capítulo 13

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Draco despertó adolorido y con un frío húmedo mordiéndole la piel.

No sabía bien dónde estaba, pero se hacía una idea. Lo último que recordaba era estar en Grimmauld place solo, escucho que la red flu se activaba, él ciego en su desesperación por ver a Harry de nuevo corrió al salón donde se encontraba la chimenea.

—¿Harry?

Pero no era el moreno el que cruzaba la chimenea

—Hola querido sobrino, — dijo con mofa su tía Bellatrix. — Es hora de volver a casa, Draco.

Y un hechizo aturdidor le dio de lleno.

No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente, toco su vientre en búsqueda de heridas, pero no encontró ninguna, salvo el dolor de cabeza todo parecía en orden. Observo a su al rededor y descubrió sin mucha sorpresa que se encontraba en las mazmorras de su mansión, de nuevo. Genial, pensó sarcástico, retraso lo inevitable, al parecer su destino siempre fue morir en esa celda.

Comenzaba a tener sed, se sentía agotado física y mentalmente desde que Harry se fue, su magia era devorada con voracidad y se estaba arrepintiendo de comer tan poco en los últimos días, Kreacher lo había estado volviendo loco con su insistencia con la comida y las pociones; simplemente no podía obligarse hacerlo más que para evitar que el elfo se mutilara a sí mismo.

El pobre elfo debería estar teniendo un ataque de nervios, pensó Draco con una sonrisa que le supo amarga. Quien diría que después de todo lo que había pasado, el único que sabría y le importaría su muerte sería un feo elfo. Acaricio con cariño su vientre.

—Lamento no haber podido protegerte, mi pequeño Scorpius— Su voz se rompió cuando dijo el nombre que había decidido para su hijo; estaba claro que no iba a salir vivo de esa celda, no creía si quiera que su bebé pudiera vivir.

Se quedo sentado ahí sin dejar de acariciar su vientre ensimismado, pensando en su madre y en Harry, como en siempre desde que se quedó solo. Le habría gustado decidir el nombre del bebé junto con el moreno, discutir si creía que sería niño o niña, aunque el rubio estaba firmemente seguro de que era un varón.

Extrañaba mucho a Harry, a pesar de su actitud las últimas semanas que estuvieron juntos, Draco tenía la certeza de que el guardapelo era el culpable y quería escuchar sus razones de porque actuó así, que le pidiera perdón, hacerse del rogar para luego besarlo como hace mucho no lo hacía. Solo quería verlo una vez más antes de morir.

*****

Sintió que lo sacudían, abrió los ojos como pudo. Pettigrew le estaba pateando el hombro. Cuando vio que estaba consciente lo levanto y saco sin mucho cuidado de la celda. No sabe cuánto tiempo lleva en las mazmorras de la mansión, pero le fallan las piernas y la luz del sol que lo recibe en el pasillo le daña la vista.

—Ah querido, que bueno que estas aquí. Necesitamos tu ayuda. — La voz falsamente dulce de su tía lo recibió en cuanto llego a una sala cercana a las mazmorras. — ¿Les reconoces?

Solo entonces el rubio se percató de las tres personas que estaban de rodillas en medio de la estancia, dos hombres y una mujer. Cabello pelirrojo, castaño alborotado y unos ojos imposiblemente verdes que lo observaron con asombro. No podía ser.

El trío de oro acababa de ser capturado.

Ocultó su creciente horror lo más rápido que pudo, fingió analizar atentamente a cada uno de ellos hasta que su tía se puso de impaciente y repitió la orden de reconocer a Potter.

—¿Es él, Draco? ¿es Harry Potter?

—No lo sé, no estoy muy seguro.

Bellatrix insistió, Draco negó y su padre intervino antes de que la loca de Lestrange lo cruciara.

—Bella, hay que asegurarnos de que es él, porque si lo llamamos y no es Potter estaremos todos muertos.

—Velo bien Draco y dime si es él.

—No lo sé, podría ser— Repitió el rubio. —De cualquier forma, ¿Qué le paso en la cara?

Su pregunta fue hecha a raíz de la preocupación, sin embargo desencadenó algo que no pensó que sucediera, su tía lo obligo a quedarse a observar cómo torturaba a Hermione; su padre lo sentó en algún punto de la tortura y él solo podía sentirse sumamente impotente, sin nada que el pudiera hacer.

Después de lo que pareció una eternidad Bellatrix mando a que trajeran al prisionero que se parecía a Harry Potter (quien en realidad si era Harry), Draco sintió que despertaba de su letargo, se puso más nervioso y supo que no podría dejar que lo torturaran a él, no podría quedarse a observar. Cuando Harry llegó, el rubio se levantó para hacerle frente a la temible mortifago que era su tía.

—No creo que sea necesario interrogar a este prisionero, querida tía.

—¿Y quién te crees para opinar sobre mis decisiones? ¿Te crees con más autoridad que yo?

Bien, Draco no sabía bien porque, pero ella estaba bastante molesta, sus palabras no fueron nada bien recibidas y seguramente nada de lo que dijera sería tomado de forma racional.

—Por supuesto que no, solo es... que lo encuentro innecesario, impráctico.

—como osas...

—Bella, mi hijo no a quiero ofenderte —le interrumpió Lucius—Si tan solos...

—¡Cállate, Lucius! ¡Tú ya no tienes autoridad en esta casa! nadie me desafía de esa forma muchachito —Le amenazaba con la varita en alto, se veía más desquiciada que nunca— Tal vez un par de cruciatus te bajen los humos.

Todo se vio en cámara lenta, la bruja pronunciando el maleficio, Lucius Malfoy corriendo para proteger a su hijo, el moreno luchando con sus ataduras para hacer algo por el rubio y Draco encogiéndose para proteger su vientre.

Crucio.

El maleficio dio justo en el objetivo y el rubio cayó al suelo con un gran grito de agonía, encogiéndose en posición fetal aun protegiendo su vientre. En ese gran esfuerzo de proteger a su hijo, su magia se canalizo como un escudo, cuidando a la criatura en su vientre y dejándolo vulnerable a él.

El hechizo se detuvo y Draco vio una serie de imágenes de su vida pasar de forma rápida ante sus ojos, tardes en Francia de pequeño, su madre con él en el jardín, su primer vuelo en escoba, cuando adquirió su varita, tardes junto al lago negro con sus amigos, las noches con Harry, sus besos y abrazos, cuando sintió que Scorpius se movió reconociendo su voz por primera vez; y después no había nada.

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Ahorita que lo estaba editando me di cuenta que quedo bastante corto, pero el que sigue me quedo muy largo así que se compensa, supongo :v

Espero que les haya gustado. Muchas gracias por leer. 

Su punto débil Harco (m-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora