suyos hace que sienta mi corazón palpitar de felicidad, Ades tiene sus manos en mis mejillas, y yo tengo las mías en su cintura porque lo tengo de la camisa. Sus labios son a la medida de los míos, encajamos tan bien porque somos almas gemelas. Este beso me hace saber que Ades siempre será mi persona favorita, porque nacimos para estar juntos. Nos apartamos, nuestras respiración no los exigen.

_ Tus labios siempre serán mi sabor favorito _ Me dice tirando de ellos, me rueda la silla y nos sentamos quedando uno frente al otro, destapa los platos con comida y sonrió mirando lo que hay en ellos _ Cero risas, no soy bueno en la cocina.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora