Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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El aire era más frío en Invernalia de lo que Dyanna recordaba de las semanas anteriores. Mientras cabalgaban sus caballos con gracia por el camino, Dyanna temblaba bajo la fría mirada de los Norteños emparejados con los fríos vientos que soplaban del Sur.
"Estás bien?" Gendry le preguntó mientras cabalgaba a su lado. "Necesitas mi capa?"
Dyanna le dio una sonrisa agradecida mientras se acurrucaba en sus propias pieles. "Gracias, pero estaré bien. Ya casi hemos llegado."
Y ellos estaban- casi ahí. Invernalia se cernía sobre ellos mientras la fiesta seguía adelante. Daenerys y Jon cabalgaban justo antes de Dyanna y Gendry, y delante de ellos había una larga fila de Inmaculados. Daenerys quería mostrarle al norte que no debían meterse con ella. Dyanna había empezado a renunciar a la sed de su hermana para mostrar su poder. Dyanna pensaba que era irresponsable.
Pero aún así, mientras se acercaban a las puertas, su mente volvió a la primera vez que cabalgó hacia Invernalia - la única vez que había visto este castillo. Parecía mucho más grande, pero tal vez ella había sido mucho más pequeña. Había cabalgado detrás de la procesión principal, donde ahora formaba parte de la procesión, aunque un poco más atrás de lo que esperaba.
Un fuerte chillido hizo que los Norteños desviaran sus miradas de los hombres y mujeres que caminaban delante de ellos, mientras cuatro grandes dragones bajaban hacia el castillo.
"Dioses, nunca dejarán de asustarme." Sandor refunfuñó justo detrás de Dyanna y Gendry, y Dyanna sonrió mientras se daba la vuelta.
"Te dejaré conocer a Rhaenyra si lo deseas." Ella bromeó. "El Perro conoce al Dragón."
"Se me permitiría conocerla?" Gendry preguntó, mientras Sandor miraba la parte de atrás de la cabeza de la rubia. "Tal vez podríamos infundir su armadura con la llama del dragón?"
"Una perspectiva extraña, pero que me interesa." Dyanna sonrió mientras asentía. "Sí, podemos arreglarlo eso."
Gendry podía parecer un hombre, pero tenía el corazón de un niño, y Dyanna había pensado originalmente que era muchos años más joven que ella. Ella era sólo cuatro años mayor que él, lo que le hacía dos años menor que Jon y la misma edad que Daenerys. Disfrutaba de su joven compañía en comparación con la arrogante compañía de su hermana.
Al acercarse a las puertas de la Fortaleza, los Inmaculados se dispersaron - eran demasiados para caber dentro de las murallas, así que encontraron nuevas posiciones paras hacerlas suyas.
Daenerys y Jon fueron los primeros en atravesar el arco, pero Dyanna y Gendry no se quedaron atrás. Dyanna vio como Jon corría hacia delante, saltando de su montura para saludar a su familia que no había visto en años.
Dyanna casi no reconoció al niño en silla de ruedas, hasta que tuvo sentido que fuera el mismo niño que cayó de la torre - el pequeño Brandon Stark. Su rostro era severo y duro, pero una sonrisa se dibujaba en las esquinas mientras Jon lo abrazaba.
