EPÍLOGO

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7 años después

Dieppe, Francia.

La brisa marina era totalmente refrescante y enriquecedora a cualquier hora del día, sin duda haber comprado aquella bella casa en la costa francesa había sido un gran acierto, a pesar de la fuerte inversión había valido la pena.

Escuchar cómo el viento golpeaba junto a las olas sobre aquel pequeño acantilado le daba una sensación de tranquilidad a pesar de los problemas que podían presentarse en el día a día gracias a su trabajo.

Escucho los pasos que se acercaban a toda prisa, gracias a esa risa inconfundible que poco a poco se volvía más grave supo inmediatamente de quién se trataba.

-"Hola Maxi! Cómo te fue en las clases campeón?" Saludaba al ya no tan pequeño ojimarron, que sin duda cada día se ponía más apuesto. El castaño dió un beso en su mejilla como saludo, pero vio que algo le preocupaba cuando en lugar de sentarse a su lado como salía hacerlo siempre a contemplar la vista, se había quedado parado jugando con sus manos.

-"Ehh bien, la próxima semana es la semifinal" Informo haciendo referencia a las eliminatorias de fútbol, deporte que había aprendido a amar desde que se mudo con su madre a Francia, hace ya tanto años.

-"Wow!! Eso es genial campeón, pero algo te pasa." Afirmó la mujer aún desde su lugar -"Porque no me cuentas y dejas de darle vueltas al asunto" Ofreció la mayor -" Sabes que puedes confiar en mi, Maxi" Recordó poniéndose de pie y acariciando el hombro del muchacho, quien se dejó querer.

-"Ya sabes que se acercan la vacaciones de verano" Comenzó el castaño, la mujer simplemente asíntio, insitandolo a seguir. -"Y quisiera ir a Estados Unidos, bueno específicamente a Kansas, con mis abuelos, los padres de mi mamá Jenna" Dijo por fin el adolescente, suspirando nervioso.

La mujer le dió una sonrisa dulce ante la inquietud del joven.

-"Y cual es el problema, campeón?" Preguntó la mayor al no ver inconveniente.

-"Mamá Camila" Informo la única respuesta válida y la mujer frente a el entendió el punto.

Maxwell había llegado a Francia unos meses después de la lamentable muerte de su madre Jenna, y pronto junto a su madre habían reiniciado una vida en aquel hermoso lugar, y aunque él castaño había tenido contacto con sus abuelos estadounidenses por medio de videollamadas a lo largo del tiempo, incluso estos habían ido a visitarlo un par de veces a París, dónde se reunía a petición de su madre Camila. Pero la ojimarron mayor siempre se había negado a qué el pequeño los visitará en Estados Unidos, un lugar que le traía los peores recuerdos.

-"No me dejara ir, a pesar de que yo quiera hacerlo y sea lo suficientemente mayor para cuidarme, tu misma sabes que mis abuelos son geniales" Comento el muchacho un tanto decaído, la ojiverde solo sonrió y asintio, recordando cómo el año pasado había acompañado a Maxwell a París, debido a los compromisos que tenía Camila en el trabajo.

-"Ok Maxi, tienes que entender a tu mamá, y sobre todo saber que todo lo que hace es por protegerte. Aunque estoy de acuerdo de que es hora de que viajes a USA." Comprendió la mujer, besando la frente del ojimarron. -"No te aseguro nada, pero hablaré con ella y trataré de convencerla" Comunico la mujer, viendo la sonrisa crecer en el rostro con mandíbula perfecta como la de su madre.

-"Con eso me basta...gracias Laur eres la mejor" Menciono entusiasmado el ojimarron abrazando fuertemente a la mujer a quien consideraba una mejor amiga y segunda madre, aunque jamás haya salido de su boca esa palabra hacia ella, ambos sabían que no había falta un título para su estrecha relación y cariño.

-"No tienes nada que agradecer campeón, dejo de llamarme Laura si no vas a Kansas de vacaciones" Dijo firme la mujer causando la risa del menor.

-"Pero no te llamas Laura" Mencionó la obvio en medio de una risa.

Delirio Prohibido Where stories live. Discover now