20. La visita

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¿OTRA VEZ TÚ?

Capítulo 20.

—Abby Jones—

No hemos podido dejar de reír por lo que pasó hace un momento cuando Liam se tuvo que hacer pasar por gay y por poco termina por tener faje intenso con otro chico, fue tan chistoso que se me olvidó la rabia que me hizo agarrar Megan con solo verla desde lejos, y es que me las debía porque ella no fue sincera con nosotros. «Bueno, siempre supe la clase de basura que es».

Llevamos ya muchas horas aquí y hemos comido de todo, nos hemos reído, hemos bailado y hemos recordado momentos de antes cuando íbamos en la escuela, los voy a extrañar cuando tenga que irme. Miro a Vans que se ha alejado de nosotros, está triste.

—Iré con Vans, no está bien —le digo a Ades para que no me ande buscando. Él asiente y yo pego una pequeña carrera para alcanzar a Vans.

Odio verlo tan triste por alguien que no vale la pena. Megan no supo aprovechar a alguien tan increíble como Vans.

—Eres hermoso, pero con esa carita tan triste te ves terrible —digo la primera estupidez que se me ocurre cuando alcanzo a Vans, me siento en el tronco donde está él, me mira y sonríe—. Ella no merece que estés triste, no es buena.

—No estoy así por ella, sino por mí —musita—. Sabía que no era una buena chica cuando me metí con ella solo para olvidarme de ti, pero no funcionó, llevo mucho tiempo enamorado de ti y creo que ya no me está haciendo bien este amor, me duele verte con Ades, y sé que él te ama porque sus ojos brillan al verte, y tú también a él porque le sonríes con ternura —me quedo callada, no sé qué decir—. ¿Dime cómo dejo de quererte?

—El tiempo hará que llegue alguien a tu vida, yo no soy para ti —sé que no está bien lo que voy a hacer, pero me levanto y me siento en sus piernas dejando las mías a cada lado para poder mirarlo—. Desde que te conocí en aquel lugar de peleas me pareciste muy guapo, pero mis ojos ya estaban en Ades, aunque yo no lo aceptaba, siempre te he dicho lo guapo que eres, y créeme cuando digo que mereces una chica que te pueda dar todo lo que yo no tengo para darte.

—¿Por qué no te enamoraste de mí? —pega su frente a la mía—. ¿Es porque yo no tengo todo el dinero que tienes tú?

—Me ofende que digas eso, el dinero no me interesa, solo que en el corazón no se manda y mi corazón eligió a Ades —le soy sincera—. Te estaría mintiendo si te digo que me gustas como hombre porque no es así, eres guapo, pero para mí eres mi amigo.

—Por favor, abrázame —sonrío cuando dice eso y lo rodeo con mis brazos, siento su respiración en mi cuello y me duele tanto que Vans me siga queriendo porque yo no puedo corresponder su amor y es que le estaría haciendo daño si le digo que lo quiero como algo más, yo no puedo hacerle más daño. Nos apartamos y me da una sonrisa tierna—. Eres tan hermosa.

—Ya me lo han dicho —beso su mejilla—. ¿Me prometes que ya no vas a estar triste?

—Si me besas te prometo hasta que seré el próximo Papa Benedicto —suelto una risita, se acerca para besarme, pero pongo mi dedo en sus labios—. Ok, ya lo sé, tienes novio.

—Exacto, por eso no podemos besarnos —me levanto y él también se pone en pie—. Eres muy coqueto.

—No puedo hacer nada cuando me traes loco, me encantas, quiero besarte, tocarte, quiero todo contigo —mis labios se abren un poco—. No puedo olvidar aquella vez todo lo que hicimos, fue sorprendente, desde ese día estás más clavada en mí que nunca.

Vale, eso sí me dio pena.

—Eso pasó hace mucho, solo estábamos jugando porque ustedes fueron a la discoteca —le recuerdo porque justo fue para unas vacaciones donde ellos fueron—. Olvida eso.

¿Otra vez tú? «segunda parte de mi chico malo» ©Where stories live. Discover now