Capítulo I

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Stiles había huido al bosque de nuevo. Beacon Hills había sido su hogar desde que tenía memoria y a pesar de que era feliz también sentía que algo le hacía falta y eso era su familia. Alicia le había contado mucho sobre sus padres de lo maravillosos que eran pues el no pudo conocerlos. A los pocos días de haber nacido murieron en un terrible accidente. Desde entonces el clan decidió que por su protección debía ser llevado a una ubicación secreta de la que nadie supiera nada.

Talia Hale era una alfa muy fuerte y el clan confío en ella para que cuidara del príncipe Stiles hasta que esté estuviera listo para regresar a reclamar su derecho a liderar el clan. Fue así como Stiles llegó a Beacon Hills acompañado de sus guardianes Alicia y Ray. Sin embargo, a pesar de tener un linaje de lobos el nació siendo humano, pero los druidas del clan descubrieron que el niño no era del todo humano. En su interior se refugiaba el alma de un lobo que debía ser despertado, pero tras varios intentos fallidos decidieron dejar que sucediera por sí sólo.

Los únicos que sabían sobre la procedencia de Stiles era Talia y sus guardianes pues ante los ojos de su manada el chico hiperactivo era un humano más. Ni siquiera a Scott que era su mejor amigo desde que eran niños se había atrevido a contarle la verdad de su familia. Sin embargo, ese era el menor de sus problemas pues en sus sueños y pensamientos sólo existía un par de ojos verdes, un cuerpo que parecía de dios griego, un rostro muy atractivo y un nombre que rezonaba en su mente, Derek Hale.

Derek era un hombre muy codiciado y Stiles estaba perdidamente enamorado de él, pero al hombre lobo se le hacía indiferente el chico e incluso lo odiaba pues su madre parecía prestarle más atención al humano que a su propio hijo. Por tal razón, Derek tomó la decisión de abandonar Beacon Hills y mudarse a Nueva York, pero por petición de Talia decidió volver a su pueblo natal. Un alfa muy peligroso había regresado y tenía un solo objetivo al cual ya había localizado.

- ¿Por qué Talia tenía que pedirte que volvieras? Ahora que comienzo a olvidarte y tratar de ser feliz decides volver para revolver todos mis sentimientos.- Stiles estaba sentado al borde de un acantilago tratando de calmarse sin saber que detrás de él un par de ojos rojos lo admiraban con vehemencia. - No quiero que vuelvas Derek, no ahora. - Una lágrima se resbaló por su mejilla y por un momento aquellos ojos sintieron lástima por el chico, pero eso no lo detendría de completar su plan.

-Vas a ser mío pequeño príncipe y ni siquiera Talia podrá detenerme esta vez.

Un príncipe peligrosoWhere stories live. Discover now