Dyanna Waters - la bastarda de Jaime Lannister - siempre se sintió sola en Desembarco del Rey.
Sin saber siquiera quién es su madre, anhela conocer su herencia, pero su padre no está dispuesto a compartir.
Cuando la Guerra de los Cinco Reyes empieza...
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Dyanna y Daario se despertaron temprano y disfrutaron del cálido abrazo del otro. Antes de que el sol saliera del todo, Dyanna se había vuelto a vestir apresuradamente con el vestido rojo que había llevado el día anterior y se escabulló para volver a su habitación.
Tyrion ya se había ido una vez que entró a la habitación, por lo que estaba agradecida.
Después de un rápido baño, se vistió con algo apropiado para el día. Habia sido planeado desde el principio - donde Daenerys llevaría un vestido real blanco, Dyanna llevaría la contraparte en gris oscuro. El par sería el rostro del día.
Hizdahr no apareció en su puerta como ella esperaba para llevarla al evento - en cambio, estaba Gusano Gris, quien le dijo que había sido instruido para escoltarla al asiento real.
Se sorprendió de lo grande que era esta arena al acercarse, y lo mucho más grande que parecía al entrar.
Los asientos se llenaron cuando Dyanna tomó el suyo junto a Daenerys. A la izquierda de la Reina estaba Tyrion, y al lado de Tyrion estaba Missandei. El asiento a la derecha de Dyanna estaba vacío.
"Dónde está él?" Dyanna preguntó mientras ajustaba su vestido para no sentirse incómoda.
"Tu pregunta es tan buena como la mía." Daenerys no la miraba mientras hablaba - mirando alrededor de la arena mientras animaba.
Finalmente, Hizdahr apareció detrás de ellos, sentándose lo más silenciosamente posible.
"Dónde has estado?" Dyanna lo miró con desprecio.
"Me estaba asegurando de que todo estuviera en orden."
"Todavía no confío en ti, hombre rico." Otra voz apareció detrás de ellos, y Dyanna se giró para ver a Daario.
Su mente repitió los eventos de la última noche, y no pudo evitar sonrojarse al voltearse a los fosos, justo a tiempo para ver a un hombre salir al centro.
Cautivó a la multitud, que inmediatamente se calmó cuando empezó a hablar. "Ciudadanos Libres de Meereen, por las bendiciones de las Gracias y de su Majestad la Reina, bienvenidos a los Grandes Juegos!"
Los vítores se reanudaron, y Daenerys miró hacia otro lado incómodamente mientras todos se ponían de pie.
La primera pelea fue una batalla entre el hombre fuerte y el hombre rápido.
"Ese!" Daario asomó la cabeza entre Dyanna e Hizdahr. "El más pequeño, ahí es donde deberías poner tu dinero - sin dudas!"
"Los Reyes y Reinas nunca apuestan en los juegos - tal vez deberías ir y encontrar a alguien que lo haga." Hizdahr habló con arrogancia, y Dyanna frunció el ceño.
"Es bueno que no seamos ninguno de los dos." Dyanna sonrió. "Pero creo que apostaría por el hombre más grande. Me gusta el concurso."
"Buena elección. He pasado gran parte de mi vida en estos fosos, y en mi experiencia, los hombres más grandes triunfan sobre los más pequeños con mucha frecuencia." Hizdahr cruzó sus brazos con confianza.
