Capítulo VI

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- Juro que te mataré Stiles, tienes idea de lo preocupado que estaba.- dijo Scott mientras abrazaba a su mejor amigo.

- Lo siento Scotty, pero quería llegar al entrenamiento y no vi a Ray o Alicia así que decidí irme solo.

- ¿Cómo que no viste a Ray ni a Alicia Stiles? - preguntó Talia.

- Si, salí y no había nadie y pensé que pudo haber surgido algo así que no quería ser una molestia. Además, sé defenderme Talia. Recuerda que ya no soy un niño pequeño.

- Lo sé Stiles y lo entiendo, pero por ahora necesito hablar a solas con Ray y Alicia. Si nos disculpan iremos a mi estudio. - Talia y los guardianes se fueron al lugar indicado por la alfa.

- Estás todo mojado Stiles, será mejor que vayas a cambiarte si no quieres enfermarte. - dijo Allison.

- Si, tienes toda la razón Allison. - dijo Laura. - Derek porque no llevas a Stiles a tu habitación y le prestas algo de tu viejo guardarropa seguro hay algo que le quede.

- Claro hermanita, será un gusto. - fingió una sonrisa pues sabía cuáles eran las intenciones de su hermana.

Ambos subieron a la habitación, pero al lobo le seguía molestando ese aroma que Stiles tenía encima. Al llegar comenzó a buscar algo mientras el castaño esperaba de pie en la puerta. Mientras tanto veía la habitación de Derek. Estaba justo como lo recordaba excepto por una pequeña repisa en la que tenía varios trofeos que había ganado con su equipo de baloncesto. Sin embargo, lo que le llamó su atención fue un pequeño cuadro que tenía un viejo dibujo que recordaba a la perfección y a un lado una vieja pulsera hecha con macarrones. Creyó que él se había deshecho de esos recuerdos.

- Toma, esto seguro te quedará así que cambiate no soporto ese olor que traes encima.

- Gracias Derek. - el castaño tomó la ropa y corrió al baño. Le había parecido muy extraño lo que el lobo había dicho. Ninguno se quejó de su aroma por qué él sí. Prefirió dejar a un lado esos pensamientos pues su plan era dejar de pensar en Hale.

En el pasillo cierto lobo sintió curiosidad por ver a través de la puerta pues Stiles había olvidado cerrarla por completo. Al acercarse pudo ver como el ojimiel se despojaba de su camisa. Ese no era el Stiles que vio la última vez. Podía verse que el entrenamiento que había recibido últimamente con Chris Argent había rendido frutos. Siguió viendo y observó como vaciaba las bolsas de su pantalón antes de quitárselo.

- ¡Ay no! - dijo con preocupación mientras sostenía un papel mojado en su mano. - Perdí el número de Benji, ahora creerá que no quiero salir con él.

- ¿QUIÉN ES ESE MALDITO BENJI Y POR QUÉ QUIERE SALIR CON ÉL?-  se decía molesto a sí mismo.

Stiles siguió desvistiendose hasta que quedó en ropa interior. Llevaba puestos unos calzoncillos del hombre araña lo que le causó un poco de gracia. Veía con vehemencia todo el cuerpo de Stiles y rogaba que se despojara de esa última prenda, pero para su decepción el show llegó hasta allí. De pronto volvió a la realidad dándose cuenta de lo enfermo que debía estar para espiarlo mientras se desvestia así que decidió marcharse en silencio. Ya no estaba tan animado, pero alguien más sí. Se dio cuenta de que algo sobresalía sobre su entrepierna y se cubrió rápidamente para volver presuroso a su habitación.

- Maldito y sexy Stiles. - murmuró bajo para que nadie lo escuchará. Necesitaría de una ducha fría para recuperarse.

Mientras tanto en la oficina Talia se encontraba muy molesta hablando con los guardias de Stiles.

- No puedo creer que hayan sido tan irresponsables para olvidarse de él sabiendo que es su mayor prioridad ante todo. - decía molesta.

- Talia lo sentimos, pero...

- Pero nada Alicia ustedes hicieron un juramento y no habló del que hicieron sus padres cuando ustedes eran niños. Los dos ya eran todos unos adultos cuando juraron proteger a Stiles con su vida. Además lo abandonaron por dejarse llevar por la pasión que se han guardado por tanto tiempo. - ambos la vieron sorprendidos. - Si, lo sé y aunque intentaron cubrir el aroma aún puedo percibir el aroma de Ray sobre el tuyo Alicia.

- No finjas como si tu no supieras lo que se siente Talia. Tú te enamoraste alguna vez y sabes perfectamente como debemos sentirnos. No me excuso por haber abandonado a Stiles porque lo creas o no lo amo como a mi propio hermano. Él ya no es un niño y nos lo ha dejado claro a Alicia y mí. Entiendo que quieras protegerlo, pero recuerda que ya no es el bebé que llegó a ti hace unos años.- decía Ray seriamente. - No tienes idea de lo difícil que es estar al lado de quien amas y fingir que no te importa, fingir que no sueñas cada noche con ella y que lo que más deseas en esta vida es despertar cada maldita mañana a su lado para poder observar esa sonrisa tan hermosa que hacen querer rendirte a sus pies. Amo a Alicia como no tienes idea y nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión. - finalizó Ray.

- Créanme que los entiendo, pero mientras Stiles siga en peligro tendrán que dejar a un lado estos sentimientos. Su tarea no es fácil y Alicia puede dar fe de ello pues de no ser por Stiles ella estaría muerta ahora.- dijo la alfa con calma. - No quiero impedir que se amen, pero por ahora Stiles está primero. Recuerden que si el clan llegara a enterarse que rompieron su juramento la condena es la ejecución inmediata. - Ambos guardianes se vieron a los ojos y comprendieron que Talia tenía razón. Su juramento los obligaba a velar primero por Stiles y luego por ellos. Con profunda tristeza y pesar se soltaron de las manos dando a entender que su sueño de ser felices juntos se veía frustrado una vez más.

Un príncipe peligrosoWhere stories live. Discover now