27. En mil pedazo.

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¿OTRA VEZ TÚ?

CAPÍTULO 27.

—Ades Cooper—

Cada día y cada segundo que pasa me voy dando cuenta de que Abby está tan dentro de mí que nadie puede borrarla de mi vida. Desde que me vine aquella noche donde la dejé nada feliz no la he llamado porque quizás ella necesita su espacio, no siempre tengo que buscarla yo, y no niego que he estado a punto de llamarla, pero reconozco que si lo hago se va a acostumbrar que la debo buscar cada vez que cosas como estas pasen y no es así. Sé que me equivoqué con lo de la apuesta, pero pagué mi error con lágrimas y dolor que me hicieron ver que había perdido a la única chica que hizo que mi oscuro corazón palpitara por ella, porque otra persona que no fuera mi madre jamás ha logrado eso.

Hoy ya hace días que fui a visitar la tumba de mi madre, me desahogué tanto con ella que me sentí tranquilo en su momento, apesar de que no fui por mucho tiempo siempre regreso, aunque que no está en este mundo es la que me puede dar paz y hacerme sentir tanta paz interna que nadie podría hacerme sentir así, ni siquiera mi padre que ha estado estos años a mi lado, y fuera de los problemas que hemos tenido no quita que lo quiera porque gracias a él no me faltado nada.

Odio que nos toque quedarnos más tiempo en la universidad, eso de pagar horas extras por algo que no hice me saca los mil demonios que llevo dentro.

—Ya quita esa cara —Owen me tira una de las botellas de plástico que ha recogido, porque precisamente nos tocó hacerle aseo al patio de la universidad—. Mira que todos estamos limpiando y nadie tiene esa cara de querer estar como la que tienes tú.

—Sabemos que la profesora merecía que le tirarán lodo encima, pero mira que hacer aseo no es lo mío —ruedo los ojos.

—Claro que no íbamos a decir que fue Liam porque ya sabes cómo le iría, así que por uno pagan todos —Tania se ríe y señala a Liam que está muy sonriente limpiando los ventanales—. Es tierno, ¿verdad?

—Lo dices porque estás enamorada —Vans le pasa la mano por la cara llena de tierra y Tania le lanza la bolsa de basura—. ¡Hey!

—¡Ups! Lo siento cariño —le sonríe con la inocencia que jamás ha tenido.

—Terminen rápido, quedamos de ir a comer —Yuris se ha quedado con nosotros apesar de que no va en nuestra carrera. Sinceramente, ha cambiado mucho, la chica reparista ya dejó de existir, sé que está en rehabilitación y es gracias a Abby que la animó.

—Cálmate, bebé —Liam le pasa una botella con agua—. Ya casi terminamos y podremos irnos.

Dejo que sigan hablando y me concentro en seguir limpiando, miro a lo lejos a Fabián y Megan hablando muy cariñoso, los dos son tal para cual y quién sabe en qué andan ahora. Desde que Megan terminó con Vans ella lo ha buscado, pero el chico parece que jamás regresará con ella por todo lo que le hizo a Abby, agradezco que ya no hagan parte de nosotros porque los dos son unos egoístas que no merecen nada de nadie, y la verdad me da igual lo que les pase, no siento nada por ninguno de lo dos.

Han pasado algunos minutos cuando siento que alguien me está mirando, busco con la mirada y es una compañera, es realmente intensa, no me he molestado en preguntarle su nombre y ella parece muy pendiente a mí, sé que le gusto por cómo me mira, pero ella no causa nada en mí, es el tipo de chica que se llevan todos a la cama solo con decirle cosas al oído, y creo que no me arriesgaría a perder a Abby por una aventura que no irá para ningún lado.  Me concentro en lo mío cuando siendo una mano en mi hombro y al girarme veo a la chica con su sonrisa coqueta y su cara con muchos kilos de maquillaje.

«Carajo cómo algo así me gustaba antes».

—¿Qué quieres? —ni me molesto en ser amable con ella—. Si piensas que te cogeré como toda la universidad lo ha hecho, has encontrado al equivocado, no me gustan lo fácil.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Where stories live. Discover now