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Volvió a observar su reloj Rolex, el último objeto que lo unía a su familia. Maldijo internamente viendo la hamburguesa grasosa y nada apetecible que se encontraba delante de él, más sin embargo era para lo único que le alcanzaba en ese momento. Ese restaurant-bar de mala muerte, parecía haber tenido mejores día, el olor peculiar que se sentía en el aire, también le daba a notar que  habían pasado días desde que se hizo una higiene completa al lugar.

Había ido a pedir trabajo a varios diarios de Washington, incluso televisoras, pero resulta que su apellido no era suficiente, y menos su experiencia en un diario tan pequeño como el Ohio News.

Su ropa desgastada no parecía la mejor opción para ir a pedir una cita a la oficina de Jag Telecom, y reencontrarse con su antigua amiga, aunque realmente no habían sido tan cercanos como a él le había gustado, siempre tuvo un pequeño enamoramiento por ella hasta que el tuvo que ir a la universidad.

Era casi cómico que siendo parte de una de las familias más ricas del país, tuviera que vivir al día. Sus padres eran dueños de GreenGood unos de los parques de diversiones más importantes del mundo, y el mendigando por una oportunidad, absurdo.

Pidió al universo una señal para saber que su vida cambiaría, que podía ser ese periodista exitoso que siempre soñó, una señal que le indicara que algún día iba a poder restregarle a sus padres que nunca los necesito.

Espero y observó, tratando de reconocer esa señal que imploraba.

Pero el lugar que estaba en silencio, solo se llenó de sonido cuando alguien prendió un televisor al fondo del lugar.

"Camila Dubois acaba de ser anunciada por el Vicepresidente Mike Pence como la nueva Sub Secretaria de Comercio de los Estados Unidos, con una ventaja de 88 votos contra 12 de su contraparte Ben Malone, siendo así una victoria contundente para la joven política recién electa por el senado americano, terminando está jornada de elecciones internas. Camila Dubois viene de una gran tradición política en su familia por ambas partes, siendo ella...."

Dejó de prestar atención cuando un hombre regordete y con mal aliento le pidió la hora, el castaño, no dudo en ver su Rolex para atender el pedido.

Se sintió extraño al ver la cara de asombro del otro hombre al ver el costoso objeto.

Y entonces allí supo que ese era su señal, tenía que desprenderse de él último regalo que le dieron sus padres antes de irse al Stanford, ya había vendido a lo largo de su vida universitaria en Ohio varias cosas de valor como ropa de marca, anillos y demás cosas. Pero ese reloj era especial, más sin embargo necesitaba el dinero, y quitarse ese aspecto de pordiosero que tenía.

Necesitaba comprar ropa decente, y mudarse a un lugar medianamente bueno, sabía el valor de su Rolex, lo cual le permitiría subsistir, y guardar el resto como un colchón por si algo salía mal.

Así que sin más dejo un billete en su mesa para ir a deshacerse de la única pieza que la hacía sentirse aún como el Richard Green que vivió la mayor parte de su vida cómodamente y sin preocupaciones.

***
Ella esperaba solo una celebración tranquila en su oficina, quizá intercambiar un par de copas y brindis con su equipo, solo eso necesitaba, ya había dado un discurso monótono y vacío ante la cámaras que Erick había planeado junto a su madre. Y justo después de eso, había ido a ver a la persona más importante en su vida, Maxwell. Y aunque él pequeño no tenia idea del importante ahora cargo de su madre, gracias a su madre Jenna sabía que era un día especial para su madre Camila, así que se había desvivido en abrazos y felicitaciones.

Sin duda esa había sido su mejor recompensa del día, pero justo antes de ir a su oficina se había topado con un mensaje de su madre en su celular, que decía que la esperaban en la casa de sus padres en unos minutos.

Delirio Prohibido Where stories live. Discover now