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Anne.

Había besado a Gilbert durante al menos diez minutos.

Había besado a Gilbert después de tanto tiempo y consciente de que lo estaba haciendo.

Y sentía que el corazón iba a salirse de mi caja torácica, que el mundo iba a dejar de girar, y que moriría de la euforia que sentía dentro de mí.

Entré corriendo a Green Gables, subí de dos en dos las escaleras sin responder los saludos de los Cuthbert y abrí la puerta de mi habitación con una rápidez digna de superheroína apunto de ir a una guerra espacial.

—Besé a Gilbert en nuestra lugar por muchos minutos a pesar de haberme prometido durante dos años que lo había olvidado y que ya había cerrado esa historia con él. —expresé toda las palabras en un milisegundo, sin siquiera tomarme el tiempo de respirar—. Ah, y olvidé el café que me pediste. Lo siento mucho.

Cole se mantuvo impasible durante unos segundos que parecieron horas y luego pestañeó totalmente estupefacto. —Estás bromeando.

Negué. —Se me quedó sobre la banca, perdón.

Se sentó de un salto haciendo a un lado las revistas que estaba leyendo sobre la cama. —¡No hablo de café, hablo de Gilbert! ¿Lo besaste? ¿Y Roy? ¿Por fin lo olvidamos? Qué bien, estaba arto de fingir que me agradaba y...

Se le había activado el lado Rachel Lynde.

—Sigo con Roy.

—Oh. —soltó comprendiendo que había dicho algo inapropiado y luego tosió incómodo—. Entonces...¿cómo estás con eso?

—¿Con el hecho de que besé a mi ex novio o con el hecho de que besé a mi ex novio en el lugar donde me pidió que fuéramos novios? ¿O con el hecho de que besé a mi ex novio y ahora tengo que ir a ver a mi novio actual? —pregunté y cada vez que las palabras abandonaban mis labios iba procesando la información y el pánico aumentaba en mí—. Moriré, juro que moriré.

—Pero...

—Me prometí a mí misma que esto no sucedería otra vez. —dije sin poder dejar de caminar en mi habitación, sentía el pánico aumentando en mi pecho con cada paso—. Las Mini Anne's hicieron un consejo de habitantes de mi cabeza para tomar la decisión de no volver a Gilbert, democráticamente. Y acabo de romperlo. Oh por todo lo lindo y terrenal, me acabo de convertir en una dictadora...

No sé en qué momento Cole tomó mi rostro con sus manos, pero sus ojos interceptaron mi campo de visión. —Anne.

—¿Sí..? —mi voz salió como un chillido tan agudo que juraría que si un vaso hubiera estado cerca, se habría roto.

—No pierdas la cabeza. —soltó apretando mis mejillas—. Estás en una relación abierta con Roy y Gilbert, bueno...él cabecearía una bala por ti y lo sabes.

—Quizás se lo pida, se solucionaría el problema.

—¡Anne! —chilló haciendo una mueca dramática de horror y soltó mi agarre.

Suspiré luego de unos segundos. —Estoy segura que si se lo pidiera me atravesaría para que no le llegue. Lo detesto, a él, a sus rizos perfectos y su mirada brillante llena de cosas increíbles, amor y...y lucesitas brillantes.

—Ay, Anne. —exclamó tomando a Mini Gilbert del rincón que le correspondía—. Estás perdida.

Fruncí mucho el seño al ver esos rizos de lana. —Lo sé, lo sé.

Ver a Roy fue de las cosas más difíciles que tuve que hacer en mucho tiempo, y si no fuera porque Aline estaba tan charlatana como siempre hablándome sobre la fiesta sorpresa que le hicieron a su abuela, estoy segura que me habría desmayado de lo pesado que era el secreto que tenía dentro de mí.

Anne Of The Present Where stories live. Discover now