5. Mi nombre es confianza y mi apellido gilipollas

16K 1.2K 481
                                    

CLOE


Quinto pitido esperando a que contestara mi querida loca, mi mejor amiga de cabello castaño con flequillo rubio, corto por la mandíbula, y ojos marrones penetrantes. Lola tenía un físico muy llamativo, y siempre llamaba la atención por donde pasara.

—¿Cloe? —preguntó con voz de fastidio.

«¡Cuánto ánimo, friend

—¡Holaaaa! —grité emocionada, estaba eufórica—. Mira, te cuento rápido, que estoy con Andrés, y sabes que cuando hablo por teléfono se pone muy pesado.

—Sorpréndeme —respondió con desinterés.

—Me acaba de seguir un chico que ¡Dios mío santo!

Observaba su perfil con ilusión.

Mira, busca a @erikr__02, tiene solo 1019 seguidores, conmigo incluida.

Joder, Cloe ¿ya te has enamorado otra vez?

Era mi día a día, reconozco que era muy enamoradiza ¿y quién no? A mi edad las hormonas iban a cien, ¡qué digo a cien! ¡A mí me iban a mil!

—¡¡No, tía!! —repliqué con indecisión—. No me he enamorado, pero me ilusiona que me siga esta belleza.

Mmm, ajá, aquí está. —Cinco segundos de silencio.— ¡JODER, CLOE! ¿Quién es este pibón? —preguntó con sobresalto.

Del susto, por su grito, mi móvil que tenía apoyado en el hombro, se resbaló ante tal aspaviento desde la mejilla hasta atajarlo hábilmente con las dos manos y lo recuperé al instante. «¡Uff! ¡Qué expresiva!».

¿Y por qué empezó a seguirte a ti? —continuó sin pelos en la lengua.

Ese "¿A TI?" se me clavó como una estaca en la frente. ¿Y por qué no me puede seguir «A MÍ»? A veces ponía en duda si era un comentario inocente o era para hacerme sentir inferior a ella; pero decidí no hacerle mucho caso. Si me peleaba con Lola me quedaría absolutamente sola.

Eh, bueno, por eso mismo te lo cuento. Quiero que le sigas, a ver si a ti también te sigue.

Seguro que era un tío que seguía a todas las tías, pensé. Mientras, deseaba que fuese solo "mi casualidad".

—Ya le seguí antes de que lo dijeras —respondió entre risas.

Mientras yo aprendía a caminar, Lola corría desbocada como una yegua salvaje.

Ya. Oye, mira, voy a colgar, que este está muy intenso —le dije bruscamente.

Vale, chau —dijo Lola, y colgó al instante.

Omitiendo esa tontería, el día de hoy empezaba bien. Ya acumulaba trescientos cuarenta y dos seguidores. Me había pasado toda la noche intentando conseguir seguidores con mi método inteligente, hasta que Instagram me dijo, "para bonita o te bloqueo unos días".

Mi foto ya tenía once "me gustas", pero no había conseguido "SU" "me gusta". Quizás Lola tenía razón, qué más le daba a ese guapísimo chaval una tía como yo, con dos fotos insignificantes.

Buah, pues nada...

Si me quiere dejar de seguir, pues que lo haga. Mi objetivo era conseguir followers, no enamorarme por internet.

No lograba conciliar el sueño, aunque estaba muy cansada, así que pensé que lo mejor era hacerme unas palomitas y ver una película de esas súper tristes. Andrés se quedó dormido en mi cama tras ver por tercera vez Futbolín, y mis padres nuevamente llegarían tarde. Una vez más, habían tenido que doblar turno. «¡Maldito Covid!»

Vi el móvil y eran las 23:25. Foto subida hace veinticinco minutos y ni un "me gusta"...

«Ánimo, Cloe».

«Ánimo, Cloe»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mis días de adolescente.  Amar. I (Publicado en físico)Where stories live. Discover now