Neville Longbottom y Sophie Weasley son mejores amigos. Han compartido lágrimas, promesas y risas.
Ambos se aman, pero solo como amigos.
Ambos sueñan con el otro, pero solo como amigos.
...¿no es así?
La verdad es que están enamorados.
Pero ambos...
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Corregido sin cambios.
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-Dale, Hermione. Camina más rápido, se van a acabar todos los pastelillos. - le digo a mi amiga mientras me apresuro para pasar por el retrato de la dama gorda. Es la mañana del primer día de clases y todos mis compañeros se encuentran realmente apurados por llegar hasta el comedor.
- Ya voy, ya voy. Tenía recoger unos papeles para la organización que quiero formar, tengo que hablar con unas chicas de Ravenclaw para ver si se quieren unir. Tú te unirás, ¿cierto?
- ¿Eh? - la miro confusa, sinceramente no estaba poniendo atención a sus palabras, estoy más preocupada por empujar a todos los niños de primero que se atraviesen en mi camino.
- P.E.D.D.O, te hablé de ella durante el verano. - me da una mirada de reproche.
- Oh, claro que me acuerdo.
No lo hago. No tengo ni la más mínima idea de lo que habla.
Le doy una sonrisa nerviosa y comienzo a bajar las escaleras. Hermione rueda los ojos.
—No, no te acuerdas.—dice mirándome con los ojos entrecerrados.—Hablo de la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros. La había llamado Detengamos el Vergonzante Abuso de Nuestras Compañeras las Criaturas Mágicas y Exijamos el Cambio de su Situación Legal, pero no pude hacer insignias con ese nombre tan largo.
Terminamos de bajar las escaleras y nos encaminamos por el largo pasillo que conduce a la entrada del Gran Salón, una niña de Hufflepuff pasa corriendo por mi lado y me empuja sin darse cuenta. Suelto un gruñido.
- Malditos enanos, fíjense por donde van. - le grito a la chica, pero ella actúa como si no me escuchara. - ¿Qué decías? ¡Oh, si! P.E.D.D.O, claro que seré parte de ella, aunque no sé cómo reaccionarán los elfos domésticos con lo que planeas hacer. Muchos de los que trabajan en Hogwarts son tratados con respeto y ellos disfrutan lo que hacen.
- Te aseguro que no, muchos de ellos han de querer ser liberados y yo...
Mi amiga continua su discurso sobre las injusticias que ha visto en el mundo mágico, yo me desconecto un poco de la conversación. Amo a Hermione, pero a veces no puedo seguirle el ritmo. Afortunadamente la castaña para de hablar cuando alguien grita nuestros nombres. Volteamos al mismo tiempo.
