capitulo 20

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Draco estaba muerto de miedo mientras recorrían el pasadizo hacía la mansión, su plan estaba lleno de fallas, su padre sabría que el compartimiento de la cueva había sido abierto, los mortífagos podían regresar en cualquier momento, podrían no poder salir y el-que-no-debe-ser-nombrado podía descubrirlos y si eso pasaba podría matar a Harry y...

Como si notara su creciente pánico, sintió la mano del moreno entrelazarse con la suya, dándole un leve apretón. El ojigris acaricio su vientre y suspiro, todo saldría bien, tenía que salir bien.

Llegaron a las mazmorras más rápido de lo que le hubiera gustado, Ron y Hermione se colocaron hechizos de desilusión y Harry los cubrió a ambos con su capa. Repitió la acción de cortar su mano, para abrir la pared y entrar por fin a la mansión.

El crujido de la piedra moviéndose fue más fuerte a causa del silencio de los chicos.
Con varita en mano se prepararon para ingresar, pasaron a un pasillo precariamente iluminado con antorchas, no había nadie en el lugar, lo cual era una buena señal.

Draco aún tenía la mano fuera de la capa por lo que señaló hacia a dónde avanzar, subieron las escaleras y caminaron un largo tramo, pasaron en frente de la habitación donde habían llevado a los chicos hace algunas semanas.

—Esta bien no dejaré que te pase nada— escucho que murmuraba Ron.

—¿Todo en orden?—preguntó deteniéndose con Harry pegado a su espalda

—S-si, yo solo... necesito un momento— Respondió vacilante Hermione.

Entendía como se sentía, su tía era una loca pero sabía aplicar cruciatus traumáticas.

—sigamos— Dijo más entera la castaña después de unos segundos de estar quietos en ese lugar.

Así que reanudaron la marcha Draco asomaba su mano cada que tenían que cambiar de dirección y cuando llegaron al pasillo donde estaba la sala que buscaban el rubio se sintió un poco aliviado de no haberse topado con nadie, pero se mantenía alerta. Esa quietud era demasiado artificial para ser verdadera.

Al llegar al final del pasillo supo porque sentía ese funesto presentimiento.

—Finite. —Dijo — Weasley y...Granger, creo que no deberían de estar en esta casa, pero no pudieron llegar hasta aquí solos. Draco, es una falta de respeto esconderte de esta forma de tu padre ¿no te parece?

Draco sentía que su corazón se saldría de su pecho, pero ya no había forma viable de salir bien librados de eso, su padre los había descubierto, así que se quitó la capa de encima y con un rostro impasible enfrentó al hombre frente a él.

—Padre.

Saludo como si se hubieran visto ayer, como si no lo hubiera encontrado infraganti tratando de entrar a su cámara de objetos obscuros.

—No deberías estar aquí y mucho menos con Potter— Nunca creyó que alguien pudiera superarlo en escupir con tanto veneno ese apellido.

—Padre, deberías apartarte— levanto una varita que no era suya con total decisión en contra de su padre, realmente no creía que pudiera siquiera lanzar un débil hechizo defensivo, pero su padre no sabía eso.

—¿Atacarías a tu propio padre? Oh Draco, estoy muy decepcionado de ti.

—Entregaste a tu propio hijo a un maligno ritual para embarazarme en contra de voluntad, ¿Con que derecho te atreves a sentirte decepcionado?

El rubio se sentía furioso, no podía creer su descaro, sintió la mano de Harry al rededor de su mano pero apenas y pudo relajarse un poco.

—Señor Malfoy, apartarse. —Dijo el moreno con voz dura, se adelantó y colocó delante de Draco protegiéndolo con su cuerpo a pesar de ser más bajito.

Draco sonrió un poco enternecido pero de inmediato compuso su gesto, no era el momento para eso. Algo en el gesto de Harry hizo que su padre se tensara, aún no había sacado su varita y no parecía tener la intención de sacarla, la verdad no tenía ni idea de que haría su padre.

—Padre por favor...

Nunca había odiado tanto el total control que su padre tenía de sus  emociones hasta ese momento, su expresión estaba totalmente en blanco y no daba indicio de nada, parecía tan dispuesto a apartarse y dejarlos pasar como de batirse a duelo con Harry.

Después de interminables segundos el mayor se movió y saco su varita, los adolescentes se pusieron de inmediato en guardia, si Lucius lo noto no lo demostró. Conjuro una daga pequeña que le pareció familiar a Draco; se quitó sus elegantes guantes blancos y corto levemente su palma derecha, la coloco en la puerta sin dar la espalda a los invasores.

—ouvre —Pronuncio el hombre en perfecto francés, la puerta se abrió y mientras curaba el corte dijo: —Espero que sepa lo que hace señor Potter, deben saber que en cuanto salgan de esa habitación la casa estará llena de mortífagos.

Los chicos estaba impactados, de verdad habían creído que tendrían que pelear para poder pasar, el rubio mayor pareció notarlo porque todo los ojos con fastidio y Murmuró para si mismo Gryffindor’s, con desagrado. Se alejo de la puerta y se acercó a Draco, quitando a un impresionado Harry de en medio en el proceso.

—Hijo mío, espero que está sea una mejor empresa que la anterior. —Su tono fue bajo y suave, su mira intensa y Draco entendió lo que le quería decir: perdóname, sería lo más cercano a una disculpa que recibiría de su parte.

El rubio asintió con la cabeza y jalo a Harry hacía la puerta abierta, el moreno tenía el ceño fruncido en señal de confusión pero se dejó llevar, Ron y Hermione también los siguieron y en cuanto cruzaron todos la puerta se cerro. El cuarto era amplio y contrario a lo que Harry creyó estaba muy bien iluminado, los objetos estaban en vitrinas separados unos de otros con la distancia suficiente entre ellos para que pasara una persona adulta, parecía una galería de arte.

A pesar de lo espaciosa e iluminada que era la habitación el ambiente era pesado y sofocante, tanta magia negra junta era abrumadora y Harry sintió que con eso sería imposible descubrir cual era el objeto que buscaban.

—Separémonos. —Dijo el moreno sin mucha convicción. Todos asintieron y se dispersaron por toda la habitación.

Llevaban casi cinco minutos buscando cuando el pelirrojo llamo la atención de los presentes.

—¡Ey Draco! ¿por qué tu padre tiene una copa con el escudo de Hufflepuff?

El rubio frunció el ceño ante lo dicho y junto con Hermione y Harry, camino hacia donde estaba el chico.

—Mi padre no tenia eso aquí hace un año. —Hizo una mueca tratando de concentrarse, la magia del lugar lo hacia sentir repelús y la copa lo estaba incomodando tanto como una vez lo hizo el guardapelo.  Todo ahí le estaba causando nauseas pero junto a ese objeto su instinto le decía que debía salir de ahí por el bien de su hijo.

—Es esta—Dijo Harry, con un tono lúgubre.

—¿Harry estas seguro?

—Te juro que sí, vamos Hermione dame la espada.

La chica hizo ademan de buscarla en su bolso sin fondo cuando Draco la detuvo.

—Deben estar bromeando, no podemos destruir un objeto de magia oscura en una sala repleta de objetos oscuros. Lo tomare y saldremos de aquí.

Harry se iba a oponer cuando Draco ya había tomado la copa, de inmediato lo invadió un mareo tan fuerte que estuvo a punto de caer de rodillas, el moreno lo sostuvo y le quito la copa de las manos.

—¡Maldición Draco no puedo creer que hayas sido tan impulsivo!

El chico quería decir que se lo pego el estar rodeado de Gryffindor’s pero sentía el estomago revuelto y que la habitación daba vueltas, así que de lo único que fue capaz fue de voltear su rostro al suelo y vomitar todo el contenido de su estomago.

—Salgamos de aquí— Consiguió decir en un hilo de voz y de inmediato se pusieron en marcha hacia la puerta, entre Harry y  Ron llevaron casi cargando al rubio.

Al salir Hermione ya tenía la espada en mano y Harry le entrego la copa para que ella la destruyera, la castaña se vio sorprendida pero no dijo nada y coloco la dorada copa en el suelo para encajarle la espada.

Harry cubrió  a Draco cuando una ráfaga de aire los azoto contra la pares, le dolió la cicatriz la punto de querer gritar, siseos molestos y heridos se escucharon por interminables segundos, se sintieron abrumados después de eso y Draco parecía querer echar fuera su estomago de nuevo, tuvo una visión mientras duraban los siseos de la serpiente de voldemort. Cuando terminó dio una rápida ojeada a sus amigos y todos parecían enteros.

El moreno observo la copa partida a la mitad y a pesar del pulsante dolor se su cicatriz, se sintió aliviado, solo quedaba un Horrocrux para terminar con Voldemort. Pero la sensación de victoria no duro mucho, escucharon ruido de personas corriendo cerca de ese pasillo y supieron de inmediato que no eran de su bando.

Lucius había estado en lo correcto al decir que el lugar se llenaría de mortífagos nada más salir. No habría posibilidad de salir a hurtadillas y Harry no quería huir por lo que hizo señas a los damas para que lo siguieran y con la varita lista y sosteniendo la mano de Draco, avanzaron por el pasillo en un tenso silencio.

Con un poco de suerte todo saldría bien.

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Tengo algo con las dagas y el francés en esta historia, ¿Ya lo notaron? Jajajaja

Su punto débil Harco (m-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora