Neville Longbottom y Sophie Weasley son mejores amigos. Han compartido lágrimas, promesas y risas.
Ambos se aman, pero solo como amigos.
Ambos sueñan con el otro, pero solo como amigos.
...¿no es así?
La verdad es que están enamorados.
Pero ambos...
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Corregido sin cambios.
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Suelto un suspiro mientras me paso la mano por la cara frustrada, mi pierna se mueve inconscientemente debido a la ansiedad de mi cuerpo. Me encuentro sentada en un sillón cerca a la chimenea de la sala común de Gryffindor, esperando a que Harry regrese de su reunión sobre el Torneo de los Tres Magos.
A mi alrededor se encuentran una gran parte de mis compañeros de casa, esperan expectantes a que Harry Potter entre por el retrato de la Dama Gorda, el único tema de conversación que se escucha en la sala es sobre mi amigo, muchos comparten sus teorías sobre cómo fue que puso su nombre en el cáliz, otros expresan lo impresionados que están por su osadía y unos cuantos exclaman estar realmente emocionados por lo que le pueda pasar en el torneo.
Hermione decidió que lo mejor sería que dejáramos a Harry solo esta noche, dijo que mañana hablaríamos con él, y se fue directa a su dormitorio. Ron, por su parte, no dijo ni una sola palabra desde que el nombre de Harry salió del cáliz; se mantuvo cabizbajo y pensativo durante todo el camino hasta la sala común, y una vez llegamos se dejó caer en el sillón, pero al cabo de unos minutos subió las escaleras con dirección a su cuarto. Todos parecen estar o muy tranquilos o emocionados.
Yo estoy furiosa.
Escucho un gran jaleo atrás de mí; todos comienzan a silbar y gritar, giro mi cabeza en dirección a la entrada de la sala común. Harry acaba de cruzar el retrato de la dama gorda y ahora está siendo rodeado por todos nuestros compañeros. Me pongo de pie de inmediato y camino en dirección hacia él, aparto a unos cuantos chicos que se interponen en mi camino y me acerco hacia Harry.
– ¿Cómo te las arreglaste para que no te saliera barba? ¡Increíble! – grita George, él y Fred se encuentra justo frente a mi amigo. Los aparto a ambos.
– ¡¿En qué estabas pensando, Harry James Potter?! – exclamo con fuerza hacia él, Harry retrocede un paso debido a la sorpresa. – ¡Meter tu nombre en el cáliz! ¡Meterte a ese torneo tan peligroso sin tener la preparación suficiente! ¡Evidentemente no pensabas, Harry Potter!
