Capítulo 1.

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La psicología era su pasión, definitivamente, poder entender los trastornos y problemas mentales con el fin comprender la mente humana se había convertido en una obsesión para él.

El profesor de dicha materia se paseaba por el salón explicando el proyecto para finalizar ese semestre de universidad.

--- Quiero un proyecto bien elaborado --- habló el profesor y detuvo su andar, fue a su escritorio y se recostó levemente en el, quedando frente a frente a la clase --- Causas, consecuencias, etc. Todo esto obviamente del tema que hemos estado trabajando.

Le fascinaba lo misterioso que era, que no sé supiera aún, que es exactamente lo que lleva a la victima a empatizar con su verdugo.

A pesar de que habían durado todo un semestre con ese tema, todavía hacía falta algo para terminar el pequeño, pero muy complejo esquema en el que se encontraba envuelto el síndrome.

--- Pueden buscar en Internet, ver vídeos y investigar sobre experiencias vividas, tomen cuenta que le estoy diciendo tres meses antes de qué termine el semestre, tienen tiempo de sobra para investigar e indagar en varias fuentes, además de qué tendrán un mes más antes de entregar, no hay excusa para hacer un excelente trabajo.--- volvió hablar el profesor y Ellien miró a sus amigos, con solo una mirada de su parte sabían perfectamente qué querían decirse.

No era el primer proyecto que les habían asignado y siempre ellos trabajaban juntos.

Cuatro mentes brillantes, con una forma de ver las cosas única, diferente al resto. Por eso eran de los estudiantes más destacados de la materia.

--- Les deseo buena suerte, pueden retirarse.--- así el profesor culminó la jornada de clases y todos rápidamente recogieron su cosas con apuro.

Cuando Ellien terminó de ordenar sus pertenencias, se puso de pie y se acercó a los chicos.

Siempre habían sido ellos cuatro, habían estado prácticamente toda sus vidas juntos, desde la primaria, secundaria, hasta la universidad.

Y casualmente todos tenían la misma obsesión por la psicología.

Megan, la única fémina del grupo paso su brazo por los hombros de Ellien y él por su cintura, ninguno tuvo que hacer esfuerzos, ambos tenían alturas similares.

Megan siempre tuvo un flechazo por él, pero nunca se atrevió a declararse y con el tiempo lo había dejando atrás.

Ahora solo era una leve atracción física.

Ellien tampoco pasaba la belleza de la castaña de piel bronceada por alto, pero tenía muy claro a quién podía tener de amigo y con quién podía tener una relación y con a ella prefería la primera.

--- ¿Alguna idea para proyecto chicos? --- les preguntó Andru, y los demás lo miraron.—- ¿Cómo lo haremos?

--- Como lo hacemos siempre, doo --- le respondió Megan con su muy familiar sarcasmo, esto, junto a su loca actitud era lo que más destacaba de ella.

--- No te hagas la graciosa Megan.--- le sulfuró Andru --- Saben muy bien a lo que me refiero.

--- Haremos lo de siempre  --- habló Ellien --- Investigar y luego reunirnos para debatir y cuadrar.

--- Este tema parece un crimen sin resolver.--- habló Andru nuevamente y ésta vez todos estuvieron de acuerdo con él.

--- Mejor aun.--- dijo Ellien, Andru solía turbarse mucho, y pensar de más.--- Apenas lleguen comiencen a investigar todo lo que puedan sobre el tema y nos reuniremos mañana, en la cafetería de siempre.

Propuso, pues el día siguiente era sábado y no tenían clases.

--- Bien --- respondieron los tres.

--- Bien --- Ellien  afirmó a las respuestas de sus amigos --- Nos vemos mañana, ya debo ir a casa.

Todos se despidieron y cada uno se fue por su respectivo camino. Ellien en tubo que mudarse solo, al haberle comunicado que habían aceptado su solicitud de beca en la que siempre fue la universidad de sus sueños. Ya tenía tres años allá y no se arrepentía para nada de haber tomado esa decisión, sus padres al principio lo ayudaban con los gastos del pequeño departamento donde vivía, pero ya sus gastos los cubría él.

Trabajaba en un puesto de comida rápida, donde le pagaban bien. Actualmente estaba de vacaciones, por lo que se había dedicado por completo a la universidad.

Vida amorosa no tenía mucha, estaba consiente de qué estaba soltero porque quería y porque no le interesaba mucho tener algo amoroso con nadie. Aparte de qué su última relación no había terminado muy bien.

Más rápido de lo que pensó llegó a su apartamento, estaba ubicado en un segundo piso, tal como a él le gustaba.

Cuando llegó a la puerta, sacó sus llaves y la abrió, todo estaba tal cual lo había dejado, no sabía porque siempre se fijaba en eso, era más que obvio que debía estar igual, vivía solo.

Dejó su mochila en el pequeño sofá de la sala y fue a la cocina, del refrigerador sacó los ingredientes para preparar un sándwich y el jugo de naranja.

Le gustaba mucho.

Comió el sándwich mientras volvía a la sala y se deshacía de su zapatos, luego se dirigió a la habitación y comenzó a desnudarse para darse una ducha.

Se miró en el espejo frente a él, solo estaba cubierto por una toalla a la altura de su cintura, pasó su mano por su cabello rojiso y por unos segundos acarició sus hebras, luego se metió al baño y posteriormente a la ducha.

Salió y se vistió, luego se sentó en su ordenador y comenzó a investigar sobre lo que se había vuelto su pan de cada día.

(.*.*.*.)

Megan suspiró con cansancio y se estrujó el rostro con las manos, nunca se había frustrado tanto por algo, llevaba tres horas investigando sobre el síndrome y solo aparecía la misma basura que ella ya sabía.

--- Megan baja a cenar --- le grito su tía Elisabeth desde abajo.

--- Ya te dije que no quiero.--- contestó de mala manera, y luego de un suspiró admitió que no fue el tono más adecuado. --- Solo no tengo hambre, gracias.

Se retractó, solía ser impulsiva y obstinada, pero su tía era quién estaba a cargo de ella, era quién le suplía todo, le debía respeto,

Sin embargo, el tema la tenía en verdad estresada, todo lo que aparecía en las páginas web y vídeos, era lo qué ya sabía y lo que él profesor ya les había dicho.

Al parecer la única manera de conocer sus causas principales, era desempeñar unos de los dos papales principales en el tema.

Ser víctima o ser verdugo. Pensó y sonrió al reconocer su inteligencia.




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Estocolmo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora