23

1.4K 217 633
                                    

Gilbert.

—Me temo que es inoperable, Doctor Blythe.

—Nada es inoperable para él, es el mejor cirujano de todo Toronto. —me defendió una de mis internas.

Yo sonreí y comencé a operar con una rapidez magnífica, casi mecánica y claramente sin errores, podría haberme comido un sándwich mientras tanto sin problema alguno. Todos a mi alrededor me ovacionaban y miraban con emoción como mis ligeras manos solucionaban la vida de la niña sobre mi mesa.

Toda la situación era magnífica, yo era magnífico.

—¿Quién es él? —preguntaba un hombre de traje que pasaba por ahí, por alguna razón.

La interna anterior sonreía con orgullo. —Gilbert Blythe, ¿no ha oído hablar de él? Es el mejor.

—Gilbert Blythe. —repetía el sujeto, caminaba hacia mí y luego estiraba una de sus arrugadas manos frente a mí cara—. Es un placer, muchacho.

De cerca yo podía reconocerlo, era el encargado de los Premios Gairdner de medicina, saqué mi mano del cerebro y la estiré hacia él. —¿Señor? ¿Qué hace en mi quirófano?

Sonrió. —Vine a decirte que ganaste el premio..

—¡Maldito Blythe, saca tu trasero de príncipe del castillo o juro que romperé el vidrio!

Entonces desperté.

Del sueño más grandioso del mundo.

Bajé con ganas de golpear mi cabeza con la pared al saber que ese sueño estaba tan lejano, y al abrir la puerta me encontré con Venus mirándome con impaciencia; tenía puesto un vestido rojo diminuto pegado a su cuerpo, sus ojos estaban manchados con pequeños restos de maquillaje negro corrido, lo que contrastaba bastante con el hecho de que eran las once de la mañana. Su cabello estaba recogido en moño alto que, —debido a su largo y que estaba planchado—era bastante similar a una palmera.

Fruncí el seño. —Estaba operando un cerebro.

Ni me saludó, ni se disculpó por interrumpir mi futura premiación. —Moody está celebrando su segundo aniversario con su rubscielito, Royal no sabe nada sobre esto y no puedo hablar sobre Aline con Aline...así que eres la última opción para no enloquecer y salir a matar personas, ¿puedo pasar?

Los modales hacen al caballero, o en este caso al camionero.

Pestañeé confundido ante tanta información y ella alzó sus cejas esperando mi respuesta. —Sí, claro...claro, pasa.

—Ya te tardabas. —soltó rodeando mi cuerpo y entrando a mi casa como si fuera la suya—. ¿Vives aquí? Siempre creí que tu casa estaría llena de radiografías, posters con descripciones del cuerpo humano, huesos y cosas así.

—No porque quiera ser doctor significa que mi casa deba ser una escuela de medicina, —respondí siguiendo su paso, como si ella fuera a darme un tour de mi propia casa—. ojalá lo fuera, existirían menos préstamos estatales abusivos.

—Buh, qué aburrida la economía, no me importa....oh, aquí está tu cocina, genial. —expresó yendo hacia ella y luego abriendo mi refrigerador—. Me moría de hambre. He deducido en estos segundos que serás un mal doctor, Meredith tenía en su habitación la imagen exacta de un tumor con colores y...

Yo con cada segundo entendía menos, el sueño presente en mí no ayudaba mucho. —¿Quién?

—¿Meredith? —reafirmó escarbando y revisando toda mi comida—. ¿Meredith Grey? ¿De Grey's Anatomy?

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora