Capítulo 18

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Taehyung

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Taehyung

Pensaba, en mi habitación, cuando estaba a solas lo único que hacía era pensar. A mi mente no dejaban de venir las palabras de Sunghye diciendo que solo me había correspondido porque me había confundido con mi mayor enemigo. Todo rastro de cariño que me había llegado a sentir por ella se había ido a la mierda.

Mi subconsciente tenía que saber y adaptarse a la idea de que la Sunghye que acompañaba al paliducho y alborotaba mis hormonas todos los días no era la misma Sunghye de antes. Mi pequeña salvadora hablaba de las personas superficiales cuando ella se había convertido en una. Ya nada era igual, y hasta mis ganas de llevarla a la cama se habían ido por el caño. Jimin pasaba de mi, Irene estaba demasiado cariñosa y ya ni siquiera el cariño que siempre le había tenido me ayudaba a fingir amor con ella.

A mí pequeña y retorcida mente llegó el momento que marcó mi vida hace tres años, cuando estuve a punto de suicidarme. Sus palabras y su sonrisa me habían embaucado sin si quiera tener la intención de hacerlo. Pero ya no servía de nada, recordar el pasado, porque la pequeña salvadora de ese pasado, se quedaría allí, en el pasado.

La ira me carcomía, porque desde que tengo memoria las personas siempre han pasado de mi, siempre han elegido a Jungkook, siempre a cualquiera pero nunca a mi, y aunque en aquel tiempo parecía no importarme, ahora sí lo hace, ahora que tengo a todos a mis pies pero no a Sunghye. Ella, como toda persona habría hecho tiempo atrás, había escogido a Jungkook.

Suspiré preso de la desesperación para luego comenzar a caminar de un lado a otro en mi habitación como si de un demente se tratara. Gruñidos de exasperación inundaron el silencio y mis nudillos chocaron repetidas veces contra la pared. Me detuve al ver la sangre correr por mis manos y aquello solo me causó más frustración. El hecho de que sintiera dolor físico no hacía que el interno desapareciera ni algo por el estilo. Cortarme o algo así no entraba entre mis opciones, no ganaba nada haciéndolo.

Papá llamó a la puerta y me apuré a tomar un pañuelo y cubrir mis nudillos con el mismo, sabiendo que no podría articular mucho con esa mano si no quería que nadie notara mi malestar al escucharme quejarme de dolor. Abrí la puerta encontrando a mi progenitor con una gran sonrisa observandome a los ojos. Lo miré sin entender muy bien que sucedía, pero él no perdió tiempo en estrecharme contra su cuerpo y abrazarme.

—Oh hijo, estoy tan orgulloso de ti. —murmuró rompiendo el abrazo y esbozando una sonrisa más grande.

Y enseguida supe por donde venía el tema. Se había enterado de que habíamos ganado el partido de fútbol y ahora tendríamos que viajar a los Estados Unidos por una competición y que yo como capitán del equipo y por ser el mejor, no podía faltar.

—No me quites la alegría de verte llegar con un trofeo en tus manos a casa. ¿Si? —pidió con demasiado entusiasmo, y si a algo yo no estaba dispuesto, era a fallarle a mi papá, jamás podría.

STALKER ; Kth ¹ ©Where stories live. Discover now