Capítulo XIX

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Un mes después del cumpleaños de Laura todo comenzó a mejorar para Stiles. Ya no lloraba cada noche y el dolor que Derek le había causado comenzaba a desaparecer. La manda trataba de que el castaño se mantuviera ocupado para que no cayera de nuevo en la tristeza.
Carmine disfrutaba mucho de los beneficios de la pelea de ambos chicos pues de esa forma podía aprovechar para recuperar lo que era suyo. Pasaba el mayor tiempo con Stiles llevándolo a citas y paseos a solas o incluso acompañados de Matteo. Era como un sueño hecho realidad para el alfa pues al fin tendría la oportunidad de tener una verdadera familia al lado de la persona que más amaba en el mundo y se aseguraría de que fuera permanente.

Había organizado una gran velada en su mansión para hacer un gran aviso que cambiaria la vida de todos. Los miembros del clan asistirían al igual que la manada de Talia y Scott. Eso incluía a alguien muy especial que no debía perderse del show, Derek Hale.

El beta por otro lado se sentía fatal e incluso había comenzado a perder su fuerza. Deaton le había dicho que eso debía a que su lobo extrañaba demasiado a Stiles. Necesitaba tenerlo de vuelta a su lado, abrazarlo, besarlo y sentir su aroma o de lo contrario continuaría perdiendo su fuerza. Para apaciguar la inquietud del lobo Deaton le pidió a Ray que sacara algunas de las prendas de Stiles y se las llevara a Derek.

Volver a sentir el aroma del castaño fue revitalizante para el lobo. La ausencia de Stiles le estaba afectando demasiado y lo que más le dolía era que su castaño parecía no importarle. Sin embargo, sabía que todo eso era su culpa  debido su maldito orgullo y su idiotez perdería a Stiles. Jennifer se sentía demasiado preocupada por Derek pues a pesar de que ella lo amaba sabía que él corazón del lobo no le pertenecía a ella.

La noche llegó y Derek tomó la decisión de no asistir a la fiesta de Carmine pues sabía perfectamente lo que él alfa estaba planeando. Días atrás Carmine lo había llamado a su mansión para hablar de algo muy importante.

- Vaya, si que te ves fatal. - dijo Carmine al ver el estado moribundo de Derek.

-Me llamaste para alagarme o porque querías hablar conmigo.

- Vamos no seas tan gruñón y toma asiento. - le invito a tomar asiento en el sofá. - Se te ofrece algo de tomar o de beber.

- Quiero que vayas al maldito grano de una vez para poder marcharme.

- Sabes la paciencia es una virtud que quizás deberías trabajar. - dijo el alfa mientras se servía un vaso de licor.

- Si me has hecho venir solo para fastidiarme será mejor que me vaya. - Derek se levantó dispuesto a marcharse, pero fue detenido por Carmine.

- De acuerdo, de acuerdo voy a decírtelo. - bebió de su vaso. - Te he llamado porque quería agradecerte.

- ¿Agradecerme? - preguntó confundido.

- Si Derek, quiero agradecerte por ser tan orgulloso e ingenuo para creer que Stiles era un cualquiera. Yo fui quien lo besó ese día en contra de su voluntad. Él solo quería explicarte, quería que supieras que te amaba más que a cualquier perdona en el mundo, pero que hiciste tu Derek. - se burlaba de él, debió haberle creído a Stiles desde un principio. - Exacto Derek, no hiciste nada excepto acostarte con la maestra de inglés y luego demostrarle a Sti lo poco que te importaba. Pero al menos esto resultó bien para mí. No tienes idea lo mucho que disfruto tener a Stiles entre mis brazos y quien sabe quizás en un tiempo hasta podría tenerlo en mi cama gritando mi nombre en vez del tuyo. - eso enfureció a Derek y quiso golpear al alfa, pero aún estaba muy débil. - Incluso tu lobo sabe lo que necesita y trata de hacerte entender que Stiles es todo lo que necesitas para vivir.

Un príncipe peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora