11| "Los peligros de la nueva oportunidad"

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Narra Owen

Una risa llena de alegría y belleza me guía mientras camino por lo que parece ser un bosque. Intento alcanzarla y atraparla entre mis brazos, pero la risa se escapa y se esfuma en el aire. Camino confundido y observando a mi alrededor, la risa vuelve a resonar, una risa tan hermosa como una melodía, que me hace sonreír sin siquiera pensarlo.
Me detengo en el medio del bosque y observo hacia arriba, montones de ramas y árboles me rodean y por encima de ellos hay un cielo un poco anaranjado, está atardeciendo.
Alguien toca mi espalda con cuidado y siento calidez y paz, volteo a ver sin pensarlo dos veces y finalmente la veo.
La mujer que reía y escapaba de mí con su risa casi hipnotizante está frente a mí.
-Eras tú -digo sorprendido y la observo.
Es Amelia. Que me sonríe con calma y me observa con la misma intensidad que yo la observo a ella.
-Siempre soy yo -dice mordiendo su labio y mira mi boca.
La observo y admiro su belleza, lleva el mismo vestido azul que usó en su cumpleaños y su cabello está recogido y un poco despeinado, lleno de pequeñas flores. Es una princesa.
-¿Te gusta mi risa? -pregunta con picardía.
Continúo contemplándola y me enloquezco por dentro, no puedo soportar ni un segundo más sin tenerla entre mis brazos.
Doy un paso hacia ella y sin dudar mis brazos envuelven su cintura para atraerla contra mi cuerpo. Amelia rodea mi cuello y sonríe con dulzura.
-Me gusta todo de ti, no solo tu risa -digo con decisión y una de mis manos se posa en una de sus mejillas.
La acaricio con mi pulgar y ella cierra sus ojos, es perfecta y ya no puedo resistirme. Así que simplemente me armo de valor e intento besarla.
Mis labios tocan los suyos.
Finalmente se unen en un beso.
Pero cuando eso sucede todo se vuelve oscuro y triste, Amelia rompe el contacto y me observa con lágrimas en sus ojos.
-Owen, ayúdame -susurra.
-¿Qué sucede? -pregunto confundido.
-Ayúdame antes de que alguien me haga daño -responde.
Y de repente todo se esfuma en el aire, ya no hay risas, solo gritos y llanto.
El bosque encantador desaparece y todo se hace oscuridad.
Entonces despierto. Despierto agitado y con mi corazón latiendo con fuerzas.
Me siento en la cama y observo a mi alrededor. Estoy solo en mi departamento, es de madrugada y todo fue un sueño.
La risa fue un sueño, tenerla entre mis brazos fue un sueño, intentar besarla también.
Me pidió auxilio, me pidió auxilio en mis sueños. Estoy en shock y transpirando, no puedo quedarme tranquilo luego de tener ese sueño que terminó siendo una pesadilla.
Me levanto de la cama y busco mi celular entre la oscuridad. Me cuesta, pero finalmente lo encuentro.
Lo desbloqueo, no hay mensajes ni llamadas. Son las 3 AM y sé que es demasiado tarde, pero necesito saber si solo fue una pesadilla o fue una señal del destino que me indicó que Amelia Shepherd realmente está en peligro.
Busco su contacto y sin vacilar decido llamarla.
¿Pero que excusa busco si realmente se encuentra bien? ¿y si se encuentra mal contestaría? mi cabeza piensa demasiadas cosas mientras llevo el celular a mi oído y aún sigo agitado.
Pero todo se detiene cuando escucho su voz:
-¿Owen? -Amelia suena completamente dormida y con su voz ronca.
-Hey -digo y cierro mis ojos, sé que voy a arrepentirme de esta llamada- ¿estabas durmiendo?
Mi voz suena ronca y acongojada.
-En realidad... -dice y suspira- sí, estaba durmiendo sobre mi laptop. Parece que me he quedado dormida mientras escribía.
-Oh, bien -sonrío aliviado y luego vuelvo a ponerme en alerta- ¿estás segura? ¿segura que no mientes?
-No, Owen. -ríe- Estoy muy bien, pero muy cansada ¿por qué llamas a esta hora?
-Solo quería asegurarme -respondo con seriedad, muriendo de vergüenza por dentro.
-Oh, okay. Pues vuelve a dormir tranquilo, yo estoy bien -ríe del otro lado- deja el protocolo de guardaespaldas de lado, el verdadero Owen necesita dormir.
Sonrío, su dulzura me llena de encanto. Si supiera que en realidad estoy llamándola porque acabo de verla en mis sueños y estuve a punto de besarla... o tal vez logré besarla, pero todo fue muy confuso.
No debería estar pensando esto.
-¿Entonces estás bien? -pregunto con timidez.
-Te enviaré una foto para que te quedes tranquilo -responde Amelia del otro lado- estoy bien, necesito ir a dormir ya.
-Okay, tienes razón. Discúlpame -respondo.
-Es tu trabajo -dice con tranquilidad.
-Que tengas buenas noches Amelia -sonrío apenado.
-Que tengas dulces sueños, Owen -responde con dulzura y calidez.
Corto la llamada y observo mi cama vacía, las sábanas revueltas, no hay rastros de Teddy.
Estoy envuelto en sudor, así que opto por no volver a dormir y dirigirme a la ducha. Necesito refrescar mis pensamientos y aclarar mi cabeza.

Her safety ✦| OmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora