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Escuchar su respiración pausada le traía una paz que pensó nunca tener a su lado, era cierto que la vida te pone en lugares que nunca imaginabas.

Las sorpresas que te da, es como una cachetada que te saca de tu zona de confort.

A ella jamás le pasó por la cabeza que está paz tan inmensa que sentía en su interior fuese producida por la mujer que dormía pacíficamente a su lado.

Tenía ligeramente su ceño fruncido, y cada cierto tiempo lanzaba suspiros al aire, parecía disfrutar de su sueño. Decidió acariciar el contorno de su rostro suavemente. Sin duda no quería despertarla, sabía que estaba cansada, no solo por sus recientes actividades en la cama, si no también por qué el día de mañana sería por fin el día de las elecciones, a lo largo de la semana había sido testigo de lo estresada y nerviosa que se estaba la castaña que yasia a su lado boca abajo completamente desnuda.

Suspiro con anhelo al recordar cómo todos los días de esta semana sin excepción se habían visto por la noche, sonrió al memorizar sus encuentros.

Primero cena y platica agradable; después sexo apasionado y sin restricciones en cualquier lugar del departamento de la ojiverde: sala, cocina, habitación.

Pero hoy sin duda había sido memorable gracias a que era la primera vez que Camila sugeria su casa para sus encuentros, y no solo eso, después de hablar sobre lo emocionada que estaba por el día de mañana, la invitó a su habitación donde se entregaron a la pasión como nunca.

O al menos así fue para la ojiverde.

Depósito un tierno beso en la frente de la ojimarron, y salió con cuidado de la cama, tomo una pequeña bata que había al fondo y camino hacia el primer piso en busca de agua.

Camila necesitaba dormir, la política le había comentado durante sus cenas, su incapacidad de dormir completamente estos días debido a lo nerviosa y ansiosa que estaba por obvias razones.

Tomó una botella de agua del frigorífico y bebió un largo trago. No sabía cómo sentirse en ese momento, para ella estaban siendo bastante claros sus sentimientos, pero su duda iba en referencia a que está noche Camila había insistido en que se quedará a dormir, cuando la propia castaña no lo había hecho en su pen house las veces anteriores recientes.

Siempre se iba al terminar y la ojiverde no había tenido valor de pedirle que se quedará, a pesar de que lo deseaba.

Pero hoy fue distinto, Camila la abrazo y la dejo que se recostara en su pecho.

"Quédate está noche, por favor. Conmigo."

Fueron sus palabras exactas, cargadas de súplica.

Incluso Lauren ahora en retrospectiva piensa en que su repuesta fue muy cursi, pero sin duda no se arrepentía del 'siempre' que salió de sus labios ante la petición de la mujer.

Decidió volver de nueva cuenta a la habitación con Camila, la casa era totalmente igual que el resto de la casa.

Impersonal y fría.

Imagino que podría ver alguna foto de sus padres, incluso de su hijo. Pero nada.

Examinó cuidadosamente su recorrido hasta la habitación principal, hasta que al fondo vio algo que le llamo poderosamente la atención.

En letras brillantes se podía distinguir el nombre de Max en una puerta, camino con suma curiosidad hasta estar frente a esta. Su corazón martilleo en su pecho debido al nerviosismo, estaba claro que no debía hacer eso, pero su curiosidad fue mayor.

Estaba segura que el niño no se encontraba allí, pero quería saber que era lo que se escondía tras aquella puerta, sin duda quería conocer un poco de Max a través de Camila, aunque fuese indirectamente.

Delirio Prohibido Where stories live. Discover now