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Anne.

Tú debes ser Anne. —sonrió la mujer más hermosa que yo hubiera visto en mi vida y luego estiró una mano en mi dirección—. Yo soy Winifried. Es un placer, he oído mucho sobre ti.

Muchas preguntas surgieron en mi interior al instante.

Muchísimas.

¿Cómo alguien podía tener una sonrisa y un cabello tan perfecto? ¿Cómo ese alguien con esa sonrisa y ese cabello sabía de mi existencia? ¿Qué hacíamos en una habitación viendo como ella se abrazaba con Gilbert y no en una sala de junta hablando del protocolo?

—Hola. —digo a secas, y justo cuando la palabra sale de mi boca me doy un golpe mental, ¿sólo hola?—. Digo...hola, eh, también es un placer, disculpa, ¿cómo sabes mi..?

—¿Tu nombre? —me pregunta ella con una seguridad y una sonrisa que me hace sentir más que pequeña—. Ah, bueno, digamos que el futuro cirujano me habló alguna cosas sobre ti.

Dirigí mi mirada a Gilbert, pero en lugar de correspondermela, él tenía la vista fija en ella y una sonrisa amplia en su boca.

—Bueno, bueno... —interrumpió el incómodo momento Sadie uniéndose a la conversación, le agradecí a todo lo lindo y terrenal por eso—. Me gustan los reencuentros, las presentaciones y todo eso, pero no tenemos mucho tiempo, Priss está por terminar.

—No entiendo nada. —agregó Gilbert más para la rubia que para todos.

Ella fue la que le respondió poniendo una mano en su brazo. —Mi primita quiere declararse a su, esperemos, futura novia. Y como está loca de psiquiátrico no lo hará como una persona normal, sino que públicamente.

—Con todo o sino para qué molestarse. —le respondió Sadie sacando un pendrive de un cajón.

Mi tensión bajó al mil por ciento al imaginarme una situación tan sumamente romántica, siendo sincera no sabía siquiera porque había estado tensa en primer lugar. —¡¿Le pedirás que sea tu novia?! ¿En público?

La pelinegra asintió y miró el reloj que había sobre la pared. —Sabía que sobretodo a ti te gustaría la idea, Anne.

Yo sonreí con emoción. —Me parece sumamente romántica e ideal.

—No hay tiempo que perder entonces. —exclamó dando un aplauso animado Winifried.

La sala de juntas de la universidad era tan hermosa y gigante como todo el campus. Parecía un teatro con sus miles de sillas rojas ubicadas en una media luna y la tarima negra donde Prissy hablaba sin titubear, ni dudar ni un solo segundo.

—Es un cuestionamiento bastante sensato si lo ponemos en discusión, y es muy extraño que justamente no se haga. —escuché su voz asomada en uno de los costados del escenario—. También es extremadamente notorio el hecho de que más del 90% de los profesores titulares de nuestros ramos son justamente hombres, y podemos notar que ellos, precisamente, son quienes se llevan los premios y las...

Me perdí en su voz y en el orgullo tremendo que me producía saber que la conocía, así que Sadie tuvo que hacerme volver a la realidad. —Es la mejor, ¿no?

Asentí con una sonrisa. —Definitivamente.

—Da este foro una vez a la semana. —agregó pasándome el pendrive en la mano—. Te lo grabaré.

—Gracias. —dije con sinceridad y me uní al muchacho que controlaba la presentación power point que se presentaba en la pantalla—. ¿Está todo bien?

Él levantó una mano en signo de afirmación. —Todo en aguas, pero necesito que tú seas la que pone en marcha el plan para que no me echen de la universidad por usar implementos de manera inadecuada.

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora