Capítulo IV

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-Me encontraste.

- Siempre voy a encontrarte Stiles. - comenzó a acercarse hacia a mí. Podía sentir su respiración y estaba a punto de sentir sus...

Desperté agitado y un poco acalorado. Vi el lugar y me di cuenta que estaba en mi habitación. Había soñado algunas veces con Derek, pero esta vez había sido tan real que incluso mi pulso estaba alterado. Debía calmarme o de seguro Ray vendría corriendo. A veces odiaba que fuera un hombre lobo pues sentía que no tenía privacidad sobre todo con la manada.

Me acomode un poco en la cama y al poco tiempo Deaton entró en la habitación con un extraño líquido verde que me obligó a beber.

- Me alegro que estés bien Stiles, no quiero imaginar lo que el clan hubiera hecho enterará que moriste bajo nuestra custodia.

- Seguro los matarían. - ambos rieron. Deaton le agradaba pues era como su médico personal aunque fuera un veterinario. Quizás por eso podía atender tan bien a los chuchos de su manada.

- Stiles, sé lo que pasó realmente en tu batalla con el alfa. Además sé lo que hiciste para salvar a Laura, Alicia y Derek.- Stiles permanecía con la cabeza baja. - Stiles necesito que me expliques...

- Basta Deaton, no te respondo porque ni quiera yo sé lo que pasó. Me sentía molesto por no poder hacer nada y de pronto esa corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y luego solo vi a ese alfa en el aire y a mi sosteniendo a Derek. El murió Deaton, sé que murió por un momento, pero yo lo traje de nuevo. Fue como si algo saliera de mi y sanará sus heridas y la de las chicas. Hice que Derek volviera a la vida. - Deaton no podía creer lo que estaba escuchando. En todos sus años como druida jamás había escuchado de algo como eso. Los druidas del clan debían estar ocultando algo que no le dijeron a Talia.

- Te creo Stiles y te prometo encontrar la respuesta de esto. Mientras tanto necesito que descanses y te recuperes. No quiero volver a cedarte como lo hice la última vez que no me obedeciste.

- De acuerdo, te prometo que me quedaré aquí sin moverme.

- Tengo que irme, pero Talia me dijo que vendrá a verte más tarde.

- Bien, te veo luego. - el druida salió de la habitación dejando a Stiles a solas. Intentó dormir, pero no pudo hacerlo. Había algo que le preocupaba y ese algo era Derek. Se preguntaba si él estaría bien y si las cosas se volverían aún más complicadas pues él había visto cómo sus ojos cambiaron.

Necesitaba salir de nuevo e ir al bosque. Desde que era niño sentía una enorme paz en especial si sentaba cerca del acantilado. Había derramado muchas lágrimas en aquel lugar sobre todo en los años en los que vivió en la mansión Hale. Recordaba que tuvo grandes momentos con Derek cuando eran niños en especial una noche en la que Stiles se había perdido en el bosque.

Talia y toda su manada siempre vigilaban a Stiles pues el niño de 4 años tenía ese afán por querer ir al bosque y se lo negaban por miedo que algo pudiera sucederle allí dentro. Sin embargo, una tarde de tormenta, en la que la energía eléctrica se había ido, el pequeño Stiles aprovechó para escabullirse. Espero a que se oscureciera y que además la lluvia cesara para poder correr al bosque. Así lo hizo y no podía creer que al fin había cumplido su sueño. Camino por mucho tiempo adentrándose cada vez más en aquel lugar hasta que vio un enorme árbol o más bien una parte del tronco que aún quedaba. Se acercó y se recostó en él. Nunca había experimentado esa sensación que sentía estando cerca de ese árbol y tanta fue su fascinación que se quedó dormido.

Mientras tanto en la mansión Hale todos estaban alocados buscando a Stiles por todas partes y los problemas empeoraron cuando se dieron cuenta que Derek tampoco estaba. Stiles despertó y se dio cuenta que ni Alicia o Ray estaban cerca por lo que comenzó a asustarse. Se levantó del tronco para poder regresar a su casa, pero no sabía cómo. Muy asustado comenzó a caminar en varias direcciones hasta que escuchó un ruido que lo hizo correr. Corría tan rápido como sus piernitas se lo permitían hasta que por accidente su pie se atoro en un raíz que lo caer y rasparle la rodilla. Pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos al igual que las gotas de lluvia volvieron a caer.

Derek se dio cuenta de la ausencia de su pequeño amigo por lo que decidió ir a buscarlo. Tampoco sabía hacia dónde ir, pero había algo que parecia guiarlo a través del bosque. La lluvia había vuelto así que apresuró su paso hasta que vio una cueva en le que podía refugiarse. Sabía que debía encontrar a Stiles pues su madre le había advertido de los peligros que había en el bosque. Mientras esperaba escuchó unos lamentos que parecían provenir del interior de la cueva así que se adentró aún más.

- Aléjate. - dijo alguien mientras le arrojaba una roca que por suerte logró esquivar.

- Tranquilo Sti, soy yo, Derek. - dijo después de reconocer su voz.

- ¿Derek?

- Si Sti ¿dónde te habías metido? Llevo rato buscándote.

- Lo siento, yo solo quería conocer el bosque, me perdí y luego me raspe la rodilla.- dijo mientras más lágrimas salían de sus ojitos.

- Espera un momento. - dijo Derek mientras salía al exterior para volver con un poco de agua dentro de sus manos. - Dejame ver. - reviso la herida de su amigo y la limpió con el agua y una de las mangas de su pijama. Stiles aún no paraba de llorar así que el pequeño Hale se acercó para poder abrazarlo y darle varios besos en su mejillas regordetas. - Tranquilo Sti, no dejaré que nada ni nadie te haga daño. - el pequeño dejó de llorar y se acurrucó en su pecho y ambos se quedaron dormidos. Unas horas después Talia los encontró y los llevó de regreso la mansión no sin antes sonreír ante la tierna escena de Stiles y Derek durmiendo juntos.

Sonrió al recordar aquello y deseaba volvera esos días antes de que Derek comenzara a odiarlo justo como lo hacía ahora. Volvió a sentirse triste por lo que se acercó a uno de los cajones de uno de sus muebles que tenía cerca de la cama para sacar un pequeño cuadro que guardaba con recelo. En él podía observarse a los padres de Stiles sosteniendo a su pequeño hijo recién nacido. Su tío se lo había obsequiado pues fue la primer pintura que su padre envió a hacer después de su nacimiento.

- No sé qué me sucede, pero déjenme decirles que los hecho mucho de menos. - los ojos de Stiles se cubrieron de lágrimas. Sabía que no convivió mucho con ellos, pero la ausencia de sus padres si que lo había marcado. Un par de ojos esmerlda veían al chico llorar a traves de la puerta que se encontraba semiabierta. Un sentimiento por querer abrazar al castaño lo invadió y de no ser por su madre, quien se acercaba a la habitación, no hubiera podido resistirse a correr y llenar de besos y abrazos la cara de su castaño.

Al llegar la alfa detectó el aroma de su hijo, pero creyó que se debía a la ropa de Stiles estaba cubierta por la sangre de Derek. Tocó antes de entrar y lo que vio le partió el alma. Corrió a abrazar a Stiles para poder calmarlo pues tenía cosas muy seria que hablar con él. El alfa que los había atacado era ahora el menor de sus problemas.

Un príncipe peligrosoWhere stories live. Discover now