13| "Confío en ti, pero no en mí"

252 22 11
                                    

Narra Amelia

Despierto envuelta en la manta que mi guardaespaldas me cedió la noche anterior. Parece ser que la calidez y el aroma que la envuelven me hizo relajar completamente y conciliar el sueño, parece que la cercanía con Owen en el balcón me ayudó a relajarme completamente.
Con mis ojos achinados, intento ver la luz que entra por la ventana. No sé qué hora es, tengo demasiada pereza como para comprobarlo.
Cierro mis ojos y pienso en él. Recuerdo el atrevimiento que me tomé horas antes al besar su mejilla y susurrar en su oído. Recuerdo cómo su aroma me invadió completamente, mi mente parecía ebria de su presencia, el calor de su cuerpo chocando con el mío se sintió asombroso. No me arrepiento de nada, aunque sé que lo desconcerté completamente y no debería haberlo hecho.
Muerdo mi labio automáticamente. Nunca imaginé que alguien podía ser mi debilidad. Mi guardaespaldas se ha convertido en mi debilidad.
Refriego mis ojos un poco apenada, sé que no debería pensar estas cosas pero son inevitables y me cuesta demasiado luchar contra ellas.
Un aroma completamente sorprendente llega y traspasa la puerta del cuarto. Intento reconocer de qué se trata y frunzo el ceño mientras abro mis ojos, es olor a comida.
Me siento en la cama y observo a mi alrededor, la manta sigue aferrada a mi cuerpo y una parte de mí no quiere soltarla. Un par de ruidos provenientes de la cocina captan mi atención y miro hacia la puerta.
Tomo valor y me levanto de la cama, me deshago de la manta y la ropa holgada que decidí usar para dormir.
Busco en una de mis maletas y tomo un jean y una camisa blanca un poco holgada. Me observo en el espejo del cuarto y luzco presentable, también luzco descansada y sonrío aliviada.
De repente todo lo que me preocupó y aterró horas atrás sobre la convivencia en Barcelona, comienza a agradarme...

* * *
Camino hacia la cocina. La luz del día penetra cada rincón del departamento y me hace sentir llena de calidez. El aroma que capta mi atención hace rugir mi estómago.
Observo el sofá al pasar junto a él, todo está completamente ordenado. No hay restos de que alguien durmió allí pero sí hay mantas dobladas a la perfección. Sonrío al detenerme allí, no lo puedo evitar.
Pero un ruido de vajilla removiéndose en la cocina capta mi atención y mi estómago se estremece, jamás lo he visto al despertar y no sé qué sentiré. Posiblemente sea un poco gruñón por la mañana, posiblemente luego de mi atrevimiento de horas antes no quiera hablarme, podría estar enojado.
Mi sonrisa se esfuma y por dos segundos me siento intrigada, retomo mi camino hacia la cocina y camino con lentitud y un poco de timidez.
Y finalmente lo veo. Está de espaldas, concentrado en lo que está haciendo.
Está cocinando.
Ya no lleva su ropa de dormir. Volvió al pantalón de traje negro y camisa blanca. Sin embargo, me deleito con esa imagen. Todo lo que vista le queda perfecto y me hipnotiza...
Finalmente voltea y lleva platos en sus manos, se dirige hacia una pequeña mesa para dos que hay en el medio del espacio. Apoya la vajilla allí y mi presencia capta su atención.
Levanta su mirada y al verme, sonríe sorprendido.
-Hey ¿has dormido? -pregunta con calidez.
Me sorprendo. No se escucha gruñón ni enojado, al contrario, se ve más dulce y amigable que nunca.
-Al parecer, sí -digo sorprendida y con timidez, aún sin adentrarme demasiado en la cocina.
-Eso es bueno. Necesitabas descansar -sonríe y vuelve a darme la espalda para seguir preparando cosas.
Observo la pequeña mesa. Está llena de cosas para desayunar, luce completamente delicada y ordenada. Luce como algo que él haría.
-Toma asiento, ya casi termino -me comenta él aún de espaldas.
-Estás preparando el desayuno -digo sorprendida.
Doy unos pasos y continúo observando la mesa. Owen regresa con un plato de huevos revueltos y lo deja frente al asiento que estoy a punto de tomar.
Observo el plato y luego levanto mi mirada para observarlo a él. Ambos nos observamos con seriedad y las miradas de ambos compiten en intensidad.
-Espero te guste -me dice aclarando su garganta- Macie ha enviado una lista de lo que sueles desayunar.
-¿Macie? -pregunto confundida.
-Sí. Mi agencia necesitaba saber qué es lo que comes con frecuencia, necesitas sentirte cómoda -me comenta y señala mi asiento- ponte cómoda.
Sigo su orden y me siento con timidez. Owen vuelve a la encimera para tomar un par de cosas y finalmente deja una jarra de jugo frente a mí.
-Necesitas energía para empezar tu día -me comenta.
-¿Y crees que podré comer todo lo que has preparado? -río.
Owen sonríe y se encoge de hombros con timidez.
-Disfrútalo -dice con dulzura.
-Desayuna conmigo -respondo al instante- sé tus intenciones, quieres dejarme aquí sola con todo este desayuno. Quieres darme privacidad, pero no la necesito.
Owen me escucha sorprendido y sin sonreír, me analiza con su mirada y río por lo rara que es la situación.
-Hay dos asientos en esta mesa. Desayuna conmigo -insisto y señalo la silla frente a mí.
Mi guardaespaldas se resigna ante mi terquedad y sonríe con timidez, toma asiento y me observa. Sonrío, me gusta observar que detrás de esa imagen seria y dura que él tiene, hay un hombre dulce y tímido.
-Esto es una convivencia ¿recuerdas? -pregunto y él ríe- ambos hacemos lo que queremos hacer, pero ninguno escapa del otro.
-Creo que estás describiéndote a ti misma -vuelve a reír y se sirve un poco de jugo.
-Tal vez -río- pero hablo en serio, quiero que te sientas cómodo y no dependas de mí.
-Okay -Owen sonríe y asiente- ¿quieres jugo?
-Por favor -sonrío y asiento.
El pelirrojo se concentra en llenar mi vaso de jugo de naranja y lo observo concentrado, luego observo todo lo que ha preparado.
Huevos revueltos, tostadas, tocino, yogurt, jugo, café...
-No tenías que hacerlo -añado- levantarte para hacerme un asombroso desayuno... Con un café y una tostada habría sido suficiente.
-En realidad, quería hacerlo. Quería cocinar un poco, sabes que es mi pasión. -ríe nervioso- Pero también quería sorprenderte, Macie dijo que disfrutas el desayuno.
Sonrío sorprendida, la forma en la que habla me cautiva completamente y solo siento deseos de volver a acercarme a él y darle otro beso en su mejilla. Un beso más largo y prolongado, siento que el de hace horas no fue suficiente.
-Creo que podría acostumbrarme a este desayuno -bromeo y sonrío nerviosa mientras miro el plato de huevos revueltos frente a mí.
Owen sonríe y asiente, ambos mantenemos algunos segundos de silencio mientras degustamos la comida.
Es el mejor desayuno que he probado en mucho tiempo. Aunque no me sorprendo demasiado, sé que Owen es un excelente chef y solo quiero seguir probando más platos hechos por él.
-Esto es el paraíso -digo cerrando mis ojos y saboreando los huevos revueltos.
Owen ríe frente a mí y su risa me produce tanta sorpresa y encanto que no puedo evitar abrir mis ojos y observarlo. Lo contemplo mientras una pequeña sonrisa se escapa de entre mis labios, debo lucir como una tonta hipnotizada, pero es que admirarlo mientras ríe y achina sus ojos se acaba de convertir en mi pasatiempo preferido.

Her safety ✦| OmeliaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang