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-"Esta bien papá, trataré de arreglarlo" Decía Lauren a la otra persona tras la línea, mientras reviraba los ojos fastidiada, Allen la observaba divertido.

-"OK, también te amo. No te preocupes. Saludos a mamá" Dijo a modo de despedida, colgó el teléfono inalambrico resoplando frustrada.

Tocó sus sienes tratando de aliviar o más bien evitar el dolor de cabeza que estaba segura, pronto aparecería.

-"Y bien ¿como te fue con Mark?" Preguntó interesado Allen pero aún divertido, sabiendo que probablemente la ojiverde había recibido un regaño por parte del patriarca Jauregui.

-"Fatal. Resulta que quiere que hable con Camila y solucione los problemas" Informó con pesar, viendo hacia el horizonte, en el gran ventanal de su oficina. -"Tengo veintisiete años y ella veintiocho, y le parecío buena idea que su padre hablara con él mío para que interviniera por ella" Mencionó con una mezcla de enojo y diversión, ni siquiera ella entendía como tomar aquella información.

Allen en cambio rio con gusto.

-"Me estas diciendo que la bastarda de los Dubois, es una completa inútil que necesita de papi" Se burló el ojiazul, Lauren sintió una ligera molestia al oír la forma despectiva en que Allen se refirió de Camila, pero lo dejó pasar.

-"Es una tonta, me pareció curioso que mi padre estuviera tan nervioso y ansioso porque aceptará el trato con Dubois" Mencionó Lauren pensativa.

-"Ren a todos nos conviene tener un convenio y buenos términos con la próxima Subsecretaria de Comercio, lo sabes" Razonó el castaño viendo a su amiga tiernamente, la CEO asíntio sabiendo que tenía razón su amigo e incluso su padre, más sabiendo que todos daban por hecho el triunfo de la castaña. -"Probablemente lo mejor es que la cites para que puedan hablar" Sugirió Allen con una media sonrisa, la ojiverde suspiró y asintió, pero no estaba realmente convencida.

Agradeció que después la platica tomó otro rumbo, gracias a que el castaño preguntó por su nueva conquista, Shanon, con quien salió un par de veces y ambas habían terminado en la cama de su pen house, pero lo cierto es que la ojiverde no tenía interés de verla más, y así se lo había hecho saber el día de ayer y para su sorpresa la rubia extravagante había aceptado de buena manera la decisión.

Lo cierto es que su interés seguía en Delirium, con Veneno, más precisamente. Esta noche se había propuesto asistir y no salir de allí sin hablar con Charlotte, lo tenía claro.

***

Camila vio la hora en su reloj y sabía que probablemente ya no alcanzaría a ver el show de Veneno, hoy era viernes y sabía que la rubia se presentaba relativamente más temprano que los otros días. Aún así le pidió a su chófer que acelerará el paso.

Esta noche había estado en una reunión con algunos empresarios y gente importante dentro de la política de Washington, demasiado aburrida pero era vital que se relacionará con la crema y nata de todo D. C. Pará sus aspiraciones. Eran las doce y cuarto, del ya sábado, el espectáculo de Veneno había terminado hace más de media hora, más sin embargo quería verla, había algo en esa mujer que la atrapaba, más allá de que se había vuelto un reto gracias a su ojiverde rival.

Al menos esperaba platicar un momento con Charlotte. Sin duda su nombre le encantaba, le parecía que le quedaba genial a la rubia mujer, sonrió para sus adentros sabiendo que no le era para nada indiferente.

Entraron a la gran propiedad donde había una gran cantidad de autos y camionetas de lujo, al igual que una cantidad excesiva de seguridad, su camioneta avanzó hacia la entrada antes de que la castaña pudiera divisar a unos cuantos metros de ella como Charlotte se subía al deportivo de Lauren, apretó su puño sobre los asientos de piel de su camioneta Lincoln, y ahí cambio de planes.

Delirio Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora