9. No sé si tú y yo estaremos destinados a estar juntos.

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Pero al menos, me sigues.

CLOE


Realmente no sabía qué pensar; me había quedado sin palabras, cada vez entendía menos a Lola. ¿Lo hacía con la intención de dañarme? No lo sé, pero me había descolocado.

Al entrar en Instagram me apareció una foto de un bonito atardecer y, al ver nombre de usuario, se me escapó una sonrisilla y sentí que me subía el calor a las mejillas. No sé qué tenía este chico, pero las hormigas de mi crush del instituto habían regresado a mi cuerpo, y eso que no lo había visto en persona... Sé que no habíamos hablado, apenas le había dado "me gusta" a mis dos fotos, pero para mí había sido lo más emocionante de los últimos tiempos.

 Sé que no habíamos hablado, apenas le había dado "me gusta" a mis dos fotos, pero para mí había sido lo más emocionante de los últimos tiempos

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Al ver los comentarios en su foto tuve que coger mi mandíbula para que no se me cayera y rompiera en mil pedazos contra el suelo

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Al ver los comentarios en su foto tuve que coger mi mandíbula para que no se me cayera y rompiera en mil pedazos contra el suelo. Lola, "MI AMIGA", dio like y le comentó: «Pasar los atardeceres acompañado es lo mejor».

«¡Será zorra!» Ahora que lo pensaba, podía sonar a celos, pero no era así. Lola siempre había tenido a los chicos comiendo de su puta mano; perdió la virginidad con catorce años, el chico era del último curso, cuatro años mayor que ella, con más ruedas que un Dhabiyan y no le costó nada llevarla al huerto, vaya. Ella estaba loca por saber cómo era "el follar" y, desde allí, no paró de hacer cosas sin medir las consecuencias. Había tenido por lo menos diez rollos en medio año y yo ni uno. Nunca se había enamorado y yo oía sus increíbles experiencias a diario; tuve muchas lecciones teóricas, lamenté no llamar la atención tan fácilmente como ella, pero a la vez no tenía prisa por correr como pollo sin cabeza. Quizás en el instituto nuevo conocería a alguien especial, porque yo era así, "llámame antigua" o, simplemente, me cagaba de miedo solo de pensar en besar a un chico... ¡imagínate follar!

Conmigo no iba el "aquí te pillo, aquí te mato". Ya va, ya va, seré sincera: nadie lo había intentado aún, pero sí era de las que decía "deseo que llegue a mi vida un chico con un cuerpazo, inteligente, sensible, perfecto... Bla, bla, bla, ¡mentira! Solo quería a alguien que me quisiera de verdad, aunque si venía decorado así, ¡uff! Sería genial...

Para un chico que le enseñaba a Lola que me gustaba, ¿va y se le lanza? ¿No habían más tíos en este planeta?

Indignada cogí el móvil y le mandé un mensaje.

Lola no te entiendo.

¿Por?

Lo de la foto de Erik...

¿Qué ocurre con eso? Es un atardecer precioso.

Intuía su sonrisa y me hirvió la sangre.

No sé, le has comentado...

¿No le puedo poner nada?

¡Me ponía de una mala ostia! Y que se hiciera la tonta, más.

Joder, no sé, yo ni le he dado me gusta a sus fotos y ¿tú? Hasta le comentas...

Ajá ¿y?

Ay, nada, olvídalo.

Pasaba de discutir. Conociendo mi carácter, prefería dejarlo estar antes de que le soltara cualquier cosa sin pensar y después me arrepintiera.

Ay, amiga, tú no le has comentado porque no tienes ovarios, si no haces nada no veo ningún problema que yo le escriba ¿o sí? Cloe, no has tenido novio en tu puritana vida ¿crees que este iba a ser el primero? ¿Tú lo has visto? O sea, menudo dios griego. Ni de coña se fijaría en ti. Porque te haya comentado con un emoji, no quiere decir que te vayas a casar con él. ¿O sí?

Ese comentario me hizo sentir una leve presión en el pecho y tuve que morderme los carrillos para no soltar una lágrima. Cuando se ponía en modo HP podía hacer mucho daño, pero preferí no joderlo todo con ella, no era el momento. A lo mejor, algún día, mi globo de la paciencia explotaría y le diría lo que sentía.

Oye... ¿Al final te siguió?

Le pregunté a sabiendas de que no lo había hecho y eso le jodería. «Pa' puta, puta y media ¿no?»

No, aún no, pero lo hará.

Sonreí con cierto regocijo.

Salí a dar una vuelta y a despejarme, así que cogí a mi querido peludo Zeus, un bichón maltés que pronto cumpliría diez años. Él sí era mi mejor amigo en los buenos y en los malos momentos, le coloqué el arnés y bajamos al paseo marítimo. Dependiendo de mi estado de ánimo podía recorrer sus trece largos kilómetros ida y vuelta, a paso redoblado cuando estaba muy agobiada o nerviosa, o de paseo cuando quería disfrutar del graznido de las gaviotas que me alentaban, el olor del mar que me estimulaba, el sonido de las olas que me relajaba. El admirar a todos los que paseaban por allí, era mi mejor medicina. Si no fuera por la dichosa mascarilla, podría disfrutar mejor de todo lo que acabo de enumerar. En eso Zeus tenía un poco más de suerte que yo.

Me costaba mucho entender todo lo que me ocurría últimamente. A veces sentía que todo, hasta lo más mínimo, empezaba a acumularse en una bola cada vez más grande. Cualquier mal comentario se unía y, poco a poco, se compactaba en aquella bola que bajaba a más de mil kilómetros por hora y terminaría envolviéndome. Y, la verdad, no me apetecía nada sentirme así; mi peor enemigo era yo, ya lo tenía más que claro.

Tenía que cambiar y me lo repetiría todos los días hasta que lo lograra.



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Uyy aquí comienza lo bueno.
Gracias por seguir aquí.
🥰🥰🥰🥰

Mis días de adolescente.  Amar. I (Publicado en físico)Where stories live. Discover now