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-"No puedo creer que me estés haciendo esto" Pronunciaba una Charlotte al borde de las lágrimas, mientras la ojiverde incómoda la observaba sin saber que decir. Es cierto que había retenido está conversación mucho tiempo, pero no sentía que era para que la rubia se pusiera de esta manera.

-"Char...yo lo siento pero no creo que lo nuestro funcione" Mencionaba la ojiverde, la había citado en una discreta pero agradable cafetería cerca de las oficinas centrales de Jag Telecom, solo para decirle que no le parecía justo que siguieran saliendo, Lauren no tenía su corazón ni su mente en ello y no le parecía justo seguir ilusionando a la bailarina.

-"Claro, como va funcionar? Es que soy tan poca cosa para ti Lauren, o como ya conseguiste lo que querías de mi, ya no te sirvo" Reclamaba la rubia subiendo el tono de voz, llamando la atención de los pocos presentes que había, la ojiverde frunció el ceño ante el arrebato de la mujer.

-"No digas tonterías Charlotte, esto no tiene nada que ver contigo, eres magnífica, y en cuanto a lo otro me parece que me conoces muy poco" Dijo casi indignada la pelinegra heredera de Jag Telecom. -"Jamás te hubiese solo ultilizado de esa manera, si estuvimos juntas de esa forma fue por que ambas así lo quisimos, no me hagas ver cómo la mala" Menciono la ojiverde con sabor amargo, al recordar cómo por un momento ella también se había sentido utilizada por la castaña.

-"Es que no entiendo, íbamos tan bien. Yo te he comenzado a querer y pensaba que tú sentías lo mismo" Menciono con los ojos llenos de lágrimas la mujer de pelo claro a lo que Lauren desvió la mirada, era por este tipo de reacción que había evitado está conversación, pero probablemente eso era lo que más daño le había hecho a la bailarina.

-"Te juro que lo siento, pero no mereces esto. Pero sabes que podemos seguir siendo amigas, mi palabra de sacarte de Delirum y apoyarte sigue en pie" Ofrecía la CEO de Jag Telecom con cuidado, tomando suavemente la mano de la rubia que estaba sobre la mesa.

Charlotte seguía sintiendo su corazón doler, se había ilusionado con una vida feliz al lado de la mujer frente a ella, pero era demasiado bueno para ser cierto.

-"Hay alguien mas...verdad?" Preguntó altiva limpiando sus ojos, la ojiverde no contesto de inmediato, pero al desviar la mirada lo supo. -"Claro que hay alguien más" Se respondió ella misma, Lauren agachó simplemente la cabeza sin poder negarlo, para su mala suerte.

-"Quien es? Alguien de tu posición? Alguna modelo? Un empresario? Quien malditas es?" Volvía a levantar la voz la mujer ojiazul, sorprendiendo a Lauren quien nunca la había visto así en todo el tiempo que llevaba tratandola.

-"Charlotte eso no es importante, ni siquiera ..." Trataba de negar la posibilidad de que hubiese alguien, pero eso no fue posible gracias a la interrupción de la rubia.

-"Es la señora Dubois? Mierda lo sabía! Sabía que toda esa fachada de odiarla, era solo eso,...pero como pude ser tan estúpida?"  Declaraba la rubia molesta, Lauren en cambio estaba muy nerviosa, al sentirse descubierta de alguna forma. -"Bien pues que te aproveche" Finalizó la rubia aventando un billete de cinco dólares a la mesa, dejando a Lauren estupefacta.

Le daba pánico admitir que había rechazado a  Charlotte porque se sentía incapaz de estar con alguien que no fuera Camila, le aterraba cada día añorarla mas, extrañar sus besos, sus caricias. Pero sobre todo, sentía terror por estarse enamorando de un imposible. Camila solo podía ser un delirio, un delirio prohibido.

***
Se sentía realmente orgullosa consigo misma, al estar ocupando una oficina en una de las alas del Capitolio. No era para menos ahora era la Sub Secretaria de Comercio del país, por supuesto su madre se había encargado de menospreciar el logro.

Delirio Prohibido Where stories live. Discover now