Capítulo 39

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Capítulo 39.

“¿Michel Doinel? ¿Cartagena?”

'Lo conocí cuando fui a Cartagena'

“¿y regreso por ella?” se preguntó con incredulidad.

Daniel trataba de concentrarse en su trabajo pero le era difícil con el francés dando vueltas por su mente. Nunca escuchó de él y se había olvidado de preguntarle a Betty quién era y dónde trabajaba.

¿Acaso debía preocuparse de que un hombre estuviese con la mujer que quería?

Michel no parecía ser cualquier hombre y él tenía claro que Beatriz no era cualquier mujer.

Hizo una mueca de disgusto y se obligó a continuar con su trabajo, mientras menos pensara en ello menos le afectaría.

*

Beatriz salió de Ecomoda con su mano en el brazo de Michel, él mismo la había puesto así, era una costumbre que tenía y a ella no le molestaba, pero todas las personas que le vieran pensarían que había algo entre ellos, y no solo por ese gesto sin importancia, también por las miradas que él le daba.

“No tengo carro aquí en Bogotá ¿pedimos un taxi?” Preguntó sin quitarle los ojos de encima.

“ah, no, yo tengo carro. Es ese que está ahí”  contestó Beatriz apuntando su Fabia Europeo.

“Ah, que bien”

Betty le sacó la alarma al carro y volteó a ver a Michel, por su expresión supuso que era correcto lo que estaba pensando.

“No me diga que es de los que le tiene miedo a las mujeres al volante” le dijo con una sonrisa.

“No, únicamente que me siento menos amable cuando ellas manejan”

“¿quiere manejar?” le ofreció las llaves y él las aceptó con una sonrisa.

“Sí, por favor”

Pasó por su lado y fue al carro para abrirle la puerta del copiloto. Beatriz le agradeció con una sonrisa subiéndose.

“Así me siento mejor”

Una vez que Michel se subió, Betty le comentó que quería ser su anfitriona por esa tarde, y a pesar de las objeciones por parte del francés, pudo lograr su cometido. Le pidió que fueran a Le Noir y ella lo invitaba. Al  oír el nombre del restaurante, el empresario le sonrió.

“bueno, ce sera un plaisir de déjeuner avec vous (será un gusto almorzar contigo)”

Cuando llegaron al restaurante, Michel se ofreció a pedir por ella, y aunque eso iba en contra de sus deseos, aceptó de igual forma, ¿cuándo se daría la oportunidad para que saliera con él de nuevo? Michel le había comentado que solo iba por un día a Bogotá para cerrar un negocio y luego volvía a Cartagena.

“Gracias por dejarme ordenar… Betty, me siento muy feliz, notó en ti una actitud diferente, como más animada”

“Gracias, he estado más tranquila…”

“Así veo, ¿ya no te atormenta el pasado?” Preguntó recordando parte de su conversación en Cartagena.

“No… ya no” contestó con una sonrisa.

Y era verdad, poco a poco el recuerdo de Armando Mendoza se iba alejando e iba quedando junto al recuerdo de Miguel. Tenía imágenes que solo aparecían de vez en cuando y ella les restaba importancia, sólo había una persona que rondaba por su mente.

Yo soy Betty, la fea; Betty × DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora